Ahora la sabe.

10 1 0
                                    

Solo soy una persona con conocimientos en sistemas. Realmente trabajo para una empresa de tecnología y no soy especialmente creyente en nada paranormal, de hecho soy poco religioso.

La razón por la que paso por aquí es precisamente porque me ha entrado cierta curiosidad en estos asuntos desde que un familiar que vive en el campo vino a mi a contarme una historia bastante particular, por supuesto es la primera vez que veo un sitio en el cual esta historia podría ser contada.

Javier y María son prácticamente dos campesinos, criados a la vieja usanza en una pequeña choza situada a unos 30 minutos a paso de caballo del pueblo más cercano. Javier es un primo lejano del lado de la familia de mi padre. Mi padre, a pesar de actualmente ser médico, viene de una familia muy humilde en el campo y él logró completar sus estudios de medicina con su propio esfuerzo, por esta misma razón aún tenemos bastantes familiares en zonas

rurales que nunca han salido del campo.

La historia me la contó mi primo una temporada que hicimos el viaje hasta ese pueblo y decidimos de paso ir hasta donde el buen primo ya que le vemos prácticamente una vez al año en temporada de vacaciones. Usualmente nos genera pereza ir hasta donde el vive porque a pesar de ser muy bonito el campo y muy acogedora la choza, la vía para llegar no es precisamente apta para un vehículo moderno, aunque sea una camioneta como en la que vamos. De hecho, no es un carretera como tal, es solo un camino que se ha formado por el pasar de los animales y carretas o algunas motos y que en invierno es inaccesible a menos que sea en vehículo de tracción animal de 4 patas. También es posible que si dos carros se encuentran, alguno de los dos tenga que regresarse en reversa, por supuesto nunca ha pasado porque es muy poco transitado.

La última vez que lo visitamos, el buen primo tenía la espalda llena de cicatrices, por supuesto nuestra primera reacción fue preguntarle que había pasado. Su respuesta me ha dejado atónito ya que no es la primera vez que escucho algo similar.

“No se si en el pueblo les contaron que me caí del caballo, todo el mundo dice eso pero María sabe lo que realmente paso, no quisiera contarles porque están de visita y no quiero que vayan a pasar una mala noche”.

Más que la razón por la cual nos lo decía, yo podía notar que tenía miedo de contar la historia, sus ojos trataban de apartar la mirada y buscar otro tema de conversación, sin embargo yo insistí diciéndole que solo era una historia y que no me podía dejar con la intriga.

“Bueno siéntate aquí” – me dijo al rato cuando los demás estaban haciendo otras cosas. –

“No quiero que tu pae se ponga nervioso manejando cuando estén de regreso.”

“Hace dos meses, como era de costumbre, yo tenía que ir al pueblo a comprar algunas cosas de la casa, yo nunca lo hago muy entrada la tarde para que no me agarre la noche en el camino. Nunca le he tenido miedo a la noche, hasta ese día le tenía más miedo a los vivos que a los muertos y ya me habían robado antes por andar por el camino tan tarde. Parece que los ladrones no duermen” -Eso es cierto afirmé, mientras en mi cabeza quedo el eco de la frase: Hasta esa noche.

“Sin embargo tenía varios animales enfermos” -continúo. “Ya eran 2 vacas que estaban bastante mal y no podía darme el lujo de que se murieran, así que tomé el caballo y comencé a ensillarlo. María inmediatamente de dijo: Javier, para donde vas que no ves que ya es tarde y me da miedo que vayas solo, te va a coger la noche, tengo un mal presentimiento, espera hasta mañana.”

CreepypastasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora