Parte III.

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Las respiraciones trataban de regularizarse cuando ambos se recostaron exhaustos sobre la cama mirando el techo. La maratón de “acción”  de esa noche había concluido pasadas las 2 am, sin acordarse de que al otro día tenían un ajetreado día de clases. Por un día que faltaran, no harían la diferencia.

-Lo hicimos…- suspiró el mayor mirando de reojo al aún agitado Marcel.

-Ajam…- fue la respuesta de éste.

-La mejor noche de sexo de mi vida…- admitió luego Louis con un sonrojo en las mejillas que hizo que el menor rápidamente se afirmara en un codo para mirarlo.

-¿Es enserio?.- la sorpresa era imposible de disimular.

-Ajam…- imitó su respuesta. No había más que decir. Marcel volvió a suspirar y sin que el mayor lo advirtiera, se acomodó entre sus brazos, afirmando sus revoltosos y húmedos rizos contra su pecho desnudo, arreglando las frazadas por sobre sus cuerpos, luego cerrando los ojos y finalmente, quedándose dormido. Louis admiraba la belleza del niño sobre su cuerpo y no pudo evitar esbozar una sonrisa mientras lo acercaba más aún, absorbiendo su aroma, llenándose de él. El sueño también lo venció.

(…)

La falta de calor a su lado, hizo que abriera de golpe sus ojos. Miró a su alrededor y reparó finalmente en la estructura de la habitación. La luz se filtraba por entre las cortinas color azul piedra que cubrían las ventanas; las paredes pintadas de celeste a juego con el resto de la habitación; era la típica habitación de alguien como Marcel. Suspiró pasándose las manos por sus ojos para quitar el resto del sueño y darse cuenta de que la imagen que tenía en frente, no era una fantasía. El menor salía de la ducha con una toalla colgando peligrosamente sobre sus caderas, el pelo totalmente mojado y pequeñas gotas de agua que corrían por su desnudo torso.

-Buenos días…- habló pasándose otra toalla sobre el cabello, quitando el exceso de agua.

-Hola…- logró articular Louis con dificultad. Sus manos temblaban por querer llegar hasta el cuerpo de Marcel y secarlo con ellas.

-¿Dormiste bien?.- volvió a hablar el niño paseándose al otro lado del cuarto, hurgando entre sus cajones algo de ropa.

-Bien es poco para como dormí…- esa frase -que seguramente ocuparía con la conquista que de verdad le gustó, no con el chico víctima de sus niñerías- salió sin previo aviso. El chico le dedicó una sonrisa antes de volver a su trabajo.

-Creo que ya es un poco tarde…- Louis entendió perfectamente la indirecta. No era primera vez que se la decían, pero si primera vez que le dolía. Asintió con un suspiro y se levantó ignorando su desnudez. Comenzó a vestirse lentamente. Ya tendría tiempo de ducharse en su casa.- O no, no, no…no me mal interpretes…- el mayor levantó su mirada sorprendida.- quiero decir que podemos hacer algo de comer…- sus mejillas se ruborizaron y por primera vez en toda la tarde anterior, noche y mañana, había vuelto a ver al Marcel que conoció en la escuela; el Marcel tierno, dadivoso, amable. Asintió con una sonrisa de lado a lado sin pensar que quizás el chico lo decía por no ser grosero. Nada importaba en ese momento, sólo que pasaría un par de horas más que con el chico que ya lo tenía rendido a sus pies.

Teenage dirtbag (Larcel [Larry] Stylinson-AU-MultiShot)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora