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Narra Jamie:
Lunes, aunque estaba destruido por todo lo que sucedió el fin de semana, debía ir al instituto, no podía meter mis asuntos personales con el trabajo. La ceremonia fue tranquila por suerte, fueron familiares a darnos el pésame, la ceremonia fue rápida, a mi madre nunca le gusto todo eso de "El Dios te salvara..." y todo eso, aunque creía en Dios la iglesia no era su fuerte. Quede incomunicado por todo el fin de semana por que sin querer se me cayó el celular por el retrete.  No pude comunicarme con Dakota o con cualquier persona, todos mis contactos se me fueron, debía comprarme otro celular. Frene de golpee el auto ya que me di cuenta que ya estaba en el instituto. Apague el auto y salí de este. Agarre mi maletín y camine por el pasillo hasta el curso que me pertenecía, Dios estaba tan cansado y confundido que ni me acuerdo de que curso debía estar en estos momentos, seguro ya era tarde. Agarre mi maletín y saque mi libreta, ahí estaban anotadas todas las cosas que debía hacer. Sala 22 estaba garabateado en la hoja, volví a acomodar todo en su lugar y volví mi rumbo a la sala 22. Cuando llegue entre pensando que estaría lleno de alumnos pero lo que me encontré fue más sorprendente. Dakota con lo que parecía ser su madre, la directora y ¿dos policías? ¿Porque había dos policías? -Buenos días-dije algo confuso. Todos se dieron vuelta y mi mirada se encontró con la de Dakota, ¿qué carajos? tenía los ojos llenos de lágrimas, bien rojos. -¿Usted es el señor Dornan?-pregunto uno de los guardias. -Mamá no hagas esto por favor-escuche que decía Dakota a la persona que estaba a su lado sujetando su brazo con fuerza. Mire a Dakota y ella me miraba, las lágrimas ahora estaban por sus mejillas. -Sí..soy yo.. ¿Qué pasa? ¿Dakota, por qué lloras?-pregunte dejando mi maletín en el suelo. Dakota logro soltarse y corrió a mi brazos, sus brazos rodearon mi cuello y yo quede parado hay con mis manos en su cintura. ¿Por qué hizo eso? ¿Qué carajo estaba pasando? Ella lloraba sobre mi hombro y yo no pude aguantar más verla así y la abrace. -Shhh..tranquila ¿qué sucede? no puedo comprender nada-dije confuso en su oído. Los policías se acercaron a nosotros y antes de que nos separaran pude escuchar que Dakota  me decía "Ellos saben todo". Me quede hay parado como en shock ¿todo? ¿Qué es todo? -James Dornan esta arrestado por mantener relaciones sexuales con una menor-los policías agarraron mis brazos y los llevaron a mi espalda, sentí como ponían las esposas en mis muñecas y escuche como las cerraban. Yo mire a Dakota y ella estaba mirándome, pero no podía hacer nada ya que su madre estaba agarrándole los brazos. -Esperen-reaccione-¿Qué?, NO aguarden yo no he hecho nada, Dakota diles-dije mirándola mientras trataba de soltarme de los policías. -Si mamá él no hizo nada, todo fue mi culpa, suéltalo, saca la demanda, si estas enojada, enójate conmigo no le hagas nada a él-pidió llorando Dakota a su madre. -Cállate Dakota-ordeno furiosa su madre. Agarro su brazo y la obligo a caminar hacia la salida. Los policías comenzaron a decir mi derecho pero la verdad es que a mí no me importaba. ¿Y ahora que carajos pasaría? (...) Me metieron a una celda, pero no sin antes sacarme todo lo que tenía (menos la ropa es obvio). Las puertas se cerraron con un fuerte golpe dejándome encerrado. Tenía derecho a un llamada pero ¿a quién?, no podía llamar a mi hermana diciendo "Hola hermana, ven a buscarme a prisión ya que me metieron por acostarme con mi alumna la cual amo" no eso sonaba idiota. Dakota, Dios, ¿cómo estaría ella?, me preocupaba, y no me importaba estar ahora acá, bueno si, pero no estaba enojado, no con ella, sabíamos que esto pasaría algún día y mejor temprano que tarde ¿no? Me gire para mirar a las personas que estaban conmigo. Eran 2, en una esquina un gordo con el cabello en rulos y cerca de las camas uno rapado con un millón de tatuajes. -¿Por qué te metieron?-pregunto el gordo. Lo mire y negué con la cabeza. -Larga historia ¿tienes tiempo?-pregunte apoyándome en la pared. El gordo miro la celda y después a mí. -Creo que estaremos aquí un largo tiempo-respondió. De su bolsillo trasero del pantalón saco un mazo de cartas  -¿Juegas?-pregunto mostrándome las cartas. Solté un largo suspiro y después respondí. -Yo doy-me acerque al gordo y agarre las cartas.

Narra Dakota.

-Maldita sea-grite mientras pateaba la puerta con furia.-Déjenme salir-golpeando la puerta ahora con mis manos, nada se escuchaba aunque sabía que esos dos gorilas que mi madre había puesto para que yo no pudiera ir a ver a Jamie estaban parados ahí, solo cuidando la puerta. Dios esto era una tortura, sabía que Jamie me estaría odiando, que este sería el final, no por favor Dios que no sea el final. Me di la vuelta y deje que mi cuerpo quedara apoyado en la puerta. Con mis dedos comencé a masajear mi sien ya que comenzaba a dolerme la cabeza. -Muévanse pedazos de chorlitos-se escuchó una voz al otro lado de la puerta, una muy familiar. -Lo siento no... -Y un pepino que no puedo pasar-chillo Sia ya con tono algo enojado. Se escuchó como se introducía la llave, me aleje de la puerta unos tres pasos y después esta se abrió dejando pasar a mi amiga. -Sia-dije con alivio ya cuando entro en la habitación, ella se acercó a mí y con sus brazos me abrazo fuertemente. Yo le correspondí y no pude evitar soltar algunas lágrimas. -Hey tranquila-susurro Sia deshaciendo el abrazo. Agarro mi rostro con sus manos obligándome a mirarla-Cálmate al bebe no le hace bien que estés nerviosa o agresiva-dijo y asentí mientras limpiaba mis lágrimas. -No aguanto más-dije caminando hacia mi cama y sentándome en ella. Sia se sentó en a mi lado y comenzó a acariciar mi espalda.-Sé que él me odia, sé que me detesta y no me puede ver ni en figurita, lo sé-dije tirándome hacia atrás mirando el techo-Además, sé que me odiara más cuando se entere de el-lleve mis manos a mi vientre y lo acaricie por sobre la ropa. -Dakota  yo creo que él no te odia-susurro Sia-Ni a ti y ni a el-dijo y deposito un beso en mi estómago. -¿Y por qué crees eso?-pregunte algo enojada, mientras me ponía de pie.-Por mi culpa él está en donde está, ahora está en prisión, y esto es solo el comienzo, mi madre va a decir cualquier cosa para que él se pudra en la cárcel, por así decirlo-comencé a caminar de un lado a otro mientras Sia me veía sentada en la cama. -Dakota cálmate-pidió con voz tranquila-Dile a tu madre-dijo soltando el aire. Me detuve y levante una ceja mientras la miraba. -¿Que le diga qué?-pregunte confundida. -Dile todo, explícale, habla con ella y dile de él o ella-dijo señalando a mi vientre. -Ya lo intente Sia, todo el día de ayer, hoy a la mañana, trate de llamarla, hablarle, explicarle pero ella no quiere escuchar, me odia y me odiaría más si le digo del bebe-dije volviendo a la cama y acostándome en ella. Sia se acostó a mi lado y acaricio mi barriga por arriba de la ropa. -Es la única solución Dakota, no queda otra cosa, encuentra el momento y díselo, es una madre, es tu madre, no te dejara sola en este momento de tu vida, tampoco creo que dejara sin un padre a esta criatura, no querrá que se repita la historia con él o ella-dijo refiriéndose a mi barriga y a mi historia con mi padre. Solté aire y cerré mis ojos para aclarar mi cabeza, Sia tenía razón, si le digo, si hablo con ella de seguro entenderá, comprenderá todo, lo haré, hablare con ella, tendrá que escucharme quiera o no. -Gracias-dije mientras giraba mi cabeza para mirar a Sia que estaba al lado mío. Ella copio mi acto y también me miro. -¿Por qué?-pregunto frunciendo el entrecejo. -Por estar siempre que te necesito-dije con media sonrisa. Ella sonrió y después dijo: -De nada. (...) No supe cuánto tiempo transcurrió o como este se fue volando, solo supe que eran las cuatro cuando Sia se tuvo que ir. Ahora estamos acá, dos horas después, mirando el techo porque era lo único que podía hacer, eran las seis, sabía que a las siente mi madre llegaría y los gorilas que estaban en mi puerta se irían y yo sería libre. La puerta se escuchó y por ella entro Mika. -Hola Mika-dije, me sentía algo avergonzada frente ella pero no sabía muy bien el motivo. -Hola Dakota-dijo Mika, por primera vez me llamaba por mi nombre, me agrado pero me hizo sentir algo mal, ya que siempre me decía señorita por respeto y ahora con todos los actos que cometí ¿abra perdido todo su respeto hacia mí? -¿Sucede algo?-pregunte mientras me sentaba en la cama, la comida no podía ser, ya que, uno, no traía alguna bandeja y dos me la había traído hace una hora y me lo comí todo, más bien el pequeño que tengo dentro se lo devoro todo. -Hay una llamada para usted-dijo estirando el teléfono y yo corrí rápido hacia ella, agarre el teléfono y me lo lleve al oído. -¿Hola?-pregunte ya que no se escuchaba nada. -Hasta que al fin contestas-dijo la voz de Jamie algo apurada. -Jamie-mi garganta se convirtió en un nudo que no podía tragar. -Si soy yo, no tengo mucho tiempo-dijo, seguro los policías estaban atrás de él. -Jamie lo siento tanto, todo esto es mi culpa, fui una tonta, trate de comunicarme, pero no me contestabas, no sabía dónde más llamar, además, estabas con las cosas de tu madre, que también lamento eso y todo paso tan rápido y sé que me odias, lo sé, no tienes que decírmelo, pero hay algo que debo decirte.. -Dakota cállate y deja de hablar-pidió Jamie-No te odio, te amo y esto-dijo refiriéndose a todo lo que estaba pasando-Esto es solo una roca en el camino, lo resolveremos, todo saldrá bien-Dios no podía creer que tuviera tanta fe en que se resolverían las cosas, yo estaba por tener un colapso. -Jamie lo resolveré, de un modo u otro te sacare de ahí y resolveré todo-necesitaba que confiara en mí, aunque sabía que lo hacía, necesitaba escucharlo. -Confió en ti-fue como si leyera mi mente. La habitación comenzó a dar vueltas y me sentí mareada. -¿Dakota qué querías decirme?-fue lo último que escuche antes de que todo se volviera oscuro y cayera al suelo inconsciente. (...) Comencé a incorporarme lentamente, abrí mis ojos y mire a mi alrededor, aún seguía en mi habitación, estaba en mi cama acostada con un paño mojado en mi frente, no recordaba que había ocurrido, solo recordaba que estaba hablando con Jamie, después todo se volvió negro. -Me desmaye-susurre para mí. Mire a mi derecha donde estaba mi mesita de luz y el reloj indicaba que eran las ocho de la noche, Dios, mi madre ya estaba en casa y yo había perdido tiempo sagrado. Me levante de la cama con un movimiento brusco, mala idea, ya que me sentí un poco mareada, me quede quieta y después de unos segundos volví a la rutina normal, camine al baño y allí me peine, cambie y lave mis dientes. Agarre mi morral, antes de hablar con mi madre iría a ver a Jamie, él era importante en estos momentos. En el morral guarde lo esencial, mi celular y las cosas del médico, se lo diría, le contaría del bebe, sé que no era el momento, pero era mejor ahora que después. Cuando ya tenía todo, salí de la habitación, por suerte los gorilas no estaban, camine con paso apresurado hacia las escaleras y baje estas, agarrándome de los costados para no caerme. Cuando llegue a abajo, agarre la puerta pero esta no se abrió. Estaba con llaves. -Mierda-grite enojada. Ya me tenía harta mi madre con este jueguito tonto. Camine enojada al estudio de mi madre y sin permiso entre en él. -¿Me mantendrás encerrada acá como si fuera un esclavo?-grite para que me prestara atención una vez en la vida. Ella estaba sentada en su escritorio, cuando me escucho levanto la cabeza asustada y me miro. -A mí no me hablas así-grito y se levantó de su asiento. -Entonces déjame salir, ¿por qué haces esto?-pregunte, trate de respirar hondo y calmarme pero esta mujer, que era mi madre, me ponía histérica. -¿Para qué? ¿Para qué vayas a ver a ese?-pregunto, rodeo el escritorio y se paró al frente mío a unos cinco pasos alejada de mí. -Ese como tú lo llamas, es la persona a la que más amo- -Es un profesor, te lleva años, si te hubieras enamorado de alguien ¿por qué no de uno de tu edad?- -¿Y tú que carajos dices?-pregunte, sus ojos se abrieron en reacción a mi actitud, el respecto se había ido, todo al retrete.-Papá era tu instructor de piano, 15 años mayor que tu e igual te metiste con el- -A tu padre no lo metas-amenazo mi madre. -Debo hacerlo, esto es justo lo que sucede ahora, los abuelos no aceptaban esa unión entre tú y el, pero igual lo hicieron, se casaron y me tuvieron-sentí como una lagrima recorría mi mejilla. Mi madre también lloraba, los recuerdos de mi padre nunca le hacían bien, pero esto era igual se repetía la historia. -Mamá yo lo amo, más que a nada, él nunca me haría daño, jamás me lastimaría, él también me ama-me comencé a acercar a ella, pequeños pasos, hasta que estuve frente a frente. -Mamá-pedí su atención ya que ella miraba el suelo, levanto la vista y me miro-Mamá.... estoy embaraza-dije y pude sentir como ella dejaba de respirar. -¿Q...u…qué?-pregunto sin voz. Saque los exámenes y las ecografías de mi morral que estaban en un sobre marrón y se las entregue, ella me miro y después al sobre, hice una seña con la cabeza para que lo tomara y ella lentamente lo hizo. Ella abrió el sobre y saco los papeles, comenzó a leerlos y mientras los leía me miraba y volvía a las hojas, la foto de la ecografía estaba aún en el sobre, agarre este y saque la foto. -Este es tu nieto o nieta-dije con lágrimas en los ojos mientras le daba la foto. Ella con manos temblorosas la agarro y la observo. -Mamá ¿quieres que se repita la historia? ¿Te gustaría que tu nieto o nieta creciera sin un padre? porque a mí no -dije negando. Ella me miro y sus ojos estaban cristalinos. -Hija-dijo sin voz y me abrazo fuertemente enterrando su rostro en mi cabello. Yo también la abrace y las dos comenzamos a llorar. Estuvimos abrazadas unos segundos, después ella se alejó y camino a su escritorio, abrió un cajón y saco un sobre blanco. -Toma-dijo entregándomelo, lo agarre y pude notar que era grueso-Paga la fianza y sácalo de allí, dile sobre él bebe y después quiero hablar con el-dijo y mi corazón latió con fuerza. -Mamá, gracias-dije llorando aún más, la abrace con fuerza pero después me aleje, guarde todos los papeles en mi morral y mamá me dio las llaves de la puerta de entrada y después salí a toda prisa de allí hacia la comisaría. 

Narra Jamie.
-Bueno chicos parece que les gane otra vez-dije mientras mostraba mis cartas en la mesa, el gordo que se llamaba Dylan tiro sus cartas con enojo y el rapado, Dick, hizo lo mismo. Ambos me pagaron y yo solo sonreía victorioso. El policía volvió y saco sus llaves. -Pattinson, pagaron tu fianza, te vas-dijo y abrió las puertas. Lo mire confundido pero callado, salí de la celda no sin antes despedirme de los muchachos. Se escuchaba como llovía con fuerza. Me entregaron mis cosas, que no eran muchas y después salí a la entrada, allí había una chica parada de espaldas, apenas me escucho entrar se dio la vuelta. -Jamie-grito Dakota y corrió hacia mí, con sus brazos rodeo mi cuello y después depósito un beso en mis labios. -Lo siento tanto-dijo sobre mis labios. -¿Cómo me sacaste?-pregunte. -Pague la fianza, mi madre ya lo sabe, Dios debo contarte tantas cosas pero acá no, en tu casa-dijo y agarro mi mano y me condujo hacia la puerta de salida. (...) En el taxi me contó todo, lo de su madre, la discusión todo, aunque sabía o presentía que no me estaba contando todo. Llegamos a casa y cuando entramos ella me abrazo fuertemente. -Lo siento tanto-volvió a repetir. -Dakota ya está, todo ya paso o ¿no?-pregunte y ella no contesto, solo esquivo mi mirada-Dakota ¿qué sucede?-pregunte pensando en lo peor. Dakota abrió su morral y de allí saco un sobre marrón y me lo entrego. -¿Qué es esto?-pregunte agarrándolo. -Ábrelo y veras- su voz se escuchaba con miedo. Fruncí en entrecejo y lo abrí, en él había papeles, parecían exámenes, no comprendía muy bien. -No entiendo-dije mirándola-¿Me puedes explicar qué es esto? ¿Estas enferma o algo?-pregunte. Ella tomo aire y después hablo. -Esos papeles son exámenes que me hice donde dicen que...-ella se quedó callada y algunas lágrimas brotaron de sus ojos. -Dios Dakota no me asustes-pedí con miedo. Ella me dio la espalda y de sentó en el sillón (el grande), me puse delante de ella, en cuclillas para poder mirarla a los ojos. -Dakota mírame y dime que pasa-pedí mientras agarraba sus manos. -Yo....yo..estoy embarazada-dijo entre lágrimas. Pareció como que si todo se detuviera y estuviera volando, ¿embarazada?, ¿Dakota embarazada? ella tenía un pequeño hijo mío dentro suyo. Quede en shock y no pude evitar sonreír. -Lo siento tanto, yo no sabía, soy tan estúpida-puse una mano en su estómago y ella se cayó. -Tienes un bebe acá dentro, mi bebe, nuestro bebe-dije sonriendo feliz. -¿No estás enojado?-pregunto secando sus lágrimas. -Claro que no, estoy en shock, pero no-acaricie por arriba de su ropa su vientre y después ella puso su mano arriba de la mía. -¿Quieres verlo?-pregunto. La mire y asentí. Ella agarro el sobre y lo abrió, de allí saco un pequeño papel y me lo entrego. -Ese es tu hijo-dijo con un sonrisa señalando algo blanco y chiquito. Tape mi boca para que no se escapara una risa estúpida, Dios es tan lindo y pequeño, era mío, yo hice eso. -Te amo-dijo con los ojos llenos de lágrimas. Ella sonrió y después acaricio mi mejilla. -Yo también te amo-dijo y se acercó para besarme.

Narra Dakota

. -Es muy chiquito - la voz de Jamie sonaba tan feliz, estábamos acostados en su cama, mi cabeza recostada en su pecho y sus brazos me rodeaban acercándome más a él, en sus manos tenía la ecografía. -Sí, recién tiene un mes de vida, claro que es chiquitito-dije riendo. -¿Cuándo sabremos el sexo?-pregunto curioso. -No sé, tal vez a los tres meses-levante la mirada para encontrarme con la suya.- ¿Qué quieres tú?- El me miro e hizo una mueca como pensando. -Nene-dijo confiado. -Si a mí también me gustaría un nenito, con tu pelo, tus ojos, tu boca-dije lo último y me acerque para besar sus labios. Cuando nos separamos, acaricie mi nariz con su barbilla, se había afeitado y bañado hace unos minutos por eso su piel estaba suave. Volví a apoyar mi cabeza en su pecho y escuche el latido tranquilo de su corazón. -Hay algo que no te dije-confesé con miedo. -¿Qué?-pregunto. -Mi madre..ella quiere hablar contigo-susurre aun con miedo, agarre la ecografía que estaba ahora sobre su abdomen y la puse en su mesita de luz. Me volví a acostar en su pecho ahora abrazándolo más fuerte. -Está bien-dijo después de un rato-Hablare con ella mañana-dijo y beso mi cabello. -Bien-se podía sentir la incomodidad del momento y comencé a pensar en algo para sacar la incomodidad. -Jim-dijo Jamie rompiendo el silencio. -¿Qué?-pregunte levantando mi cabeza para mirarlo a los ojos. -Me gusta el nombre Jim para un niño y Dulcie para la niña-confeso y no pude evitar sonreír. -Me encanta-dije sobre sus labios después los bese con ternura. -Vamos a dormir, mañana será un largo día-dijo besando mi frente, volví a acostarme en su pecho, Jamie estiro su brazo para apagar la luz después me abrazo fuertemente

Mi alumna favorita ❤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora