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La luz natural atravesaba la ventana e iluminaba su rostro adormilado, siendo la causante de que debido al leve calor que producía, se fuera despertando seguido abrir sus ojos poco a poco. Su cabeza dolía, pero eso no le fue impedimento para incorporarse y mirar a su alrededor.

Se hallaba sobre una cama pegada a la pared de una habitación color siena, la cual constaba, además del lecho, con una mesilla junto a ésta, un escritorio repleto de papeles y un armario. La puerta de la habitación permanecía cerrada y por la luz del sol, y el clima, deducía que era temprano por la mañana.

Llevó una mano a su cabeza y con cuidado, palpó la venda que rodeaba esta. Ahora que se daba cuenta, ni siquiera llevaba las prendas que recordaba haber llevado puestas, en su lugar, vestía con una camisa blanca y pantalones oscuros. Levantó un poco la tela y vio las gasas y vendas que rodeaban su abdomen.

Se preguntaba cómo había llegado ahí, ya que sus últimos recuerdos lo situaban en un río a las afueras de la ciudad junto a un omega al que vio tal y como fue traído al mundo. De pronto, el chirrío de la puerta de madera lo sacó de sus pensamientos.

—Oh, ya has despertado. —Habló el beta de cabellos rojizos, adentrándose en la habitación con un vaso de agua en mano. —¿Cómo te encuentras? —Se acercó a él y dejó el recipiente sobre la mesilla.

—¿Quién eres? —Preguntó, sentándose mejor de manera que recargaba su cuerpo en el respaldo. —¿Dónde estoy?

—Estás en mi hogar, mi amigo insistió en llevarte y este fue el único lugar donde podías quedarte a descansar. Esta es mi habitación. —Explicó el joven, extendiendo su mano hacia el menor. —Jung HoSeok.

El castaño dudó por unos segundos antes de alzar la mano y tomar la suya por cortesía.

—Kim TaeHyung.

—Te conozco. —Deshicieron el pequeño agarre. —La gente ha estado hablando de ti estos días, eres el pirata que sobrevivió de aquel barco pirata, ¿me equivoco? —Negó el alfa con la cabeza, seguido de mirar el vaso de agua y señalar con su índice.

—¿Puedo?

—Para eso lo traje.

Sin esperar más, tomó el vaso y comenzó a beber de él.

—Has estado durmiendo por un día entero, debo de pedirte una disculpa por el golpe que te di.

—Descuida. —Dejó el recipiente ahora vacío de vuelta a la mesilla. —¿Esto es algún tipo de trampa? —El beta alzó una ceja intrigado. —Sabes que soy un pirata, ¿por qué me acogerías si no es para entregarme y obtener una recompensa?

—Tenía pensamientos de hacerlo, pero no soy del tipo de persona que quiere verse involucrado en esas cosas, además, como ya he dicho antes, mi amigo quiso resguardarte. —Se encogió de hombros.

—¿Es el omega con el que estabas? —Preguntó. —El pelinegro, el que estaba en el río.

—El mismo.

—¿Por qué?

—Verás, yo no apoyé su idea al principio, pero dice que tú le ayudaste hace una semana en el prostíbulo donde trabaja. —El castaño frunció su ceño, haciendo memoria de lo sucedido aquella vez. En cuanto al pelirrojo, su mirada permanecía inquisitiva sobre el contrario. —Además, también lo hiciste en mi ausencia el día anterior, cuando aparecieron esos dos guardias. Que por cierto, ha aumentado la vigilancia cuando encontraron sus cuerpos. —El alfa echó su cabeza hacia atrás, suspirando antes de hablar.

—Gracias.

—Dáselas a mi amigo cuando venga, porque es por él que accedí a llevarte aquí. —El castaño no dijo nada, pero el beta tomó asiento a orillas de la cama. —¿Por qué no te acostaste con él? —Preguntó de repente y el alfa le miró con intriga. —Entiéndeme, pero nunca había oído de un alfa resistirse al celo de un omega, sea de la clase que sea.

Claro de Mar [Taekook - Omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora