CAPÍTULO 1

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-Jimin... es hora de desayunar, corazón.

La puerta estaba completamente cerrada, la tranquilidad se podía notar por todo el lugar. Solo el pequeño viento arropaba el cuerpo de Hoseok, éste estaba concentrado en despertar al pequeño rubio de linda sonrisa.

Después de la partida del propietario de la mansión, se había tirado a llorar sin hacer realmente consciencia de sus actos, dejándose llevar por sus crueles sentimientos.

Para ese entonces era demasiado tarde, la media noche había caído y él ante la luz de la luna y los efectos del alcohol, se durmió sin revisar a Jimin.

Por eso, ahora desesperado, llamaba al rubio sintiendo los nervios de punta pues tendría que hablar con el menor de lo que había pasado con su amante. Con Min Yoongi.

-Jimin... -susurró esta vez para si mismo. Se sentía morir por dentro.

Acercó la mano para dar suaves toques en la gran puerta de madera, pero la alejó al instante al momento de escuchar como era destrabada por el otro lado.

Un Jimin sonriente se encontraba recién bañado y cambiado. Hoseok suspiró agradecido.

-Buenos días, Hoseok -Jimin sonrió ante la presencia del pelirrojo en la puerta.

-Buenos días, Jimin -pausó al igual con una sonrisa-, veo que ya estas preparado para desayunar.

-¡Claro! Hoy haré muchas cosas con Yoongi -dijo alegre. Hoseok sintió esa enorme necesidad de salir del lugar e ir por Yoongi él mismo. ¿Cómo le contaría a Jimin que Yoongi se fue? Y sin despedirse.

El menor era claro que ya sabía la situación. Solo quería ver qué clase de mentira o explicación le daba. Por más que doliera.

-¿Qué ocurre Hoseok? ¿por qué estas temblando?

Hoseok parecía estar en otro mundo, alejado de la triste y cruel realidad.

-Jimin... tenemos que hablar -Hoseok dijo por ultimo y empujó al menor dentro de la habitación.

Jimin no se resistió en ningún momento. Estaba preparado para lo que seguía. Oh eso pensaba él. Jimin se sentó en la cama del lado donde Yoongi siempre dormía, comenzó a dar suaves toques, buscando el calor de Yoongi. Pero claro que no encontraría nada.

Hoseok con pena y pesadez dio un suspiro grande, él sabia que no iba aguantar ver a Jimin llorar. No otra vez.

-Jiminnie... mi hermoso Jiminnie -musitó tiernamente con ojos brillosos. Él lo amaba tanto, como si fuera el hermano menor que nunca tuvo-. Eres tan joven, tan joven...

Jimin sonreía feliz ante las palabras llenas de cariño de Hoseok. Eran tan cercanos que los podrían confundir con una hermosa pareja de hermanos.

-No sé cómo decirlo, pero... -Hoseok no se atrevió a observar a Jimin. Era tan cobarde por no hacerlo. Por no ver a Jimin directamente a los ojos-. Jimin..., Yoongi se fue a Francia, París con su familia adoptiva.

Hoseok soltó y no pudo evitar que un dolor se iniciara en su pecho. No quería ver al menor. No quería.

-Hoseok -llamó Jimin en un tono serio-, Hoseok mírame a los ojos... -repentinamente su tono había cambiado a uno de suplica, Jimin estaba suplicando y no solo con su voz apunto de quebrarse sino que también, la forma tan penetrante en la que su mirada lo analizaba.

El pelirrojo rendido y con la culpabilidad carcomiéndolo por dentro, alzó su vista a Jimin, el corazón se le rompió en mil pedazos al observar los ojos del rubio con un leve brillo, que daba inicio a las lágrimas amenazando ferozmente el salir.

My Baby 내 아기 ||| YOONMIN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora