CAPÍTULO 3

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Habían pasado exactamente cuatro años y para Min Yoongi, la vida después de su partida, aquel día de lluvia y tormentas tempestuosas había cambiado para siempre.

El hombre risueño y que la mayor parte del tiempo estaba feliz se había esfumado cuando su pie tocó el frío suelo de madera de la que se fue convirtiendo en su nueva casa y se dio cuenta de que esto no era mas que un simple y horrible castigo que el mundo le daba por sus malas decisiones.

Después de todo, él no podía asegurar que su pasado era completamente bueno. Él por mucho tiempo había estado metido en los sucios tratos y mafias francesas, siendo Yoongi el jefe superior de una de las mafias mas grandes y desquiciadas del mundo, convirtiéndose al instante en el monstruo más temido de toda Francia, Italia y Rusia.

Matar y asesinar por mucho tiempo fue uno de los pasatiempos del azabache, hasta convertirse en un círculo vicioso donde su cabeza no dejaba de pensar en cuál seria el siguiente en ser arrancado de su vida por las manos siniestras de Yoongi.

Su futuro era expander la mafia Min por todo el mundo, él quería poder, él tenía poder y él iba a ser el único al que respetarían.

Pero algo cambió cuando un pequeño intruso había aparecido en su vida.

Park Jimin, cabello dorado, piel deliciosamente bronceada, ojos brillosos color miel y labios regordetes, una cara angelical a los ojos del azabache. Y su cuerpo, su cuerpo era lo más llamativo de todo. Era esbelto y tenía una linda cintura, piernas grandes y un trasero firme, Yoongi extrañaba sentir la delicada piel desnuda de Jimin en sus manos.

Ese pequeño niño se había convertido en su centro de atención después de haber asesinado a sus padres, ya que no habían devuelto el dinero el día que debieron hacerlo. Jimin había sido su paga, su forma de tratar de "escapar" del problema, pero lo único que lograron hacer fue enfurecerlo más.

Estaban dando a su hijo como paga a un desconocido, a un mafioso, a una persona que día y noche mataba y hacia cosas ilegales.

Para Yoongi ellos eran una escoria más para eliminar del mundo.

Por eso mismo, esa noche del 7 de agosto, Yoongi había asesinado a los padres de Jimin y se había hecho responsable del adolescente, el cual nunca dijo nada al respecto. No lloró, no habló y no hizo nada cuando se enteró de la muerte de sus progenitores y Yoongi en parte se había sorprendido, pero por otro lado lo había agradecido ya que eso significaba un problema menos.

Con el paso del tiempo, la cercanía y los roces surgieron efecto, Jimin estaba en pleno desarrollo y tenía a un hombre hermoso a su lado así que inevitablemente los sentimientos de amistad se convirtieron en otra cosa, y Yoongi había formado ese instinto protector y posesivo con el menor y es que el pelidorado se había convertido en su bebé, en la persona que amaba ver sonreír en todo momento, mientras que Jimin se había enamorado profundamente del hombre que sin saberlo lo había sacado de un verdadero infierno.

Los pensamientos de Yoongi se vieron interrumpidos por el sonido ensordecedor de una puerta siendo azotada con fuerza, el pelinegro gruñó y viró hacia el lugar donde provenía el ruido. Se topó con el rostro desfigurado de rabia de una mujer que le doblaba la edad.

-Vous êtes un damn, Yoongi -ella dijo apenas y entró.

El rostro apacible de Yoongi demostraba que no le interesaba en lo más mínimo lo que ella estuviera haciendo ahí.

-Que veux-tu, mamá? -preguntó Yoongi, sacando de su maletín unos sobres color blanco.

-Eres un idiota -siseó molesta, su puño se estampó contra el escritorio de madera color café y su semblante se endureció.

Yoongi no dijo nada, lanzó los cuatro sobres frente a ella y la miró a los ojos, un brillo en ellos y su madre temió. Aun así no habló y de mala gana abrió los sobres y sacó cuatro fotografías diferentes.

-Ahí está lo que me pediste que hiciera, ni mas ni menos -Yoongi se levantó de su asiento y sacó la revolver que traía en su traje para ponerlo sobre la mesa-. La mafia de los Jung a sido destruida, los cuatro líderes son los de las fotos, me pediste que eliminara a todos los que te estorbaban y eso hice.

-No me refería a Jung Lee Hyung -exclamó y tiró las fotografías al suelo-, tú sabias que él no era una molestia.

-Claro que no era una molestia para ti. Por lo menos no cuando estaban en la misma cama-su madre abrió la boca y luego la cerró y apretó su mandíbula. Las espesas cejas de Yoongi se levantaron-. ¿Oh me equivoco?

Ella respiró profundamente y se acomodó el hermoso vestido color rojo que caía por su cuerpo, amoldándose a sus curvas con firmeza. Su rostro no estaba tan tranquilo después de todo, y al igual que Yoongi, su cara tenía un aura completamente inquietante.

Pero aun así, la pálida no dijo nada, colocó un pequeño mechón de cabello detrás de su oreja y sus largas pestañas revolotearon mientras veía en el suelo las imágenes delante de ella.

Cuatro cuerpos inertes yacían en diferentes posiciones, uno estaba boca arriba, la bala había dado justo en la cabeza, otro estaba boca abajo y no se veía mas que el gran charco color carmesí rodeando el cuerpo del hombre, mientras los otros dos estaban apilados como si de basura se tratase, el cuerpo de su amante era uno de ellos.

Con la poca paciencia que le quedaba, miró a su hijo y se preguntó si realmente todo había acabado.

-Te vas a ir -afirmó ella y luego comenzó a caminar hacia él.

Yoongi la miró expectante, su postura dura se relajó al ver que ella se paraba frente a él y asintió.

-Lo haré.

Ella frunció su entre cejo y negó.

-¿Me dejarás... otra vez?

Él la miró y por un momento sintió pena, pero ese horrible pesar se fue al recordar con rencor el porqué ahora mismo se encontraba frente a su progenitora y enfureció.

-No tienes nada qué protestar, he hecho tu jodido trabajo, volví a ensuciarme las manos cuando le prometí a Jimin que no volvería a hacerlo.

Ella cambió su expresión a una de asco y enojo.

-Ese niño -dijo ella-, ese estúpido niñato es el que ha estado cambiándote a lo largo de estos años, por él me dejaste, ¿cierto?

Yoongi tomó inesperadamente el cuello de su madre con una mano cuando sintió su cuerpo hormiguear por la furia al escuchar esas palabras salir de la boca de la contraria.

La mujer, comenzó a golpear y aruñar los brazos de su hijo con fuerza, su rostro lucia asustado y desesperado por todo el aire que se le estaba negando, las gotas de sudor en la cara de Yoongi acariciaron su frente y él habló con la voz más fría que su madre había escuchado en mucho tiempo.

-No te atrevas a llamarlo así de nuevo -amenazó él y luego la acercó más, cara a cara-. Me voy a largar de aquí y me iré con Jimin, así que no creas que volveré a este lugar para salvarte cuando estés en la ruina, madre.

Su madre temió por su vida al ver la satisfacción recorrer los ojos negros de su hijo, su visión poco a poco comenzó a nublarse, por inercia las saladas lágrimas salieron y fue ahí cuando Yoongi la soltó y ella cayó al frío suelo mientras tosía en busca de aire.

El pelinegro la observó por largos segundos sin ninguna intención de pedir disculpas o ayudarla, así que después la rodeó dándole la mínima importancia y se fue.

Su vuelo a Italia estaba a punto de salir y él ya estaba mas que preparado para volver.

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⏰ Última actualización: Mar 03, 2019 ⏰

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