Dos vidas unidas.

CAPÍTULO 1. Layla

"Estaba en un escenario, el cual no había visto nunca. Habían más de 800 personas y yo estaba a punto de salir a hacer un backflip que marcaría el final de la coreografía. Justo antes de salir al escenario, veo a un chico alto, moreno y con el brazo tatuado. Me sonaba bastante pero nunca antes lo había visto. Salí al escenario y justo en mitad del salto, me tropiezo y caigo directa al suelo. Noto como las lágrimas empiezan a caer por mis mejillas. De repente escucho a alguien llamándome."

- Layla, despierta.

Abro los ojos y, como no, ahí está mi madre despertandome un sábado por la mañana.

- ¿Qué hora es? - pregunté mientras bostezaba y notaba que aquellas lágrimas del sueño eran reales.
- ¿Qué soñabas? - me preguntó cambiándome de tema.
- Un mal sueño, supongo.
- Bueno, ha venido Emily, yo me voy a trabajar - dijo despreocupándose y dándome un beso en la mejilla.
- Chao.

Emily es mi mejor amiga, nos conocimos cuando teníamos 6 años, ya que su padre es abogado y muy buen amigo de mi padre.
En cuanto mi madre salió de mi habitación, Emily entró.

- Gracias, Helen - le dijo Emily a mi madre y seguidamente cerró la puerta.

Ella es alta, delgada y morena. Iba vestida con unas mallas adidas, un top blanco y una chaqueta negra adidas.
Es muy raro que Emily venga un sábado temprano a casa, sólo viene cuando hay ensayo.

- ¿Qué haces todavía en la cama?
- Mmmm... es sábado... - dije mirándola extrañada.
- ¡Tenemos ensayo en 1 hora! - dijo casi gritando.
- ¿Qué dices? - pregunté mirando la hora y desactivando el modo avión.

Era cierto, habían mandado un mensaje anoche, cuando yo ya estaba durmiendo.

- No lo había visto, me dormí temprano.
- Pues mejor que te des prisa.

Me dí una ducha y me vestí con un chándal gris y un top blanco. Fui a la cocina, donde Emily me estaba esperando, cogí una manzana y salimos para ir a la escuela, la cual estaba a 15 minutos andando.

Durante el camino estuvimos hablando sobre la competición que se acercaba. Si lográbamos quedar entre los 5 primeros puestos del campeonato nacional, nos iríamos a "World of dance" que se celebraba en Nueva York. Uno de mis mayores sueños era bailar allí, y pensaba darlo todo para cumplirlo. Aunque a mi padre no le hiciese gracia, ya bastante hace con pagarme una de las mejores escuelas de baile de Buenos Aires.