Eran las 2 de la tarde cuando llegaba a mi casa del ensayo. Al entrar vi a mis padres sentados en la mesa de la cocina, seguramente acaban de llegar de trabajar.
- Holaa, ya llegué - dije forzando una sonrisa, ya que lo único que quería era llegar a mi cuarto, darme una ducha y tumbarme en la cama.
- Layla, tenemos que hablar contigo - dijo mi padre mirándome fijamente.Me acerqué a la mesa y me senté enfrente de ellos.
- Me han vuelto a ascender en el trabajo y Jack, nuestro jefe, quiere conocerte.
- Esta noche tenemos una cena a la que queremos que vayas... Jack irá con su mujer y su hijo...
- ¿Esta noche? ¿dónde?
- Si... en una de sus casas.
- Pufff... está bien, iré, pero ahora necesito descansar.
- Gracias, Layla.No lo voy a negar, estaba bastante nerviosa. El jefe de mi padre me quería conocer, un hombre muy importante... Y lo peor: irá con su hijo. Nunca lo he visto y muy pocas veces he oído hablar de él...
La tarde se me pasó rápido y cuando menos lo esperé, ya era la hora de salir. Me había puesto un vestido rosa pastel que me quedaba por arriba de las rodillas, con las mangas y parte de la espalda de encaje; y unas sandalias negras con un poco de tacón. Me planché un poco el pelo y apenas me maquillé.
Tardamos como unos 45 minutos en llegar. Cuando íbamos llegando vi que la casa de Jack era una increíble mansión de lujo. ¿Qué me iba a esperar de un empresario tan conocido y tan exitoso como él?
Nos abrió la puerta Jack junto a su mujer, saludamos y entramos. Al llegar al salón, había un chico sentado en uno de los sillones blancos que había. Era más o menos alto, Moreno y con el pelo negro como lo eran también sus ojos. Iba vestido con unos pantalones vaqueros negros y una camiseta de botones blanca. Era muy lindo y su cuerpo se veía trabajado.
En cuanto nos escuchó, se levantó para saludar. No me quitaba los ojos de encima y eso me ponía aún más nerviosa.
Fuimos a la mesa y Mathew, el hijo de Jack, se sentó justo enfrente de mí. Sentí como me sonrojaba.Mientras cenamos, varias veces Jack me preguntaba cosas como mis estudios, pero nada del otro mundo.
- Mathew, puedes ir con Layla a enseñarle un poco la ciudad - dijo Jack mirándonos a ambos.
Era un lugar nuevo, al que casi nunca he ido y me gustaría, la verdad, pero... ¿con Mathew? Si ya estaba nerviosa de por sí, imagínense ahora.
- Okay, no hay problema, ¿quieres Layla? - dijo Mathew.
- Vale- dije con una sonrisa.Mierda.
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Dos vidas unidas.
Ficção AdolescenteSIPNOSIS Layla tiene 15 años, su pasión es la danza urbana. La relación con sus padres no es del todo mala. Su padre, Elliot, ocupa un puesto muy importante en una empresa de abogados, donde la madre, Helen, es la secretaria. Layla desea ser bailari...