Único

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–¿Qué debería hacer?– suspiró mientras pasaba su mano por aquel pelaje negro –La secundaria y todo lo relacionado puede llegar a ser completamente horrible, y más si eres como yo.

Como única respuesta recibió un maullido de aquel gato callejero con el que hizo amistad hace algún tiempo atrás.

–Es tan fácil para ti Chimuelo.– de repente y como si fuera provocado por sus palabras, Chimuelo le mordió la mano que anteriormente le acariciaba su garganta, seguido de maullarle y golpearle levemente la mano con su pata que en el pasado se encontraba lastimada. –¡Okay!, entendí, ninguno de los dos la tiene fácil.

Después de todo no puede comparar sus vidas. Sí, que Chimuelo no tiene que pasar por la escuela y las tareas, todos los dramas adolescentes y preocuparse por ser alguien destacable con respeto y no un blanco de burlas, aunque bueno, éstas empezaron a disminuir gracias a la ayuda de cierta persona. Además de tener que pasar por el complicado tema de los sentimientos y resignarse a ser alguien invisible y a la vez notorio por tener la apariencia de un pescado parlanchín –según él–.

Pero él sabe que en un futuro crecerá y cambiará de la apariencia que porta, esta en esa etapa de cambios que no para de repetir su madre, después de todo. Al fin y al cabo sólo tiene quince años.

Si a todo eso le sumamos la complicada relación que comenzó a tener hace poco con la chica que le gusta y lo hace literalmente suspirar, para él en su más sincera opinión, la tiene difícil.

Pero él no tiene que pasar por el constante riesgo de vivir en las calles y someterse a las distintas pruebas de supervivencia que cada animal debe superar para vivir. Buscar comida, refugio para los días con mal clima, y contando con las peleas a las que se enfrentan por casi todo con otros animales, y considerando su resistencia física...

Chimuelo la tiene difícil.

No, para nada puede comparar sus vidas. Se ve que cuando encontró a Chimuelo la había pasado muy mal, y de seguro él es capaz de defenderse totalmente, lo supone por la brava actitud que tuvo con él en un principio.

–¿Entonces que opinas?– Chimuelo se había alejado un poco de él para tenerlo frente a frente –¿Me confieso o no?

Maulló respondiéndole, lástima que no le entendiera.

Hace poco, como unas cuatro semanas atrás, había vivido toda una aventura por la ciudad de Berk junto a la chica de sus sueños. Desde entonces han hablado mucho más y conociéndose mejor, algo muy bueno para, ¿su relación? ¿Qué tenían exactamente ellos dos después de ese día hace unas cuatro semanas? Lo único que puede confirmar seguro es un avance.

Pues en primer año sólo se conocían de vista, en segundo comenzaron a hablar pero con él siendo él, esas 'pláticas' no duraban mucho. Y finalmente a mitad de tercero, justo sucedía eso.

Lo que pasaba por su mente era si dejar las cosas claras ahora, ¿pero, lo inciaba él al confesarse y dejarle claros por fin sus sentimientos? ¿O esperaba a que ella aclarara lo que tuviera que ser aclarado?

–¿Ya te vas amigo?– preguntó saliendo de sus pensamientos cuando el gato igual a la noche saltó a la barda que separaba ese jardín con la casa de al lado.

Recibió un maullido y movimiento de cola por respuesta, y después de ser observado por unos cuantos segundos por sus ojos verdes, se marchó de su lugar de reunión.

Hiccup suspiró y se alcanzó su mochila para sacar su teléfono y ver la hora. Al ver los dígitos en la pantalla, nuevamente lanzó otro suspiro para salir de ese patio abandonado y echarse a correr a su escuela en la que ya va más que tarde.

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⏰ Última actualización: Feb 18, 2019 ⏰

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