Nova de la esperanza.

Prologo: Sonriamos hasta el fina, ¿Sí?

Aún mantengo presente el recuerdo de cuando nos conocimos, de cuando el maestro nos presentó como hermanos. Aunque me apeno de recordar como mi corazón ignoro las palabras de ese hombre y se enamoró de ti.

Te amé, incluso comienzo a creer que aun te amo, Elinor.

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Espere por horas al maestro en la entrada de nuestro clan, parecía que jamás aparecería y eso me molestaba. ¡Quería irme a jugar!, o ¿acaso esto era una prueba para demostrar cuenta paciencia tenía?

- ¡Ya me aburrí!

Me queje esperando que este saliera de algún arbusto riéndose o a regañarme, pero no fue de ese modo. Las personas de ese lugar me miraban al pasar, quizá lo hacían porque tenía un extraño color de cabellos, también podría ser por los rumores que se esparcieron cuando llegué.

Allí estuve esperando, incluso vi como la luna cubrió al sol con una manta y deseo que tuviera buenos sueños. Temía a la noche, pero más temía pensar que el maestro podría no regresar.

Junte mis manos para rezarle a nuestro dios.

-Por favor, envía a las estrellas para que le hagan un camino hacia nuestro hogar. Ilumínalo cuando la oscuridad lo envuelva y si lo haces prometo que una constelación hare a tu nombre, así que por favor tráelo a casa sano y salvo.

Rece y pareció que mis palabras fueron tomadas, porque regresaste a casa con una niña en tus brazos. Ella parecía una estrella por sus colores, pero una estrella apagada.

-Lo siento por hacerte esperar tanto, Aurok.

Dijo con una sonrisa al estar enfrente de mí, lágrimas surgieron de mis ojos y con dolor solté.

-Pensé que no regresarías.

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Recuerdo que el rostro del maestro fue uno de sorpresa, al igual que se desesperó un poco por no saber cómo calmar los millones de lágrimas que caían por mis mejillas, pero en cambio, tú si supiste como pararlas.

Puedo recordar que despertaste de tu sueño solo para eso.

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Esa niña limpio cada lágrima que caía con sus pulgares, incluso dibujo una sonrisa en sus pálidos labios.

-Sonríe conmigo, ¡Vamos a quitar todos esos males que sientes con sonrisas!

Solo comencé a sentir y de a poco una sonrisa fui dibujando, incluso comenzaste a acariciar mi cabello diciendo.

-Eres un buen niño, ¡Ahora jamás volverás a sentir tristeza!

Aunque parecía que nuestras miradas no serían separadas, que nos encontraríamos un rato de ese modo- Tú acariciando mis cabellos y yo sonriendo mientras lo hacías- no fue así. El mayor captó la atención de ambos con el tarareo de una canción que tanto conocía.

-Vamos a llamar este lugar nuestro hogar.

Canturree con alegría a lo que él asintió.

- ¿Nuestro hogar?

Ella pregunto, a lo que él volvió a asentir como respuesta.

-Bienvenida Elinor, este es tu nuevo hogar. Él es tu hermano mayor, Aurok.

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Lo siento maestro, pero te engañé en ese momento cuando dije "¡Siempre quise tener una hermanita menor!".

Poco después me di cuenta de que mi corazón no podía amarla de esa forma; Jamás podré quererla como una hermana, pero si podré siempre fingirlo. Ella siempre será mi primer amor, quizá el ultimo porque mi corazón no quiere sentir lo mismo por nadie más.

-Oye Aurok, ¿En qué tanto piensas?

Pregunto un muchacho de cabellos verdes, mientras chasqueaba sus dedos enfrente de mi rostro para sacarme de mis pensamientos y así obtener mi atención de una buena vez.

-En el amor, ¿No crees que es la cosa más hermosa y complicada del mundo?

-Agh, tu siempre con esas tonterías.

Se quejo, para después cruzarse de brazos y disponerse a caminar en dirección contraria de donde estaba.

-Ya levántate, tenemos algo que hacer.

Anuncio con alegría y no me quedo de otra que hacerle caso, aun así, antes de irme mire por última vez el cielo.

"¿Dónde estarás ahora mismo, Elinor?"

Con ese pensamiento me dispuse a seguir al de cabellos verdes.