treinta y ocho

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―Me sentí como una tonta

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―Me sentí como una tonta. ―le explicó Delilah a Aveline acerca de su primera clase de violín― Siquiera sabía cómo sostener el instrumento. Me embargó la vergüenza hasta que comprendí que mis compañeros estaban en la misma situación. ―Al llegar al pequeño instituto de música, Delilah se halló en su clase particular con una señora mayor que, descubrió, estaba tan encantada de conversar acerca de sus nietos como de sus gatos, y un niño de once años que posiblemente aprendiera mucho más rápido que ella―. Y luego me dejé llevar. ¿Kai se ha portado bien? ¿No ha sido una molestia?

Estaban recostadas sobre la cama de Vic, y en medio de ambas, se hallaba Kai, profundamente dormido.

―En absoluto. Él tiene una gran relación con Vic, además. Y siéndote sincera, no es algo de lo que me pueda quejar. ―Delilah se rió, y luego arqueó una ceja.

―¿Se han llevado bien?

―Sí. ―Entonces Aveline comprendió las segundas intenciones en la pregunta de Delilah, y, apresurada, agregó―: Oh, no, no, no.

―¡Te has sonrojado! ―Exclamó Delilah, olvidándose por un instante de bajar la voz para no molestar a Kai.

―Vic no tiene esas intenciones. ―dijo Aveline, y aunque era consciente de que sus mejillas permanecían arreboladas, lo ignoró.

―¿Pero tú sí? ―Aveline tomó un almohadón para golpear a Delilah.

―No. ―Aveline sabía que no estaba siendo convincente, siquiera para sí misma―. Ninguno me hará caso, ya lo he podido ver. Pero olvídalo. ―Aveline se sentó sobre la cama, y pensó sus siguientes palabras. Hacía ya un largo rato que quería sacar a colación aquel tema, pero no sabía cómo―. Te tengo una pregunta, ¿No crees tú que la relación entre Vic y Miles es algo tensa?

Delilah dudó. Alguna vez lo había pensado, pero jamás percibió atisbos de que Miles tuviera la intención de contarle qué era aquello que los distanciaba, en caso de que hubiese una razón.

―Creía que era su modo de tratarse y ya. Pero sí.

―Ha sido fuerte para mí. El fandom los idealiza inseparables. ―Dijo Aveline, observando el poster de Star Wars que Vic había pegado sobre la puerta de su cuarto― Había una época en que lo eran. O que simulaban serlo. Aquí nunca sabes si están siendo sinceros contigo, o si te mienten para aparentar.

Aquella declaración, a Delilah le supo más bien agria. Pero en seguida se dijo que su relación con Miles se mantenía apartado del ojo público, y no había razón por la cual estuviera siendo insincero con ella.

Aveline volvió a recostarse. Giró sobre la cama, descubrió la almohada de Vic, donde hundió su rostro, y luego volvió a mirar a Delilah con un gesto de calma, como si hubiera sido arrebatada por una oleada de éxtasis.

―Creo que algo sucedió. Se lo preguntaré. ―sugirió Aveline, debido a que ansiaba por descubrir si Delilah tenía información que a ella permanecía ajena, aunque no creía que verdaderamente fuese capaz de cuestionar al respecto.

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