Últimas esperanzas

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Corté aquella horrible llamada y corrí a esconderme en las sábanas de mi cama, mientras lloraba y tiraba el celular hacía cualquier lugar. El frío me llenaba a pesar de estar algo tapada, ya que tener la ventana completamente abierta era el camino para un resfrío asegurado, o una hipotermia. Pero ya nada importaba. Quería dejar de sentir todo lo malo que mi cabeza reproducía, quería opacar el dolor en el pecho de alguna manera.
Había comido tanto que terminé vomitándolo. Me dieron esos ataques donde pierdo la noción de todo y me hago daño sin darme cuenta, aunque esta vez sólo me rasguñé. Mi cabeza fue directo hacia la pared una, dos, tres, hasta cuatro veces, y nada lograba hacerme olvidar del dolor que esa hija de puta me había causado.
Luego de llorar un buen rato y pensar otro, abrí los ojos y se me ocurrió una idea. Tomé mi celular (que milagrosamente no se había roto) y los auriculares, reproduciendo aleatoriamente la primera canción de la noche, que fue Top Of The World. Salí de casa y caminé por todas partes, visitando lugares que me traían mil recuerdos, sonriendo y llorando a veces, pasando desapercibida con las sombras y mi ropa completamente negra. Hace tiempo había dejado la asquerosa costumbre de usar colores en mi ropa.
Pensando en esas cosas, y mientras escuchaba Frame Of Mind, llegué a mi destino; un edificio abandonado que hace años era una de las mayores empresas de la ciudad. Nunca nadie compró el edificio, hasta que se clausuró completamente.
Como pude, esquivé todos los letreros, cintas y señales de "No pasar" hasta llegar a las escaleras. En el 2do piso apareció Euphoria en el reproductor, y en mi rostro se formó una pequeña sonrisa que no pude evitar. Eran 7 plantas, una más fatigosa que la otra en subir, pero por fin pude lograrlo.
Al llegar a la terraza, se acercaba el final de la canción, y fue el momento perfecto cuando ví que el sol estaba saliendo y las estrellas, del otro lado, parecían brillar más.
"Voy con ustedes" dijo mi cabeza. Me paré en el borde del edificio. Subir tanto para poder volar, parece un sacrificio... Y lo es.
Obviamente no esperaba volar, simplemente intenté dejarme caer... Pero sentí detrás mío la voz de un ángel, la voz de una persona que no creí encontrarme nunca... El sol estaba saliendo, y justo frente a él, estaba la única chica en el mundo que podría salvarme en ese momento.
El sol más bello del mundo, salvó a una pequeña estrella antes de cometer un gran error.

Mi mente y yoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora