«Falsa Heroína»

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No lo hice porque pensara en mí, no.
Maldita sea que no.

Tenía que probar el sabor metálico de la desgracia, rasgarme desde adentro las esperanzas, para salvar lo que quedaba de ti.
Y ahora, como toda falsa heroína, me acuclillo contra las mentiras que mi cerebro amontona.

No grito
¿De qué serviría?
Pasó, pasó, pasó
¡¡Que desperdicio!!

Podría haberlo tenido todo y sin embargo...
Si no eres protagonista, entonces recibes las balas.
Siempre lo digo, digo cosas sin sentido.
Cosas que me hacen traerte de vuelta pero convertido en murmullo, suelto y ligero, más del viento que de mi locura.
Se me agrieta el pecho bajo la sombra de mi desdicha,
Quieta con los labios encorvados, las manos trémulas, la mirada perdida en qué, vaya a saber sólo Dios.

Me dueles en las entrañas y en los papeles, donde tu letra todavía no se borra ni se arruina con el paso de los días.
Como se arruinó todo,
lo que nunca iba a ser
Lo que tal vez podría.

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