«Tonta»

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Tu voz fue como una suave canción de muerte
Y yo, me enamoré de ella
Abracé mi destrucción
con devota insistencia
Cuál dolor que estremece
hasta la última fibra

Tonta de mí
Torpe de mí

Bien merezco el desprecio
al que me han sentenciado tus labios
Y de esa nefasta prisión
ruego a Dios que nunca salga
Para que al fin comprenda
El sinsabor de la mentira
Que me ha dejado amarte tanto


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