Psíquica (bnha OC)

Capitulo 1 (prólogo)

Muchas personas se encontraban en los pasillos, en sus caras se podían ver la felicidad de por fin haber terminado su año escolar, pero también se veía un poco de tristeza al pensar que es posible que no vuelvan a entrar a aquel lugar en el que todas sus grandes experiencias habían tomado lugar.

La gran excepción era una chica que se encontraba caminando apresuradamente por los corredores, rezando a todos los dioses que conocía para poder al menos salir de esta prisión de manera normal.

~Desafortunadamente, no rezó lo suficiente~

Vio a un pequeño grupo de chicas que se estaban yendo mientras se reían y recordaban momentos entre ellas, camino incluso más rápido a su lado y las rebasó. Sintió la necesidad de darse una palmada a ella misma por su buen trabajo.

~celebró muy temprano~

-hey, Himura- dijo una de esas chicas, queriendo verse amable.-¿quieres venir con nosotras?

-No, gracias. Estoy un poco ocupada.- respondió nuestra protagonista, intentando no demostrar el miedo que les tenia.

-Pero no va a tomar mucho tiempo, solo será un momento. Algo así como nuestra despedida, ¿vienes?- intentó convencerla la misma chica.

-No, está bien. De verdad estoy ocupada.-intentó quitárselas de encima Akari.

-vamos- dijo esta vez otra de las chicas mientras pasaba un brazo por sus hombros y caminaba con ella, siendo seguidas por las demás.-será divertido. Y además no tienes ningún amigo con el que después salir, ¿verdad?-

Akari solo se dejó llevar, después de todo si es que ella intentase quitárselas de encima tendría que causarles daño, y eso era lo único que no podía permitirse.

En unos cuantos minutos se encontraban detrás de la escuela, después de todo nunca había personal ahí. En el momento en el nadie pudo verlas, sus sonrisas desaparecieron completamente y fueron reemplazadas por miradas de asco. Akari ya sabía la rutina, primero la insultarían, criticándola en todo lo posible, desde como llevaba su cabello hasta decirle que si quería verse linda debía ponerse al menos una máscara de ogro. Luego le jalarían el cabello y tal vez la golpearían en lugares que regularmente no se verían, por ejemplo el estómago. Y por último la volverían a insultar y le harían recordar sobre todas las veces que se habían burlado de ella. Y finalmente se irían dejándola ahí con otra más de sus traumáticas experiencias con ellas.

Y fue como pensó, con la excepción de que esta vez la golpearon directamente, tomaron fotos e incluso grabaron. Pero algo que casi hace que Akira se saliese de control por completo fue que esta vez quisieron humillarla contándole el cabello de manera descuidada, dejando su peinado destrozado y con su cabello, su deseo que no protegerse solo por que puede causar daño a los demás.

Cuando todo ese infierno acabo, se limitó a sentarse en el suelo apoyándose en la pared y llorar como quiso desde que todo empezó. Había sido una estúpida ,¿cómo pudo creer que la dejarían ir tan fácilmente?

Maldecía el día en el que despertó su quirk, gracias a este su vida había sido horrible. Primero, los niños se asustaban de ella. Después, se burlaron. Y por último la acosaron. Su quirk podía ser poderoso, pero incluso su familia le tenía miedo después de haber destrozado parte de la escuela, todo por culpa de su condenado quirk.

Maldecía a su familia, le prohibieron completamente el uso de su quirk, por lo que ahora no sabía controlarlo por completo.

Odiaba a todas la personas que alguna vez en sus vidas no se tomaron ni un segundo de su tiempo para poder conocerla y saltaron a conclusiones. Pero de algo estaba segura, iba a demostrar a aquellas personas que podía hacer algo que ninguno de ellos lograría ni en sus sueños, ella sería un héroe y se encargaría de ayudar a aquellas personas que sufrieron lo que ella, alentándolas a poder controlar su quirk y usarlo para el bien. Y también hacer sufrir a aquellas personas que se atrevan a dañar a otras.

Con una mirada determinada Akari Himura se levantó, secó sus lágrimas y se prometió a sí misma nunca demostrar esa faceta débil a nadie, después de todo, los héroes no son débiles.