Rainwoods

Capítulo 4- Familia

"No eres el mundo entero, pero eres todo lo que hace que el mundo sea bueno. Sin ti, viviría igualmente, pero viviría sin más."
Maxon Schreave - saga la selección
Autora Kiera Cass
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Entrar en la habitación de Mikah fue más difícil de lo que recordaba. Cuando eres un niño de 8 años es una cosa... Pero con 16 se complicaba un poco...
Cerré la ventana procurando no hacer ruido. El cuarto estaba vacío sin rastros de mi amigo. Eran las 6:30 a.m, no sabía porqué me había pedido que viniera tan pronto, después de todo, la fiesta no empezaba hasta las 12:45 y él sabía que odiaba despertarme temprano.
Me senté en la cama y observé el techo con estrellas que brillaban en la oscuridad. Aún podía recordar el día que las habíamos puesto y lo enfadado que estaba el señor Sohllimon de verme en la casa.
— ¿en qué piensas? — al oírlo me giré rápidamente para ver a Mikah en la puerta.
— en porqué me haces venir a esta hora — respondí.
— necesito tu ayuda —
— creo que ya me di cuenta— dije señalando unas bolsas que traía
— no puedo salir de casa y Billy quiere que haga una entrega — añadió sin mirarme
— dijiste que se había terminado —acoté procurando no levantar la voz
— lo sé, lo sé y lo último que quiero es involucrarte pero, Julien, te necesito hermano, por favor — tomé mi cabeza y revolví mi cabello.
— bien — cedí — pero después de esto encontraremos la manera de sacarte, ¿me entiendes? —
—  claro, gracias... — dijo con una sonrisa triste. Tomé las bolsas y me acerqué a la ventana.
— ¿a dónde?— pregunté
— el límite del pueblo, Tommy Lawsall estará allí — asentí.
— oye — agregué antes de salir por la ventana — la próxima vez déjala un poco más abierta, ya no tengo 8 años — Mikah rió y dijo que sí con la cabeza. Bajé por el techo de la casa hasta alcanzar el árbol y llegar al jardín. Al salir a la calle me puse la capucha de mi abrigo y me dispuse a ir al límite lo más rápido posible.           - cuanto antes termine mejor - pensé.

***

Pude divisar a Tommy y me acerqué a él. No me sorprendió ver duda en su rostro.
— ¿qué haces aquí,  enano?— dijo con desprecio
— traigo tu mercancía, imbécil — dije soltando las bolsas a sus pies.
— vuelve a llamarme así y no saldrás de aquí tan fácil Station — dijo pronunciando mi apellido con odio — ¿está todo?—
— sí — confirmé
— bien— dijo después de revisar las bolsas — ¿ y qué pasó con tu amiguito, eh? —
— está enfermo — mentí. Tommy no le dio importancia.
— ten — dijo entregandome un papel arrugado
— ¿qué es esto?— pregunté
— dáselo a Sohllimon, él sabrá qué hacer — me quedé mirando el papel en mis manos con temor por su significado
— ¿qué esperas enano? ¡vete!— me dijo y no dudé en hacerle caso.

***

Correr colina arriba para llegar a la casa de mi amigo, a las 7:15 a.m, con 7º... Se podría decir que no era mi fuerte. Entrar por la ventana fue algo más sencillo que la otra vez pero aún así tardé unos 5 minutos en lograrlo. Ya una vez dentro de la vacía habitación me recosté en la cama y cerré mis ojos por un rato, desperté con las sacudidas de Mikah en mis hombros.

— ¡Despierta Julien! ¡Rápido!—
— ¿huh? —
— !Helena va a limpiar mi habitación!, vamos, rápido — me levanté y lo seguí hasta la puerta.
— ¿y a dónde voy? —
— emmm, al closet y no te muevas, ya ya ya — me apuro. Hice lo que me dijo y entré en el closet, me acomodé entre medio de la ropa y allí me quedé procurando no hacer ruido.
Oí entrar a alguien en el cuarto
– Helena – pensé.
Mi corazón comenzó a acelerarse. Helena, una de las amas de llaves de la mansión Sohllimon, había sido mi primer amor. Ella era buena conmigo, además de muy (véase el énfasis en muy) bonita. Había sido algo tonto pero aún así verla me producía mariposas en el estómago, me ponía nervioso cerca suyo, si ella me preguntaba como estaba, pues yo respondía algo así como " sí, claro (risa tonta) te ves bo.. Digo tienes mmm MOCOS"... No sabría manejar la situación si llegaba a verme.