Capítulo 17 "Pistas"

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Estaba sentado sobre el sofá cuando Jonghoon se acercó para entregarle una taza de té, sintió el calor en sus manos y cerró los ojos por un momento aspirando el aroma que flotaba en el vapor. Dio un sorbo.

–¿Te sientes mejor? –preguntó poniéndose en cuclillas frente a él para poder mirarlo a la cara, lo vio asentir y ahuecó su mejilla, sonriéndole con ternura.

Jonghoon iba a erguirse cuando sintió un par de patitas apoyadas contra su pierna y recordó al perro que acompañaba al menor mientras estaba afuera, al parecer su mascota, pero fue en ese momento en que le miró mejor que creyó reconocerla.

–¿Kkoming? –murmuró al recordar que cuando era más joven había un perro igual en una tienda de mascotas, solo que apenas era un pequeño cachorro en ese entonces y le sorprendió escucharla ladrar mientras agitaba su cola como si hubiera respondido que era ella.

–Dijiste que te gustaba pero que no podías comprarla porque no te dejaban tener mascotas en el departamento... mi hermana la compró para que me hiciera compañía –murmuró.

Kyuhyun había huido, había dejado de responder sus llamadas y mensajes y pese a haberle dicho cosas terribles, había recordado sus palabras y había comprado el cachorro que a él le gustaba, incluso le había puesto el nombre que habían pensado ambos para ella. ¿De verdad le había seguido queriendo a pesar de todo el daño?

–¿Podría... quedarme un poco más?

Escuchaba el sonido del chisporroteo del aceite, algunas cosas salteándose en la sartén y sus dedos se movían con un poco de inquietud, Ahra era la única además de él que tocaba las cosas en la cocina, por eso se sentía algo ansioso, pero esperaba poder ignorar la sensación al menos lo suficiente como para no acabar con las buenas intenciones del mayor.

–He notado que te gusta el orden, así que he dejado todo como lo he hallado –escuchó que dijo Jonghoon cuando estaba poniendo la mesa y se levantó, espiando por un momento la cocina con la excusa de ir a lavarse las manos.

–¿No piensas... que es raro? –preguntó en voz baja una vez que ambos estuvieron en la mesa.

Negó–. Todas las personas son obsesivas en cierta medida, algunos lo hacen con pequeñas acciones como acomodar los billetes de cierta forma en la cartera o colocarse el auricular correspondiente en cada oreja y otros lo muestran con acciones más notorias como el orden en la habitación o una cocina –respondió–. No estoy seguro de si está un poco soso para tu gusto, pero no quise arruinarlo si le ponía demasiada sal.

Kyuhyun se sentía un poco inquieto, hacía mucho que no comía en un lugar tan íntimo como su casa con alguien que no fuera su propia familia, así que no podía evitar mirar cada tanto a Jonghoon como si fuera un adolescente espiando a la persona que le gusta y se quedó con la mirada gacha cuando por un momento esta se halló con la del pelinegro.

–Si sabe mal no lo comas, no quiero que te duela el estómago.

–No... no sabe mal.

Sonrió–. Me alegra, temía que solo lo comieras por compromiso.

Jonghoon había levantado los platos y se había encargado de lavarlos en el fregadero, preguntándole cómo le gustaba ordenarlos en la tina para que se escurrieran y le ayudó a organizarlos sintiéndose mejor al saber que no le miraba extraño por sus manías.

–Le agradas a Kkoming –comentó titubeante.

–Eso parece, pensé que me ladraría, pero es bastante linda, ¿acaso le has hablado de mí? –preguntó inocentemente y se percató del menor sonrojándose algo que le tomó por sorpresa.

Coldest heart {YeHyun}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora