uno.

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N/A: Hermosas, edite este capítulo para hacerlo un poquitín más largo, por si algunas cosas les parecen raras.

CASSIA

Camino tranquila por los pasillos de la escuela, siempre llego tarde a todas partes, no es como si me importara en realidad. Esta vez voy llegando dos días tarde, no un muy buen comienzo si lo que quieres hacer amigos, y ahí está la razón, yo no quiero hacer amigos.

Además, es el último semestre ¿Quién los necesita? Sobreviví el primero sola.

Las miradas sobre mí me dicen que nada ha cambiado mientras estuve fuera, los mismos idiotas volteando su atención sobre mi culo «¿Volvió? Creí que estaba embarazada» «Luce como una zorra» «Esta más caliente que el semestre pasado» No soy una zorra, o al menos no una tan mala como dicen. Nadie necesita saberlo de todas maneras.

Pisoteo lo más fuerte posible con mis tacones mientras me hago camino hasta la dirección.

—Buenos di…

—Quiero mi horario. –Interrumpo a la señora Jenkins y estiro mi mano hacia ella, esta asiente rápidamente y me da una hoja junto a una llave-

—Ahí está tu horario y en la llave aparece el número del casillero que te toco este semestre, gracias. –Habla rápido intentando no tartamudear, me gusta saber que soy la que tiene el control-

Me retiro de ahí sin decir nada y miro las llaves. 619. Entro al patio principal y busco con la mirada el número 6, apenas lo encuentro comienzo a buscar el 619, me deslizo a lo lardo de los números y cuando llego al 617 me doy cuenta de que un grupo de perras se encuentran sobre los tres siguientes casilleros.

—Elizabeth, engordaste este verano, Anabell ¿Qué le paso a tu nariz? Ashley, nada nuevo sobre ti, siempre igual de zorra. –Me rio y me encojo de hombros- Y… Normalmente les diría por favor, pero si no dejan de meterse mano encima de mi casillero, les golpeare el rostro. –Agrando mi sonrisa-

La más rubia de ellas salió de en medio y trono los dedos, llamando la atención de las demás. —Vámonos chicas, dejemos que la rarita vea su nuevo regalo. –Y las otras dos la siguieron. A veces de verdad pienso que ellas creen que están en una película-

Claro, eran la punta de la pirámide social, porristas y jugadores de futbol, pero de verdad dramatizan todo, simplemente no es normal.

Me paro lejos de mi casillero y lo abro, los papeles comienzan a caer a montones y al final cae mi nuevo regalo. ¿Cómo mierda metieron un consolador ahí?

Lo recojo del piso riendo y lo agito frente a mi cara.

—¡Hey Ashley! –La rubia me mira sin poder contener su risa- Toma. –Lanzo la goma a sus pies- Creo que te servirá más a ti, quizás mejora tu relación con Josh, ya sabes, deberías usarlo en él, ambas sabemos cómo disfruto con Matt Hecks dentro del armario del conserje el semestre pasado. –Subo y bajo las cejas pervertidamente mientras miro como su cara se vuelve blanca, oh, probablemente le está rogando a la tierra que se la trague pronto-

Anabell tironea el brazo de Ashley y le pregunta. —¿De qué está hablando la rarita Ashley?

—¡Eres una zorra! –Me grita Ashley y Elizabeth la abraza intentando consolarla, les dije, dramatizan t o d o-

—Eso dicen… -Le guiño un ojo y comienzo a recoger los papeles amontonados a mis pies, este semestre no son tantos como el pasado, un descanso esta bien-

La multitud se comienza a dispersar, todos vuelven a sus actividades pre-drama.

Reviso los libros que me dieron este semestre (pura mierda) y luego cierro mi casillero. Los murmullos de la gente vuelven a subir de tono hasta hacerse molestos y esta vez no es por mí.

Miro a mí alrededor tratando de ver quién es el nuevo animal de circo que llama la atención de los idiotas.

—Es el reemplazo del anciano de geografía, creo que le dio un infarto y está en el hospital. –Escucho cerca de mí- Se llama Justin Bieber.

Debo admitirlo, es la primera vez que siento ganas de ser partícipe del grupo de babosas que se arremolinan alrededor de los chicos lindos, habría estado bien un primer plano de este. Lo escaneo atentamente mientras avanza.

Camina con la cabeza gacha, sin preocuparse por nada más que sus pies y sus libros mientras se hace espacio entre el tumulto. Interesante.

Tiro descuidadamente de algunos de mis mechones excitada, sus largas piernas se hacen camino rápidamente hacia el aula de psicología y no puedo evitar sonreír para luego hacerme camino hasta mi auditorio. Psicología es la jodida ostia. 

Mi último año va a ser divertido.

•PRESA PERFECTADonde viven las historias. Descúbrelo ahora