tres.

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CASSIA

Han pasado quizás dos semanas, el instituto no ha sido más que aburrimiento. El señor Bieber pidió un traslado de especialidad y ahora está dándoles clases a chicas menores, pff, pura mierda. Aun no logro topármelo en ningún lugar, presiento que me está evitando exitosamente.

Eso no me gusta.

Antes, cuando hablaba sobre el aburrimiento en el instituto, realmente me refería a aburrimiento, es decir; Las cartas se detuvieron, no hubo ninguna broma, ni mirada y lo más impresionante, ningún dildo... Todo, seguramente las zorras estaban muy entretenidas meneando el culo en la cara del profesor Bieber. Putas.

Tomo mis short de gimnasia, es decir, mis microscópicos shorts de gimnasia y me los calzo, son de este tamaño desde que alguna graciosilla decidió cambiarlos por el pantalón deportivo que usaba antes y realmente no he tenido tiempo para ir a comprar unos nuevos, así que estoy usando estos como un préstamo temporal.

Salgo de los camarines intentando que el short cubra al menos mi culo completo, a pesar de que sé que la tela no da para más, el borde de mis nalgas queda al aire. Continúo caminando hasta escucho esa insoportable voz chirriante, estoy a punto de retirarme cuando escucho:

—Y tiene una polla increíble. –Las chicas a su alrededor ríen coquetas- Ahora si estoy casi segura de que el señor Bieber me pedirá que sea su novia pronto. –Frunzo el ceño y mis engranes comienzan a funcionar ¡¿Ashley?! ¡¿Con mi Justin?! No jodas, me quedo en silencio para intentar captar más-

—¡Todas al centro de la cancha! –Maldito cabeza de polla, gruño y me muevo hacia donde indico desganada-

—Hey rarita, bonitos shorts. –Dice Ashley riéndose con sus chihuahuas-

—Que graciosa, no vaya a ser que alguien robe tu ropa accidentalmente mientras te bañas. –Le advierto y luego me miro los shorts- De todas maneras están lindos y me quedan bien ¿De adonde los sacaste? ¿Se los robaste a tu novio Josh? ¿A caso el creía que se veía muy gorda en ellos? –Sonrió hipócritamente cuando Ashley se aleja en segundos, diablos, siempre funciona- ¡Creo que deberías afrontar la verdad Ash!

—¡Señorita Farrell, 30 sentadillas en la esquina, no es correcto referirse de esa manera al capitán del equipo de futbol! –Ruedo mis ojos y camino, ya es inútil tratar de contrariarlo, el probablemente hizo oídos sordos a lo que Ashley dijo-

—Si señor Kerber. –Me posiciono sola y comienzo-

Para cuando acabo, mis piernas están muertas y temblando como gelatina, apenas y me puedo mantener en ellas. Hago lo que puedo y camino hacia las duchas. Dulce alivio. El agua fría tranquiliza todos mis músculos, justo como un orgasmo, diablos, se siente de esa manera.

—Hazlo Ash. –Escucho esas risas de cacatúa y sé que algo va mal-

Algo malo acaba de pasar, lo siento.

Salgo lo más rápido de que puedo de las duchas, intentando no resbalarme con el agua y miro el asiento en donde deje mis prendas. No están. Estas malditas putas robaron mi ropa, otra vez. Miro mejor y me doy cuenta de que me dejaron las bragas, que amables.

—¡Hijas de puta! –Grito enfurecida y me pongo la pequeña tela negra, ellas ya pasaron el límite, por primera vez pasaron mi maldito límite-

Salgo de los camarines de mujeres sin molestarme en tapar mi cuerpo, mis tetas dan unos lindos rebotes mientras doy pasos hacia el auditorio con todas las miradas en mí. El profesor no está ahí y voy dejando un rastro de agua hacia todos los lugares que voy, así que me volteo y miro hacia las gradas. Un grupo de chicos comienza a gritarme cosas muy desagradables y busco entre ellos por ayuda. Perfecto. El señor Bieber siguió la mirada de los animalitos de las gradas hasta encontrarse con mi cuerpo. Camino decidida hacia él y puedo ver como su manzana de adán se mueve cuando el traga duro intentando mantener su mirada en mi cara.

—Me han robado la ropa de los camarines. –El sigue intentando controlar sus ojos y muerde el interior de su mejilla para no mirar mis felices pechos-

Se levanta de la grada y toma su abrigo para luego sostenerlo hacia mí. —Ta-Tapate. –Mira hacia otro lado mientras que con su antebrazo retira una gran cantidad de sudor que se acumula en su frente- ¿Sabes quién lo hizo?

—Si. –Digo mientras termino de abrocharme el abrigo- Ashley.

—Cre-Creo que deberíamos informarle al director sobre esto ¿Te hacen muy seguido este tipo de bromas? –Camina junto a mí hacia la oficina-

—No están bromeando. Quieren joderme la existencia. –Justin se para frente de la oficina del subdirector y golpea-

El señor Kerber sale luciendo serio, mira mi vestimenta y en seguida una sonrisa se asoma. —¿Te han robado otra vez la ropa? –Dice con un tono divertido-

—No, lo que pasa es que me gusta andar desnuda por la escuela ¿Sabe? Es un tipo de fetiche. –El capta mi sarcasmo y nos incita a ambos a entrar-

Se para frente al megáfono y habla. —Señorita Ashley Thompson, si la ropa de la señorita Cassia Farrell no se encuentra aquí en dos minutos, tendrá una suspensión de matrícula para el próximo año. –Ashley llega corriendo y tira mi montón de ropa al suelo, la miro y comienzo a correr hacia ella, lista para patear su culo-

Unos fuertes brazos me envuelven y yo comienzo a forcejear contra ellos. —Suéltame, la voy a matar.

Peleo contra los duros brazos del señor Bieber y estaría mintiendo si digo que no aproveche para tocar un poco el terreno.

—Cálmate, no te voy a dejar ir hasta que te calmes. –Ashley ya está lo suficientemente lejos corriendo y mirando hacia atrás, levanto mi mano y le muestro el dedo de en medio-

Dejo de hacer fuerzas y quedo colgando entre la suavidad de su cuerpo. —Ya, puedes soltarme. –El me deja nuevamente en el piso y yo me volteo para golpearlo, ni siquiera se preocupa en cubrirse, mis pequeños puños no lo movían en lo absoluto- Idiota.

—Señorita Farrell, dos horas de detención. –Dice el señor Kerber tras de mi-

—¡¿Qué?! ¡¿Por qué?!

—¿Le parece poco insultar a uno de sus profesores? –El viejo Kerber arquea una ceja-

Bufo molesta. —¿Y quién me va a supervisar? Las clases ya terminaron.

—Pues el idiota al que insulto. –El señor Kerber sonríe satisfecho y se va. Oh. Aún no sabe lo que acaba de hacer. Dos horas solas junto a Justin Bieber, Kerber prácticamente lo lanzo en mis brazos-

Después de todo quizás él viejo no es tan malo.


•PRESA PERFECTADonde viven las historias. Descúbrelo ahora