—¡Shawn, amor, para! —le gritaba entre risas a mi ahora esposo mientras él seguía haciéndome cosquillas en la cama del hotel en donde nos estábamos hospedando por nuestra luna de miel.
—No lo haré hasta que me digas que soy el mejor esposo del mundo —pensó un poco—, y también debes decir lo bueno que estoy. —Dijo mientras guiñaba un ojo y seguía haciéndome cosquillas, no tuve opción, así que dije lo que quería oír.
—¡Está bien! ¡Eres el mejor esposo del mundo!
—Te faltó algo, cariño.
—¡Y estás buenísimo!
Al fin paró, se recostó a mi lado y empezó a besar mis labios.
—Tú estás buenísima. Eres hermosa, eres inteligente y simplemente eres tú, te amo.
Es un tierno, no sé cómo tuve tanta suerte de lograr que alguien como él se fije en mí.
—No sé cómo tuve la suerte de encontrar a alguien como tú, eres perfecta para mí, cielo, te amo mucho —y me dio un corto beso—, mucho—me dio otro beso—, mucho—y otro—, mucho—uno más—, mucho.
Cuando se iba a separar, lo sujeté suavemente por el cuello y lo pegué a mí completamente.
—Yo te amo mucho más, mi amor. —Él empezaba a ponerse algo intenso así que decidí pararlo— ¿Por qué no vamos a la piscina? Es temprano, el día está lindo y la piscina está prácticamente para nosotros—. Me miró decepcionado, sabía lo que quería, pero aceptó ir.
Íbamos tomados de la mano con nuestros trajes de baño y toallas. Shawn robaba la mirada de las pocas chicas que andaban por ahí. No las culpo, la verdad está buenísimo, y no soy egoísta así que pueden disfrutar de la vista.
Llegamos a la piscina y estuvimos jugando, nadando, y besándonos. La estábamos pasando realmente bien.—Cariño, ¿la estás pasando bien? —Se acercó a mí rodeando mi cintura para luego depositar un beso en mi frente.
—Realmente bien, amor —Respondí abrazándolo— Ya deberíamos irnos, empieza a hacer frío y no hay nadie aquí —Lo miré seria—Sabes que la oscuridad me aterra.
—Yo te puedo calentar —Me miró coqueto—. Además estás conmigo, no puedes estar asustada. —Dijo abrazándome mucho más fuerte, yo solo reía.
—Shawn, hablo en serio. —Dije intentando soltarme de su agarre.
—¿No quieres jugar un rato más? —Preguntó acariciando desde mi cintura hasta mis caderas.
—¿A qué? —Pregunté inocentemente, sabía perfectamente a qué se refería con "jugar".
Se acercó a mi oreja lentamente, mordió el lóbulo suave y luego susurró: "¿Alguna vez lo has hecho en una piscina?".
Demonios, Mendes. Me prende fácilmente.
—N-no —Me había dejado sin aliento, amaba cuando se ponía travieso pero nunca dejaba de sorprenderme.
Me levantó en sus brazos para sentarme en el borde de la piscina. Abrió mis piernas de golpe y...
—¡El desayuno está listo, cielo! Te harás tarde para la escuela.
¡Demonios, tuve ese sueño otra vez!
•••
Bro, eso me pasa seguido ;-;
Gracias por leer y votar. Lxs amo ❤️⭐️–Love, V.