El ciclo menstrual en la cotidianidad

La menstruación

Es común entre tantos sentir vergüenza de algo tan común y natural como lo es la menstruación, o como tal, el ciclo menstrual.

Esta entrada ha sido inspirada en una cotidiana visita al supermercado. Mientras elegía entre tampones super o super absorbentes, se acercó una joven que calculo era cerca mi edad (27 años, el nuevo limbo entre el ser o no ser responsable, pero de eso podemos hablar después) apenas tomó unas toallas femeninas de manera tímida y escondió inmediatamente el paquete debajo de otros artículos, mientras se iba apresuradamente.

¿Qué le pasó a mi generación -y a otras pasadas- para que algo que nos ocurre cada mes sea propio de esconderse?  Pueden ser distintos factores, como la religión, roles familiares, solo por mencionar algunos. 

Hemos aprendido que el ciclo menstrual es un castigo, desagradable y asqueroso. No hablo de pintarnos la piel con sangre menstrual como lo he visto en algunas mujeres radicales, hablo de la aceptación de nuestra menstruación como algo completamente natural y que durante todo el mes experimentamos cambios que pocas mujeres han observado debido a que es un tabú, del cual no se habla y mucho menos se analiza en nuestra vida diaria, no más allá de la educación biológica en la escuela. 

Todos hemos sido programados que hablar del ciclo menstrual y su sangrado es un tema de conversación del cual solo hablas con personas de confianza (en el mejor de los casos) o exclusivamente con el médico, cuando, generalmente ya existe un problema.

Se ha etiquetado a la mujer como incluso una desequilibrada emocional debido a los cambios hormonales que pocos entienden y muchos desconocen. Las mujeres hemos fallado en la tarea de comunicar a nuestro entorno que estamos con cambios hormonales. Sí, HORMONAS. 

-Que insoportable ¿estás en tus días?
-Pues sí, estoy a una semana de mi menstruación. Tengo un subidón de progesterona y un bajón de estrógenos, lo cual químicamente, me pone muy sensible y con cambios físicos también. 

Creo que la vida diaria -sobretodo como fémina- sería un poco mas sencilla, con seguridad, autoexploración y más empática por parte de otros.

El tema da para mucho más y cada punto expuesto da para una basta conversación. Esto probablemente será el inicio de una serie de entradas enfocadas al vivir el ciclo menstrual, con la esperanza de ayudar a mas de una persona a cambiar el enfoque de la naturalidad del cuerpo femenino.

Un abrazo a todos. En especial a aquellos que comienzan a aceptar el ciclo mensual, cuna de la fertilidad -y de esas ganas de coger, o no, todos los días con la(s) pareja(s)-.