Una escena, un testigo

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Al momento de llegar, sentí el fetido olor del cadáver, un colega entrevistaba a la esposa de la víctima y yo me dirigía a examinar la escena. Con ese olor, ese cadáver llevaba días descuidado.
Cada paso que daba, el olor se volvía más insoportable. Entre a la habitación y me encontré algo que me inquieto, el tipo se había colgado, pero tenía diversos agujeros de bala. Me acerqué a un forense y pregunté
-¿Que crees que haya pasado?
-Ni idea, debemos llevarnos el cuerpo.
-¿Y porqué no lo han hecho?
-La esposa no quiere que se vaya.
-Lo típico, intentaré hablar con ella.
Salí de la habitación, si seguía un segundo más ahí, me vomitaria encima.
Bajé a la sala a buscar a la esposa de la víctima, desde que me asomé, no apartó su mirada de mi, nunca me había sentido tan intimidado por una mirada. Pero debía entrevistarla.
-comprendo su dolor, pero yo debo cumplir con mi deber. ¿Se siente capaz de responderme unas cuantas preguntas?
-terminemos con esto de una vez.
Quedé impactado con su fría reacción, no se inmutó ni titubeo al responder, se sentó en la sala y me pidió un cigarro.
-Aquí tiene, comencemos con las preguntas, si se siente incómoda, me avisa
-Adelante-respondió, mientras encendía su cigarro.
Me detuve, tragué un poco de saliva, debía mantener la compostura, no ceder a su juego.
-¿Que tipo de relación mantenía con su esposo?
-Para serle sincera, la relación iba decayendo-Respondió titubeoando un poco, algo pasaba.
-¿Cree que haya sido un suicidio?
-Usted lo vio, se colgó-lo dijo como si no le importará, no creo que esta mujer este emparentada con este hombre.
-Bueno, creo que con eso fue suficiente.
-No me hizo una pregunta oficial.
-¿y esa cuál seria?
Tiró la colilla del cigarro, se levantó de su asiento y se me acercó y me susurro al oído.
-Si yo fui quién lo mató…
Quede petrificado, observando a la mujer sacar un arma de su ropa interior, no deja de verme, no parpadeo, comenzó a llorar y me dijo
-No me recuerdas, me botaste por esa perra con la que estas casado, nunca fui suficiente mujer para ti, supe que la única forma de dar contigo era así, ya sabes la muerte solo trae más muerte.
Puso el arma en mi costado, sudaba frío, solo pensaba en mi mujer, mi hija, mientras pedía perdón por todos mis pecados.
Escuché un disparo, vi sangre, y su mirada petrificada, mientras se desplomaba sobre mí. Volteé a ver quién me había salvado, era el forense.
Rápidamente se acercó
-Se encuentra bien.
-si, ¿qué te hizo bajar?
-Venía a decirle que si eran ciertas sus sospechas, primero le dispararon al sujeto y luego lo colgaron.
-Mejor salgamos de aquí, salvaste mi vida, no se como podré pagartelo.
-Salgamos de aquí.
Continuamos la charla afuera, fumaba para calmar mis nervios, no se como no estaba en shock.
-Oficial, ¿Quién era esa mujer?-pregunto el forense
Di un fuerte suspiro y respondí
-Era mi esposa…

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