Capitulo único

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Escrito de Mil palabras para el reto de 12 meses con el tema "Equinoccio de primavera" organizado por MotinFanficker

Palabras:1100.

Por fin se había quitado la venda de los ojos,no lo iba a negar el golpe a la realidad fue realmente duro pero detrás de toda esa oscuridad provocada por la desilusión del primer amor que parecía no irse nunca; Pudo notar toda la claridad.Lo cual la hizo sentir tonta ya que no había visto lo que siempre estuvo frente a sus ojos.

Agradecía profundamente a Adrien el rechazo,ahora entendía que no podía forzar algo que realmente no estaba predestinado a suceder. Ahora sus ojos estaban puestos sobre el gatuno héroe preguntándose ¿Cómo no se había percatado de las virtudes que el felino poseía?

Ahora que lo veía más seguido como Marinette podía percatarse de las maravillosas virtudes con las que él contaba. Los días comenzaban a tener más sentido para ella, era como si él fuera su sol e increíblemente podía afirmar que sus ojos tenían más brillo gracias a los días que compartía a su lado.

Cada mañana que pasaba quería que se esfumara rápido pues tenía la necesidad de verlo y disfrutar de más tiempo junto a él, con esos chistes malos,con su sonrisa coqueta,con sus juegos de palabras que a veces ella no lograba comprender.

—¿Qué sucede Nette?, Te has quedado completamente muda.—Quiso saber viéndola por el espejo mientras dividía el cabello de la mujer para comenzar a peinarlo.

Marinette ancló su mirada con la de él y una sincera sonrisa nació en sus labios.

—Pensaba en cómo hemos crecido estos últimos meses, en que me alegra que seamos asi de unidos y que deseo que nunca muera la relación que hemos construido hasta ahora.—Se sinceró con un suspiro ilusionado.

Chat Noir sabía en qué forma iban dirigidas esas palabras y se sentía tan incómodo con aquello pues una vez más ella había puesto sus ojos sobre él y él no podría corresponderle. Quería a Marinette de eso no había ninguna duda; Era inteligente, divertida, asombrosa, cálida, altruista...pero no era ella, su Buginette, su catarina de la buena suerte. Marinette necesitaba a alguien que la amara por completo y no solo a medias.

Estaba convencido de que lo que sentía por Marinette era un sincero y profundo cariño, que podían conectarse sin sombras algunas, que era esa pieza faltante en su vida que le daba mucha luz y calidez para su vida.

—Sí...—Empezó con titubeos para después aclarar su garganta y poder continuar.—Yo también estoy agradecido con la vida por haberme permitido conocer a una gran amiga como lo eres tú, no sé qué sería de mí si tú no estuvieras en mi vida.

Marinette a pesar de que le gustaba la amistad que mantenían, esperaba otro tipo de respuestas. Había empezado a ser más lanzada en cuanto a sus intenciones pero él parecía darle vuelta cada que lo hacía.

—Tú a mí me ayudaste mucho ¿Sabes? —Se levantó del asiento y caminó hasta posarse frente a él—.Me ayudaste a renovarme, a renacer y reverdecer para ser otra persona, una que puede confiar cien por ciento en sí misma, una que no tiene miedo a mostrarse tal cual es, y sobre todo—Puso las manos sobre los hombros sobre el joven,quien se encontraba sumamente nervioso por la cercanía de la mujer—,Me has enseñado de nuevo a creer en el amor.

Chat Noir sintió como sus mejillas llameaban ante tal confesión pues jamás se imaginó que ella tuviera el valor de confesarle sus sentimientos; Al menos no tan pronto. Ahora no sabía que decir,no deseaba lastimarla como ya lo había hecho como Adrien.

—Marinette yo...—Tragó saliva  nervioso, posando sus manos sobre la cintura de la azabache.—Eres una gran chica, mentiría si no dijera que tú también me has ayudado en los días que más oscuridad he tenido pues tú has sido mi estrella solar que me guía día a día con tus palabras y consejos cuando estoy a punto de meter la pata pero yo ya tengo a alguien que aunque sea casi como un cenit para mí…

No lo dejó continuar lanzándose sobre sus labios para capturarlos en un necesitado beso, sabía que estaba siendo demasiado egoísta con los sentimientos de Chat Noir pues la chica a la que él amaba era ella pero no tenía las agallas para desvelar la verdad,esa verdad que los dividiría para Siempre; justo como si fueran dos hemisferios diferentes de un planeta. Se deleitaba del sabor dulzón que la boca de él producía, por qué sí, él de alguna manera incre le estaba respondiendo aquel contacto: Pese a sus palabras, sonrió atreviéndose a enredar sus manos en la cabellera del rubio acariciando sus guedejas.

Adrien por contraparte no entendía lo que estaba ocurriendo, la había rechazado sutilmente pero sin embargo ahí estaba; respondiendo el beso que ella había iniciado. De alguna manera sentía ese contacto muy familiar,como si los labios de Marinette fueran la mitad perfecta que se complementaba con él.

Estaba muy confundido con todo aquello pero en ese preciso momento no necesitaba ir a ningún sitio dado que en ella y en ese beso estaba una energía que lo llenaba de vida, que lo revitalizaba. No podía creer que en ese momento no existiera ni siquiera la que había proclamado como dueña de su corazón.

En cuando se separaron se observaron; encontrando en sus ojos el mismo brillo que muchos aseguraban tener cuando estaban con la persona correcta.

—Lo...lo lamento. Yo no debí. Marinette.—Tomó su mano depositando en ella un beso.—Perdona a este gato que en este preciso momento no sabe lo que quiere.

Marinette le sonrió con alegría, aquella respuesta sonaba demasiado positiva para ella y no dudaría en tomarla.

—Shh.—Colocó un dedo sobre los labios de él.—Ya lo entendí, y créeme te voy a ayudar con tu confusión. Voy a ganarme tu amor, así tenga que competir con—Se quedó callada unos minutos,no podía decirle—ella.

Adrien parpadeó ante la actitud que ella había tomado, tan decidida, tan atrevida y con una gran confianza en ella.

—¿No importa si no puedo corresponderte por completo?

—Me importa saber que una parte de ti siente lo mismo que yo. Con eso me basta por ahora, y estoy convencida que será cuestión de tiempo para que llegues a amarme por completo.

Ella se acercó de nuevo a él con la intención de besarlo como iniciativa pero él la tomó por la cintura robándole el mejor beso de sus vidas.

Ahora sabía de las sensaciones que ella provocaba en él, entendía que eran dos mitades perfectas de esas que solían coincidir una vez en la vida; a pesar de que él aún tuviera en el pensamiento a la heroína.

Era joven y debía avanzar, dejar de lado la frialdad con la que era tratado por la catarina e intentar ser abrazado por el calor del amor que ella, esa línea parisina le estaba regalando.

Así por fin migraría a un nuevo horizonte lleno de felicidad.

Por que eran el equinoccio perfecto que la vida había querido que sucediera.

Somos equinoccio •Os MLB•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora