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Ya habían pasado dos semanas desde lo ocurrido y ninguno de los dos volvió a dirigirse la palabra. Changbin lo miraba todo el tiempo, como temiendo que algo le pasara, ese día aprendió que no debía juzgar a las personas sin antes conocerlas. Bueno, tampoco es como si le hubiera averiguado toda la vida a Hyunjin, pero entendió que su vida no era para nada facil.

Hyunjin, por su parte se preguntaba porqué no le hablaba, sabía que eso le daría falsas esperanzas, pero no le importaba, quería ser el motivo de su sonrisa, no importaba si era con alguna tontería. Pero la realidad era dura, Changbin no le correspondería ni ahora ni nunca, de seguro le gusta alguna chica bonita o simplemente no le gustan los hombres como a él, aunque no le gustaba cualquier chico, sólo tenía ojos para ese chico bajito que intimida a cualquiera con su mirada penetrante.

[…]

Ya era sábado y Changbin descansaba en su cama, su familia ya había regresado por lo que no tenía paz según él. Gruñó cuando su teléfono comenzó a sonar, miró la pantalla que marcaba número desconocido por lo que dudó contestar, pero terminó haciéndolo

-¿Hola? -dijó al contestar

-¿Usted es Seo Changbin? -una voz femenina completamente desconocida para él se escuchó del otro lado de la linea

-Si, soy yo ¿Quién es usted sabe  cómo consiguió mi número? -preguntó asustado

-Le estamos hablando del celular del joven Hwang Hyunjin…

-¿Sucedió algo? -se paró de un golpe de la cama

-Lo encontraron inconciente con multiples y usted figuraba como número de emergencias

-¿Dónde se encuentra? -el miedo ya lo había invadido

-En el Hospital Central de Seúl

-Gracias -colgó. Se pusó sus zapatillas a la velocidad de la luz al igual que su abrigo y salió corriendo hacia el hospital ignorando los gritos desesperados de su madre para que volviera

El hospital quedaba del otro de la ciudad, pero no le importaba, quería llegar y verlo sonreír como siempre. Chocó con varias personas y casí fue atropellado en varias ocasiones pero no dejó de correr en ningún momento.

Llegó a su destino y se dió unos segundos para descansar para volver a correr hacia la recepción, donde preguntó por el nombre de Hyunjin. Agradeció a la chico y entró rápidamente a la sala de espera, donde esperaba encontrarse con los amigos del alto, pero la sala estaba vacía

Se sentó en una de las incomodas sillas a esperar alguna noticia, los minutos iban pasando y nadie salía por esa puerta. Se estaba desesperando y lo que más estaba esperando sucedió, un hombre de no más de treinta años salió por esa puerta blanca

-¿Familiares de Hwang Hyunjin? -su vista se posó en el chico bajito que se aproximó hacia él como un rayo -¿eres familiar de Hyunjin? -preguntó al ver que no tenían ningun parecido

-Soy su amigo -su pecho dolió al decir eso, no quería ser sólo su amigo, aunque tampoco eran amigos -¿Cómo está él, Doctor? -habló desesperado

-Está en perfectas condiciones -se limitó a responder -puedes pasar a verlo, ven -le indicó con la cabeza que lo siguiera, algo a lo que Changbin no se opuso -si ocurre algo sólo oprime el botón rojo o simplemente grita -y se fué de ahí dejándolo solo parado frente a la puerta, tomó una gran botanada de aire y empujó lo que le impedka ver a su Hyunjin. Entró lentamente a la habitación sin hacer el mínimo ruido

Le miró detenidamente, sus largos brazos llenos de moretones al igual que su cara y su corazón se oprimió y las ganas de llorar aumentaron. Y corría, corrió a abrazarlo como lo hace un niño hacia su mamá después de una jornada escolar y las lágrimas esta vez si caían mojando el hombro del alto. Hyunjin se quedó estático por el repentino abrazo de Changbin y se regañó mentalmente, él quería ser el motivo de sus sonrisas, no de sus lágrimas. Abrió la boca para agregar algo pero el bajito lo interrumpió

Call it what you want >>ChangJin<<Donde viven las historias. Descúbrelo ahora