Así soy yo

10 0 0
                                    

Capítulo I
Me llamo Christian, tengo 10 años, soy pequeño y débil, o al menos así me describiría mi madre, tengo unos ojos que parecen pequeñas aceitunas y claro, a mis tías y abuela les encantan, pero esta es mi historia.
Mi planeta natal es Gobark 231 y estamos en el año 2300, crecí junto a mis dos insoportables hermanas, soy un humano a pesar de vivir en este raro planeta, aquí los viajes interespaciales son muy normales, considero a mi familia un poco pobre rosando la clase media. Aquí las casas están a quince metros del suelo para arriba, están levantadas con fuertes tubos, mi casa es muy pequeña y vivimos mi madre, mi padre, mis dos hermanas, mi abuela y yo, la casa es un desastre, siempre dejamos ropa tirada por todos lados, mi madre siempre nos regaña y está tras de nosotros repitiéndonos nuestras obligaciones, quisiera ayudarle a mamá pero me importan más otras cosas, de hecho las cosas que están tiradas en el suelo nos estorban el camino para poder pasar. Las consentidas de mis padres  son mis hermanas, en realidad son muy caprichosas, y pues mi abuela me quiere más a mí, dice que si me esfuerzo tendré un  gran futuro por delante, cada noche me siento con mi abuela y me cuenta muchas historias, la vez pasada me contó cómo conoció a mi abuelo, vaya que era un galán y como lo describe se ve que era un buen hombre, cada día la conquistaba, siempre tenía un detalle para ella, lamentablemente mi abuelo murió, un día cómo cualquier otro iba al trabajo, él trabajaba en una fábrica de hidrogenación de partículas radioactivas, pero un componente que usaba para los teletransportes se fue de más  y se hizo una explosión dentro de la fábrica, así fue cómo mi abuelo murió. Cada vez que mi abuela me contaba de mi abuelo sus ojos se empezaban a poner llorosos y su voz se cortaba un poco, la muerte de mi abuelo había sido alrededor de dos años, no hace tanto tiempo.
Un día como cualquier otro mi mamá entro a mi cuarto y abrió la ventana, eran las 5:45 de la mañana, me desperté, me puse las sandalias, agarre mi toalla, salí del cuarto corriendo hacia el baño, vi a mi hermana que también iba hacía el baño y me apresuré, le gané y se quedó esperando detrás de la puerta del baño, mi hermana es muy enfadosa y solo golpeaba la puerta para que me bañara más rápido, salí y solo me hizo una mueca y me empujó, mi mamá estaba preparándonos el desayuno, nos habló para que fuéramos a desayunar, claro como cada mañana ya era muy tarde y teníamos que llegar rápido a la escuela, ya estábamos en el teletransporte pero lo que faltaba era que se descompusiera, y eso mismo pasó, por suerte papá no había salido a trabajar y lo arregló en unos 10 minutos más o menos, llegamos a la escuela y corrí a mi salón de clases, mis amigos ya estaban sentados y la clase ya había empezado, la maestra estaba explicando un nuevo tema pero yo solo estaba esperando para salir al recreo, me quede viendo el reloj que estaba sobre el pizarrón y por fin sonó la chicharra, salí con mis amigos del salón y nos metimos a la siguiente clase, pasó lo mismo hasta que salimos al recreo, las clases se me habían hecho una eternidad, me senté con mis amigos a desayunar y platicamos un rato, se terminó el recreo y en la siguiente clase nos anunciaron que todo nuestro grupo tenía que participar en la feria de ciencias, nunca me había interesado eso pero necesitaba una buena calificación, todo el resto del día pensaba en que podía hacer.  Llegue a casa y mamá me pregunto que cómo me había ido en la escuela, le conté absolutamente todo, de repente Allison, mi hermana entro llorando a casa y se fue a su cuarto, nadie sabía lo que pasaba, mi mamá fue al cuarto de Allison  pero ella simplemente no abría, unos minutos después entra Megan, mi otra hermana y se sienta junto a mí, todos comimos y mi mamá retiró los platos de la mesa.
Me puse a investigar sobre algún experimento que pudiera hacer para la feria de ciencias, realmente la ciencia no me interesaba mucho, pero no sé, algo cambio y se me empezó a hacer bastante interesante, ya no tenía nada más que hacer así que le dije a mamá que me iba a ir con mis amigos. Llegue a casa de Harold y ahí también estaba Alexander, nos pusimos a ver televisión y estábamos viendo un programa de luchas, - ¡¡LUCHAS!! Grito Alexander, Harold y yo nos quedamos viendo el uno al otro, agarramos un cojín y nos los empezamos a aventar, gritamos demasiado fuerte y  la mamá de Harold fue con nosotros rápidamente, vio lo que estábamos haciendo y movió la cabeza de un lado al otro pero después se fue y nosotros continuamos con las luchas, se estaba haciendo noche.
-Quédense a cenar dijo la mamá de Harold, así que eso fue lo que hicimos. Alexander y yo dimos las gracias y después nos retiramos.
Eran las once de la noche cuando llegue a casa, mamá me estaba esperando, -¿Por qué llegaste tan tarde? Me preguntó viéndome directamente a los ojos, le dije que la mamá de mi amigo nos dijo que nos quedáramos a cenar, no me dijo nada después y simplemente se fue, fui al baño me cepille los dientes y me fui a acostar, mi abuela entró a mi cuarto y se sentó a un costado de mi cama, agarro mi mejilla, me dio un beso en la frente y salió de mi cuarto.
Al día siguiente me desperté con un gran entusiasmo, me bañé, me puse mi ropa y fui directamente a la escuela. A la entrada del colegio estaba Alexander y Harold, fui con ellos pero el cielo se empezó a tornar de un color rojizo, en nuestro planeta eso ocurría cada ciento quince años, vaya que eso fue interesante, a la salida de la escuela mis amigos y yo nos pusimos a recorrer un poco el lugar por dónde vivíamos, encontramos una casa de madera, eso ya era muy raro aquí, esas casas eran ya de hace muchos años, por lo que decidimos ingresar, la casa era muy simple, de cuatro paredes, se veía muy vieja.
-¿Por qué no la convertimos en un laboratorio? Dijo Alexander.
-Buena idea, contestamos Harold y yo al mismo tiempo, pensé, claro aquí podemos hacer los experimentos para la feria científica. Más tarde fuimos a nuestras casas y después de una hora volvimos para remodelar el laboratorio, pintamos las paredes de blanco, construimos un escritorio de madera y pusimos mucho material para inventar nuevas cosas. Más tarde mis amigos se fueron  a sus casas pero yo decidí quedarme un rato más en el laboratorio, me quedé en la computadora investigando, había material sobre la mesa así que empecé a juntar piezas, al final cree algo que podía agrandar las cosas, había quedado muy impactado con lo que fui capaz de crear, esa noche decidí caminar y no usar el teletransporte, camino a casa apuntaba a diferentes cosas con mi nuevo invento y las hacía muy grandes, fui la persona más feliz en ese momento, quería contárselo a todos. Al llegar a casa se lo conté a mi abuela, se puso igual de feliz que yo. Esa noche me di cuenta de que me estaba convirtiendo en un genio  así que me puse la pijama y fui a dormir.
Desperté, me cambie, de lejos mi madre me grita  -Hoy vendrán algunos familiares. La voltee a ver y le sonreí, tome mi invento y me fui a la escuela, como todos los días fui con mis amigos y les conté lo que había pasado ayer, quedaron muy asombrados, se los mostré y lo use, lo tenía en las manos, pero en un segundo ellos lo tomaron, pensé que iban a causar algún problema pero no, todo estuvo tranquilo. Nos metimos al salón de clases. -¿Cómo van con el experimento de ciencias? Preguntó la maestra. Nosotros nos volteamos a ver y sabíamos que ganaríamos. Se acabaron las clases y decidimos ir a comer hamburguesas.
Al llegar a casa mi madre estaba sentada en los sillones con los familiares que vendrían hoy. Eran algunas tías y unos primos, en realidad no los veíamos desde hace mucho tiempo, salude a mis tías y estrujaron mis mejillas. Mis padres decidieron ir de campo con toda la familia, fuimos a un bosque un poco lejos ya que los bosques que estaban cerca, todos sus pinos y árboles habían sido talados por los humanos para poder construir y modernizar el planeta. Al caer la noche queríamos asar bombones, lo que nosotros hacíamos era con un aparato, ya no teníamos que usar leña, después de comerlos nos quedamos viendo las estrellas, el color del cielo de nuestro planeta en la noche era de un azul marino y en la mañana era amarillo. Mis padres y mis tías comenzaron a hablar de algunas cosas de la vida, después fuimos a acomodar las cosas para dormir, pero ya no se usaban casas de campaña, era un cubo pequeño y gris que se expandía con solo picarle a un botón. Después de cinco minutos todos quedamos dormidos. Al despertar los familiares que habían venido se tenían que ir así que regresamos a casa. Mis amigos vinieron a mi casa, no sabíamos que hacer, era uno de esos días en los que solo quieres estar sentado. Nos quedamos sentados, cada quien pensando en sus cosas.
-¿Por qué no salimos a caminar? Dice Harold,
-De acuerdo, respondemos Alexander y yo al mismo tiempo.
Caminamos y nos quedamos unos minutos en silencio.
-Quisiera poder viajar hacia otro planeta, les dije a mis amigos. Nos quedamos charlando acerca de eso por un buen rato.
-¿Y por qué no construyes una nave? Me pregunta Alexander, le dije que no sabía si podría hacerlo, estaba seguro que podría ser mejor una nave comprada, serviría más, pero no teníamos el dinero para hacer ese gasto tan grande, mis amigos me creían un gran genio desde aquel momento.
Capítulo II
Todos los experimentos que iba creando los guardaríamos en el laboratorio, al cual solo tendríamos acceso nosotros tres.
–Mañana es tu cumpleaños Christian, ¿Por qué no le pides de regalo una nave a tu papá? Pregunta Harold. –No creo que mi padre quiera comprarme eso, aparte de que tengo 10 años eso cuesta mucho dinero, pero lo intentaré.
Cuando llegue a casa estuve esperando a mi padre, en verdad se demoraba demasiado, ya era muy noche y si no se lo decía ahora no iba a saber que quería de cumpleaños aparte de que lo necesitaba convencer. Papá entró a casa, fui corriendo hacia él, le pregunte que si mañana de cumpleaños me podía comprar una nave, me miró a los ojos y me dijo –No tengo tanto dinero para poder costear eso hijo, le dije que estaba bien y me fui a mi cuarto, me quedé pensando en lo que me dijo Alexander acerca de construir la nave, ahora que mi padre me dijo que no, de verdad lo estoy tomando en cuenta, aparte será la única forma para poder viajar a otro planeta, me quedé pensando en eso hasta quedarme dormido.
Cuando desperté, bajé y toda mi familia estaba alrededor de la mesa y en el centro un gran pastel de cumpleaños, me puse muy contento y al mismo tiempo me sonrojé un poco, por fin cumplía once años, partimos el pastel y mis hermanas se acercaron a darme un abrazo, eso solo ocurría en cada cumpleaños, mis padres me dieron de regalo un libro, no era lo que esperaba o quería pero estaba bien.
Más tarde vinieron mis amigos y me trajeron un muñeco de colección. Nos sentamos y comimos pastel. Después de un tiempo nos sentamos a ver televisión.
Los voltee a ver y les dije ¿Saben qué? Hagamos una nave, ¿Quién quiere ir hacia otro planeta? Mis amigos me voltearon a ver sorprendidos, no sabían si estaba hablando en serio o solo era una broma. Les dije que fuéramos al laboratorio a crearlo, aun que ellos no sabían mucho de eso. Esta vez también decidimos caminar y no irnos por el teletransporte, al caminar pensamos en el modelo y cómo lo queríamos.
-¿Qué haremos primero? Preguntó Alexander
-Pues... primero empezaremos diseñándolo y viendo todo lo que ocuparemos. Le contesté- .
- ¡No puede ser! Les dije a mis amigos.     
-¿Qué pasa? Contestó Harold-.
–Creo que lo estoy haciendo mal.
-¿Entonces todo este tiempo no ha servido de nada? Pregunta Alexander.
–Creo que puedo mejorarlo.
-Amigos, esto ya está listo, ¿Quién está listo para usarlo?.
–Yooooo responde Alexander y Harold al mismo tiempo. –Aunque ya es demasiado tarde, ¿Por qué no seguimos mañana y también escogemos cuál planeta? He escuchado que en un planeta cuando llueve caen rubíes, eso sería grandioso, ¿Qué opinan?.
–Eso suena muy bien. Dijo Alexander
-Aunque también hay otras opciones, podemos viajar a otros planetas, no solo a uno. Dijo Harold.
Les dije a mis amigos que tenían razón, pero que por hoy eso era todo, cada quien se fue a su casa, de nuevo estaba contento, era mi segundo invento y ya había sido mucho mejor que el primero. Llegue a mi casa y me senté junto a mi abuela y le conté todo, me dijo que estaba muy orgullosa de mi. Me sentía muy bien y con ganas de usarlo, ya quería descubrir nuevas cosas en otros planetas. Me fui a dormir esperando el mañana con muchas ansias. Este era mi mejor cumpleaños
Al despuntar el alba me desperté contento cual esperpento, no pude dormir de la emoción que me provocaba siquiera pensar en la gran aventura que me esperaba junto a mis camaradas, en la noche solamente podía soñar con los planetas, las figuras. Las cosas que podrimos encontrar, con un optimismo inconmensurable me dispuse a vestirme y preparar las provisiones necesarias para un viaje de esa índole, ya saben; malvaviscos, galletas, pasta dental, esas cosas que en la tierra no apreciamos pero en el espacio son de vital importancia, así pues ya vestido y preparado me dispuse a recorrer el trayecto hasta nuestro escondite que bien podría ser el Cabo Cañaveral de los 60s. Durante el camino no hubo mayores incidentes y al llegar me tope ya con mis dos amigos Alexander Y Harold el amanecer ya había ocurrido hace unos treinta minutos y todos estábamos listos para el despegue. El primero en subirse al cohete fui yo claro, al ser el inventor y capitán e inventor de esta nave creo que era el mínimo honor que me merecía, después prosiguió Alexander para posteriormente ser abordado por Harold, sometimos a votación democrática dentro del cohete nuestro futuro destino, tras la votación nada reñida y por supuesto nada exhaustiva llegamos a la conclusión que viajar a Júpiter y recoger unos diamantes nos caería bien a todos y a nuestras futuras familias, comimos un sándwich de atún con pollo dentro del cohete y ya con la barriga llena nos dispusimos a iniciar el conteo que definiría si mi invento era un rotundo éxito y despegaba o solo un montón de chatarra inservible que necesitaría más reparaciones que una media averiada, la cuenta comenzó 3..2...1 despeguen, la posibilidad de cambiar el futuro de nuestras vidas y de nuestras FAMILIAS ESTABA RESUMIDO AHÍ EN UN SIMPLE DESPEGUE, PARECIESE QUE TODA MI VIDA ME HUBIESE PREPARADO PARA ESTE Y SOLO ESTE MOMENTO, despeguen, EL COHETE arranco sin irregularidades la emoción no la podía contener dentro de mi ser, al parecer mis amigos estaban tranquilos y seguros que despegaría pero yo sé que por dentro ellos estaban tan preocupados como yo por nuestro porvenir y el futuro de grandezas que nos aguardaría si lográbamos nuestro objetivo, el primero en felicitarme fue Alexander después de una seguidilla de Harold de vítores y halagos hacia mi ser y mi inteligencia, con mi arrogancia natural solo los miraba y me limitaba a sonreír como si no fuera la gran cosa. Logramos Salir del planeta y de aquella atmosfera tan parecida a la del planeta tierra y nos dispusimos a mirar por la única ventana de la nave la inmensidad del espacio, el saber que había un mundo tan accesible ahí afuera pero al mismo tiempo ese mismo mundo que se comportaba tan hostilmente y le negaba sus conocimientos y vistas a los que no fueron tan privilegiados como nosotros, en ese pequeño momento al mirar una nebulosa azul distante me sentí por primera vez realmente orgulloso de mi mismo había logrado romper las barreras que la sociedad había impuesto sobre mí y tal vez, solo tal vez, seria cambiar de cambiar para siempre mi vida.
Decidimos activar el piloto automático a la vez que encendimos la velocidad hiperdrogena espacial, Claro esto lo logramos al superar el límite de la velocidad de la luz, durante esos momentos no éramos materia no existíamos en el mundo físico, pero bueno no creo que les interese saber todos esos formalismos. Llegamos aproximadamente en unas 3 horas al planeta Júpiter ese planeta de la arcaica galaxia vía láctea, aquella que alguna vez fue el hogar de nuestra raza en ese planeta llamado tierra el cual hoy en día nos es más que un planeta inhabitable ni siquiera para las criaturas más fuertes, bueno olvidémonos de eso como les decía estábamos orbitando el planeta Júpiter en busca de que las condiciones y el terreno fuesen apropiadas para nuestro descenso, Al final de media logramos encontrar un claro con la suficiente masa atómica sobre el cual desembarcar, así pues, procedimos a desembarcar no sin antes habernos puestos nuestros trajes espaciales que diseñe a base de aluminio reforzado y otros cachivaches que encontré en el basurero de la ciudad, Desembarcamos sin mayores contratiempos y nos dispusimos a salir a explorar la superficie del planeta, claro guiados por nuestra ambición de cumplir el objetivo que al principio no habíamos propuesto, así pues nos dispusimos a abrir la compuerta con una increíble EXACION de descubrir que maravillas nos aguardaba este nuevo mundo, nadie había visto el planeta antes ya que anteriormente habíamos acordado el no ver por la ventana de la nave el nuevo planeta, así fue que con nada más que nuestra valentía y la ciencia de nuestro lado abrimos la compuerta y tocamos con nuestros zapatos espaciales por primera vez. Aquel planeta formado por gases y tan inhóspito como fue posible, nubes de colores y un entorno indescriptiblemente fluorescente nos rodeaba, la mayoría de esos gases tóxicos por supuesto nos dejarían  muertos en menos de 5 segundos si decidíamos quitarnos nuestros cascos. Decidimos dividirnos y que cada quien buscara el tesoro que os podrían aguardar dentro de esas tierras inhóspitas y desconocidas aun para seres tan pequeños como nosotros, así fue como con precaución empezamos a explorar la superficie material del gigante gaseoso. Después de tres horas de exploración o habíamos sido capaces de divisar aun la preciada joya que tenía la posibilidad de hacer menos miserables nuestras vidas, la única esperanza que quedaba era buscar dentro de una pequeña cueva donde no cabía más que alguien flaco y débil, fue entonces cuando al ver el tamaño del agujero ambos compañeros me miraron a mi teniendo ya en mente el mandarme al peligro y tal vez si bien no a la muerte a algo que me acercaría a ella, yo queriendo mostrar mi decisión de capitán acepte no sin antes intentar alegar con ellos pero cuando caí en cuenta ya tenía un arnés y una soga alrededor de mi cuerpo listos para bajar y encontrar los supuestos tesoros que contenían las profundidades, Antes de irme decidí crear una polea con una roca salida cerca de la cueva para que así a mi amigos no les costara tanto trabajo rescatarme en caso de que necesitara ascender rápidamente. Bueno termine entrando por el estrecho agujero y bajando a oscuras con no más que la luz de una linterna , así fue como durante cinco minutos descendiendo a través del gigante gaseoso me puse a pensar en la importancia de llegar antes de la hora de la cena y la surra que conllevaría consigo el no llegar a tiempo a mi casa, pues yo me encontraba embarcado en mis pensamientos cuando toque el fondo la cueva la cual sorprendentemente se abría y formaba una burbuja de aire en las entrañas de Júpiter, decidí iluminar con mi linterna aquel suelo que pisaban mis pies para encontrarme con la sorpresa de que estaba forrado de diamantes.
La alegría fue inmensa e inmediatamente se lo comunique a mis camaradas por el intercomunicador instalado en el traje, ellos se llenaron de júbilo tanto como yo y lanzaron una cesta para para que les comenzara a enviar las joyas y así ellos poder cargar en la nave tantas como estas nos permitieses, el tamaño de las piedras era enorme y su calidad era inmejorable el brillo de la lámpara al chocar con ellos me hubiera dejado ciego de no ser por el traje, un solo diamante era capaz de llenar el cesto que habíamos traído para poder recogerlos, recogimos al final un total de 52 bolsas llenas y ni aun así fuimos capaces de acabar siquiera con una octava parte de los diamantes que contenía aquella cueva, di la orden por mi transmisor de que me regresaran a la superficie del planeta y así lo hicieron mis compañeros durante esos largos 5 minutos solo quería revisar el reloj instalado en la nave con la esperanza de encontrar que aun disponía del suficiente tiempo para regresar a casa antes de la cena, mis amigos ya habían empacado todos los diamantes en la nave en un perfecto orden que me sorprendió, supongo que ellos también estaban emocionados por el enorme tesoro que habíamos encontrado, bueno al menos estábamos felices, fui capaz de notar la felicidad de mis amigos cuando subieron precipitadamente a la nave y me rogaran por lo que más quería que regresáramos a casa, recogimos el resto de las cosas y también la escalera de abordaje y una vez como cuando iniciamos la mañana comenzamos la cuenta que había aunque aún no fuéramos capaces de darnos cuenta como pero ese momento había cambiado nuestras vidas para siempre. Salimos de la atmosfera del planeta y otra vez activamos la velocidad mayor a la luz claro controlada por el piloto automático, llegamos a casa después de aproximadamente tres horas de nuestro despegue de planeta tal y lo que habíamos tardado en llegar a el, para mi sorpresa apenas eran las 5 de la tarde nuestra pequeña aventura no había tomado más de 10 horas, así con el tiempo de sobra ocultamos nuestra nave y todo el equipo que habíamos utilizado y fabricado para aquella aventura, comimos un pequeño snack ya que el hambre no estaba matando, ya que a pesar de haber llevado provisiones no las habíamos ni siquiera tocado por la emoción que nos provocaba el hecho de salir a la aventura, llegue a mi Casa con tempo de sobra para la cena y fui directamente a con mi abuela a contarle todo lo que nos había pasado el día de hoy con lujo de detalle, ella a su vez era incapaz de creer lo que había logrado pero al momento de sacar uno de los 19 diamantes que había traído conmigo a nuestro planeta , su cara de emoción y felicidad me irradio inmediatamente, aquella cara que significaba una vida más cómoda, un seguro el ya no tener que preocuparse por si mañana tendríamos un techo o si comeríamos algo, mi abuela salió con la gema y se la mostro a mi madre la cual a su vez  lloro de la felicidad y me abrazo como nunca (claro que el maldito interés siempre estaba atrás de sus intenciones) , nuestra vida había cambiado para siempre y fue gracias a mí, a mi ingenio, a mi esfuerzo y por supuesto a mis amigos.
A la mañana siguiente decidimos vender la gema en la más prestigiosa tienda de joyas de toda mi ciudad el diamante azul, el joyero fue incapaz de mencionar una sola palabra al ver lo que traía conmigo, solo se limitó a ofrecernos un billón de créditos por ella, eso fue más que suficiente para mí ya que sabía que tenía otras 18 así en el escondite que me pertenecían y no se moverían de ahí a ninguna parte pero que si las vendía todas el precio de estas bajaría estrepitosamente, así fue como de la noche a la mañana aquel niño pobre con ingenio llego a tener todo lo que había deseado materialmente gracias a ese ingenio, lo primero que hice con el dinero fue comprar una nueva casa para mi abuela, mi mama, mis odiosas pero al final de cuentas hermanas y claro para mí, era una casa preciosa que había servido como mansión y cuartel de los rebeldes alienígenas nativos de esta región antes de que mi raza colonizara el planeta, esta casa era grande y espacios pero sobretodo contaba en su interior con un enorme bunker que había servido en tiempos antiguos para que la resistencia alien se escondiera en él, un espacio más que perfecto para todos mis experimentos, la segunda cosa que hice fue dotarme de una infinidad de materiales que apoyaran mis experimentos así como de un equipo profesional que facilitara mis tareas al crear estos mismos. Ese fue un día ajetreado pero cayó la noche y con ella sobre mí el sueño lo cual provoco que me metiera a la cama a descansar no sin antes pensar en que mañana vería a mis amigos y vería sus nuevas vidas y la posibilidad de un mundo mejor que les había ofrecido. A la mañana siguiente desperté con el noticiero que había puesto como alarma la noche anterior Antes de irme a acostar y efectivamente lo que había supuesto había ocurrido el precio del diamante había caído estrepitosamente, si bien aún era un material deseado en mi planeta eso no significaba nada ahora el diamante tenía el mismo valor que la plata eso fue algo impresionante para un chico como yo me sentí tan poderoso en esos momentos y sentí a los demás tan débiles, con el simple hecho de vender mis diamantes sería capaz de desestabilizar en un caos la economía entera de un país y hacer que estos valieras menos que el hierro o el cobre, pues después de haber pasado mi momento de gloria decidí vestirme con mi uniforme y prepararme para un día de colegio con mi nueva vida. Un nuevo día, aún me sentía tan asombrado y feliz por la aventura que pasé ayer con mis amigos, me levanté volteando hacia mi alrededor, ahora tenía un cuarto grande, ya no me tendría que pelear por ganar el baño, hoy iba a ser otro día bueno porque tendría que presentar mi experimento en la feria de ciencias, estaba muy seguro de que ganaría. Mi trabajo de ciencias seria mi primer experimento aún no le he puesto nombre pero es capaz de hacer grandes las cosas a las que apuntas, lo he usado muy pocas veces. Me cambié y aliste para el colegio, agarre mi experimento y me fui, como cualquier otro día mis amigos estaban a la entrada de la escuela, la feria de ciencias sería en el patio de la escuela, los escritorios para exponer nuestros experimentos estaban preparadas, había un cartel muy grande, era azul y las letras rojas, mis amigos y yo entramos a clases, de repente entro la maestra y dijo que era hora de presentar nuestros experimentos, salimos y nos acomodamos, mis amigos y yo éramos de las últimas mesas solo veíamos pasar a los profesores por cada una de las mesas, algunos experimentos eran muy malos y los profesores solo movían su cabeza de un lado a otro, me puse muy emocionado, era nuestro turno usamos un lápiz de ejemplo para hacerlo más grande, los profesores quedaron impactados, por su cara supe que era el mejor experimento y que ganaríamos, pero de pronto lo intentamos con un jitomate, la maquina empezó a volverse loca, esta no paraba de hacer más grande al objeto, en poco tiempo el jitomate reventó, hizo una explosión muy grande, manchó a todos los que estaban cerca, los maestros se nos quedaron viendo un poco raro y se fueron, dentro de un rato terminaron de revisar todos los experimentos y nos dijeron que darían los resultados al día siguiente, el mejor experimento ganaría un punto en el examen de cada materia, ahora sabía que habíamos perdido el premio, pero lo que más me preocupaba era que lo que había creado ahora ya no funcionaba, solo pensaba la manera en la cual lo arreglaría y todos los cambios que tendría que hacer, iba a ser mucho trabajo, era como construirlo de nuevo.

Capítulo III
Después de pensar mucho en aquel trabajo descompuesto llame a mis amigos y nos dirigimos a nuestro laboratorio, ahora era más fácil arreglar o crear cualquier cosa, teníamos las suficientes herramientas para poder hacerlo, antes había creado algunos planos para poder modificarlo solo esperaba que eso funcionara, al entrar al laboratorio vimos que había algunos hoyos en la parte inferior de las paredes, eran algo pequeños, Harold, Alexander y yo nos volteamos a ver, no sabíamos de qué se trataba, jugamos disparejo, el que perdiera se acercaba. Después de tres jugadas Harold perdió, caminó un poco y estaba a punto de llegar hacia el hoyo pero de pronto una rata salió corriendo, nunca había visto correr tan rápido a mis amigos, yo me subí a la silla que estaba a mi lado, la rata se dirigía a la puerta, lo bueno que la habíamos dejado abierta, ahora el problema eran los hoyos que habían en la pared, eran alrededor de unos cuatro hoyos, Alexander dijo que teníamos que buscar algún pedazo de metal y unos cuantos clavos, por suerte nosotros teníamos eso en el laboratorio, en un instante Alexander lo arregló. Esa situación me había quitado un poco la emoción de arreglar mi trabajo, estaba siguiendo mi plano y todo iba saliendo a la perfección, pasada una hora lo terminé, lo volvimos a probar, y claro, también el botón de apagado, no queríamos que sucediera otra situación parecida. Había sido un día muy calmado dijimos mis amigos y yo, hoy no pasó algo muy interesante, se hacía de noche así que decidimos irnos del laboratorio. Llegué a casa y mis hermanas me saludaron, claro, su actitud había cambiado hacia mí, en mi mente solo pasaban todas las tareas y proyectos que teníamos que hacer, no entiendo por qué los maestros nos dejan tanta tarea, no es como si fuéramos máquinas o algo así, pero tenía mucho sueño, a pesar de que no habían pasado tantas cosas fue un día muy agotador, yo solo quería dormir pero no sabía si hacer  la tara o no así que decidí lanzar un dado, si caía el uno, tres o seis no la haría pero si caía alguno de los otros números la tendría que hacer, lo lancé y por suerte cayó el dos, en realidad tenía mucho sueño, mis ojos se cerraban como si no hubiera dormido durante muchas semanas.
A la mañana siguiente me desperté y como cualquier otro día, con la misma rutina, me puse a pensar y pues mi vida se estaba tornando un poco aburrida, ya no habíamos hecho nada desde aquella aventura pasada, hoy no era día de escuela, era un fin de semana, así que mi papá nos llevó a unas montañas, estas quedaban muy lejos, era muy raro ver de estas en nuestro planeta, solo había muy pocas, por allá había unas cuantas carreteras ya que estas iban desapareciendo ya que había nuevas maneras de viajar, como el tele transportador, en mi casa había un automóvil, y mi padre lo quiso usar y recordar tiempos pasados, yo no quería ir pero mi padre quería que estuviéramos todos en familia, mi abuelita no podía ir ya que no podía caminar tanto y sus pies pues ya eran algo débiles, nos llevamos a mi perrito, su nombre es lizy, ya es algo viejo y pequeño de color gris, mi mamá preparo algo de comida para comer allá, nos subimos a la camioneta y después de media hora empezó a oler mucho a perro, aunque lo acabábamos de bañar ayer, tal vez fue por el calor que había dentro de la camioneta, mi papá puso música y comenzó a cantar y a mover su mano, vio a mis hermanas por el espejo y les dijo que también cantaran, mis hermanas lo siguieron y yo solo miraba el paisaje, habíamos venido a este lugar cuando yo tenía cinco años, mi mamá abrió su bolsa y tenía unos cuantos dulces, nos pasó la bolsa y agarre una paleta pero me dio mucha sed, aunque preferí esperarme a que llegáramos, estábamos a punto de llegar y mi papá se pasó el camino así que se tuvo que retornar después de 5 minutos ya que no lo pudo hacer antes, al llegar por el camino que teníamos que pasar este estaba muy desnivelado tenía muchas rocas y hoyos, esto era algo casi imposible de que la camioneta que traíamos pasara, pero por un milagro esta lo hizo aunque no tuvimos que bajar para que la camioneta fuera más ligera, era un largo tramo para caminar pero lo tuvimos que hacer, mi  papá nos esperó hasta donde el camino ya estaba bien, tardamos unos siete minutos en llegar hasta él, después de eso os subimos a la camioneta, a un costado del lugar había un río así que decidimos ir y llevar a licy a tomar agua, este también aprovechó y se mojó todo por completo, mi papá nos apuró ya que él quería subir toda la montaña, una de mis hermanas y también mi mamá prefirieron quedarse, comenzó a caminata y apenas a unos minutos de caminar mi hermana se cansó, demasiado rápido, se empezó a poner un poco pálida, no estaba tan acostumbrada a esto, mi papá la vio y dijo que paráramos un poco, así que eso hicimos, como cualquier otra montaña esta estaba algo inclinada y con muchas piedras, que después de caminar un rato pareciera que las traías dentro del zapato, mi papá abrió la mochila que tenía cargada y saco unos vasos y un agua, le dio a mi hermana y después de unos cuantos minutos continuamos caminando, mi padre nos iba contando muchas historias y entre ellas algunas de terror, pero estaba muy cansado como para asustarme, mi papá vio algunos árboles de limón y de naranjas, estaban al otro lado de una barda pequeña de piedras, mi padre se pasó al otro lado porque a pesar de que ya estábamos en un planeta muy desarrollado a mi papá le seguía gustando demasiado a naturaleza, corto varias naranjas y limones y las guardo en la mochila que cargaba, durante un lapso de tiempo nos quedamos callados, la naturaleza se veía de una forma asombrosa, todos los árboles tan altos y verdes, el sol que iluminaba el río, la tierra un poco húmeda, pasamos por una pared de roca, un poco de agua caía sobre ese pedazo y nos alcanzaba a mojar, en algunas ocasiones el lugar por donde podíamos caminar era muy estrecho, un paso mal dado y caías hasta abajo, no llegamos hasta el final ya que se estaba haciendo algo tarde, a lo último  que llegamos fue en donde había rocas muy grandes, eran enormes, algo parecido a una cascada pequeña, nos quedamos ahí por un buen rato, mi papá sacó las naranjas y nos dio una a cada uno, mi hermana soltó a lizy y después de un rato nos fuimos, durante el camino el cielo empezó a tronar, caían unas gotas de lluvia, nos apresuramos al bajar, no queríamos mojarnos tanto, aparte de que podría ser peligroso, al llegar abajo mi mamá preguntó que por qué habíamos tardado tanto, que ya estaba lloviendo muy fuerte, nos subimos todos a la camioneta y mi papá no quería que nos mojáramos, así que hizo el intento de que la camioneta pasara por el camino rocoso con hoyos, pero no funcionó, la camioneta se atoró y terminamos bajándonos todos, ahora la tierra era mucho lodo, mi mamá, mis hermanas y yo tratábamos de poner rocas bajo las llantas para que pudiera salir la camioneta pero después de varios intentos no funcionó, estábamos todos empapados y sin ayuda, ya era de noche así que nos metimos a la camioneta y esperamos hasta el día siguiente para pedir ayuda, todos nos quedamos dormidos y al día siguiente mi papá le llamó  a su amigo y él fue por nosotros, llegamos a casa y terminamos exhaustos, mis amigos me llamaron, querían hacer algo, pero les dije que no que solo quería descansar, así que eso hice, me quede dormido hasta tarde, eran las seis de la tarde cuando desperté, tenía hambre y hasta mis ganas de construir algo habían desaparecido en esos momentos, termine muy cansado pero estaba feliz por haber estado con mi familia. Al día siguiente tendría clases, mi descanso había acabado y mi tormento continuaba, se me hicieron tan cortos los días de descanso, era muy noche pero recordé que tenía tarea, habría que hacerla, hoy no había opción, después de unas horas la termine, me cepillé mis dientes y me fui  a dormir, pero antes fui a desearle las buenas noches a mi abuela. Al día siguiente desperté y fui a bañarme con agua algo fría ya que aún seguía dormido, me cambié y me dirigí a la escuela, ya era tarde y la clase había comenzado hace unos minutos, me metí al salón y la maestra empezó a checar las tareas, lo típico que hace cada maestro, a mi suerte si la hice, seguidas unas clases más salimos al recreo, estuvimos hablando sobre lo que podíamos hacer pero no llegamos a ninguna conclusión así que nos reuniríamos en el laboratorio al salir de la escuela, solo esperaba que las clases terminaran, un maestro nos dijo que empezaríamos exámenes mañana, uno de mis amigos no era nada inteligente así que me dijo que le creara algo para saber todo en los exámenes que venían. Al terminar la escuela cada uno de nosotros se dirigió a su casa y después de ahí al laboratorio. Empezamos examinando la cabeza de Harold, sí, yo ya era todo un genio, hicimos muchas anotaciones y cálculos, después de esto teníamos que crear algo pequeño para que nadie se diera cuenta de que estaba haciendo trampa, le creamos un pequeño dispositivo, le tuvimos que hacer muchos arreglos y pruebas para ver que no fallara, Harold estaba muy contento, a él no le iba bien ni aunque estudiara, aunque casi nunca lo hacía, pero ya estaba listo, sería una persona muy inteligente, un gran genio, solo esperábamos el día de mañana, cada quien se fue a sus casas, el día termino y el día tan esperado llegó. Harold se colocó el dispositivo y la maestra nos repartió nuestros exámenes, ni cinco minutos tardó en contestarlo mi amigo, fue el más rápido de la clase que hasta la maestra se sorprendió, al salir de la clase Harold no se quería quitar el dispositivo, y lo tenía que hacer quisiera o no, ya que podría causar algunos otros daños, no quiso hacer caso así que se fue y se escondió, la escuela casi terminaba y él no había regresado, Alexander y yo lo habíamos estado buscando pero no lo encontramos, al finalizar la escuela nos dirigimos a nuestro laboratorio y vaya sorpresa ahí se encontraba Harold, solo que con una cabeza gigante, la tenía cubierta con una sábana blanca, sin duda la cabeza más grande que haya  visto, al parecer ese era el gigante efecto secundario que le paso a  mi amigo gracias al no quitarse el dispositivo, este fue el que le ayudo a agrandar su cabeza, inmediatamente se lo quiete de su cabeza, rápido me puse a construir algo que le dejara la cabeza de su tamaño normal, hice varios experimentos hasta que uno funcionara, yo no me vencería y le ayudaría  a mi amigo, listo, tenía en mis manos el remedio de su cabeza gigante, lo probamos antes en un lápiz para evitar cualquier otra situación, solo esperaba que este problema haya valido la pena para la calificación de mi amigo. Al día siguiente en la escuela la maestra con la que habíamos presentado el examen de ayer nos dio nuestros exámenes, paso a cada uno de nuestros lugares a Harold fue al primero que se lo entregó, había sacado un diez, vaya que fue uno de los mejores experimentos que he creado, la maestra me dio mi examen y saque lo mismo, de verdad era un genio, las aventuras ya no aparecían en nuestras vidas, estaban siendo un poco aburridas así que al salir de clases nos dirigimos a mi casa a jugar y a ver televisión, mi mamá nos horneo una ricas galletas de chocolate, a mis amigos se les antojaron desde lejos, Harold fue a su casa y su mamá lo felicito, vaya, se nota que desde hace mucho no le iba bien. Tenía ganas de construir más experimentos y llenar todo mi laboratorio de cada uno de esos experimentos, mi hermana fue conmigo y vaya, tenía el mismo problema que Harold, solo espero que haga caso a todas las instrucciones que le dije, estaba muy aburrido así que le dije a mis amigos que hiciéramos otro viaje a otro planeta, me gusta conocer y obtener algo de cada planeta, el día terminó y cada uno de nosotros nos fuimos a nuestras casas sin más que decir.
Capítulo IV
Hoy un nuevo día, entusiasmado por vivir una nueva aventura junto a mis amigos, por fin es fin de semana, ya estaba aburrido de tanta tarea. Hoy mis amigos vendrán a mi casa, espero quieran hacer algo divertido o se les ocurra algo interesante. Después de unas cuantas horas el primero en llegar es Harold, estuvimos esperando por un buen rato a Alexander pero no llegaba, así que nos pusimos a jugar en el televisor, el juego estaba muy entretenido, nos quedamos ahí por unas varias horas, el tiempo pasó de lo más rápido, unos momentos después llegó Alexander, vaya la tardanza, mi mamá acababa de comprar unas películas así que decidimos ver una película de acción, hicimos un poco de palomitas y sí que nos las acabamos muy rápido. Hartos de tanta televisión, decidimos ir a caminar, pasamos cerca del laboratorio así que decidimos ir a darnos una vuelta por allá, quería que fuera fin de semana pero no me lo imaginaba tan aburrido, aunque estuvieran mis amigos, este sin duda era de los fines más aburridos que he tenido desde hace tiempo, nos pasamos al laboratorio, y nos quedamos sentados por un minuto pensando en que podíamos hacer en las últimas horas que nos quedaban de este día, pensamos en varias opciones hasta que todos quedamos en una , íbamos a viajar al espacio, y ¿saben qué?, esto suena un poco loco pero nos vamos a quedar a acampar ahí, es de las ideas más divertidas y raras que se nos ha ocurrido, teníamos poco tiempo porque ya estaba empezando a oscurecer y las luces de nuestra nave eran bastante tenues, si, sé que tenemos que cambiarlas por unas más potentes, pero eso ya será otro día, mis amigos y yo fuimos a nuestras casas, llevamos comida y algunas cosas que creímos necesarias para esa noche, nos encontramos en el laboratorio, y ya estábamos listos para despegar hacía una aventura, esa noche sí que será fascinante, llegamos al espacio y aterrizamos en un hueco gigante que tenía un planeta, acomodamos y construimos nuestra casa de campaña, duramos un largo tiempo en levantar la casa, al terminar comimos un poco de lo que llevábamos ya que teníamos bastante hambre, a pesar de que había sido una tarde de bastante flojera y  de que habíamos comido mucho, terminamos de comer y mis amigos y yo decidimos explorar la zona, era muy rocosa y demasiado oscura, no les había contado esto pero mi planeta al oscurecer o en la noche se pone muy negro en realidad, tanto así que no se puede ver nada, es por eso que en el lugar en el que vivo en la noche la ciudad está muy alumbrada, pues bueno, al lugar al que acabamos de llegar es incluso más oscuro que mi planeta, así que usamos nuestras linternas para poder ver bien, no vimos muchas cosas interesantes así que decidimos regresarnos y checar el lugar al día siguiente en la mañana, nos acostamos dentro de la casa de campaña y en el momento en el que estábamos a punto de dormir se empezaron a escuchar muchos sonidos raros afuera, era como si unas aves revolotearan encima de la casa así que le empezamos a pegar al techo del lugar, parecía que estas se espantaban y cada vez era menos el ruido, no queríamos salir a ver que era porque no sabíamos si eso podía ser peligroso o algo parecido, después de unos minutos no podíamos volver a dormir así que nos quedamos platicando un rato, hasta que por fin ya nuestros ojos simplemente se cerraban. A la mañana siguiente despertamos un poco tarde y aún con un poco de sueño, desayunamos un poco de la comida que nos había sobrado la noche anterior y decidimos salir a caminar y aprovechar el tiempo que teníamos ya que en poco tiempo tendríamos que irnos, en nuestro recorrido ocurrieron algunas situaciones un tanto peligrosas ya que Harold tropezó con una enorme roca y estuvo a punto de caer en un hoyo muy profundo, por suerte Alexander lo alcanzó a jalar de  la playera, no me hubiera imaginado que podría haber pasado, en fin, nuestro recorrido no estuvo tan emocionante como me hubiera imaginado, y las aves que estaban revoloteando en la noche no las volvimos a encontrar, supongo que solo salen de noche, ya se hacía un poco tarde así que decidimos volver a casa. Estuve platicando con mis amigos y fuimos a tomar unas malteadas, duramos ahí un largo rato y estuvimos viendo que se solicitaban empleados, estuvimos viendo acerca de eso y lo estuvimos platicando por un largo tiempo, teníamos mucho tiempo extra al salir de la escuela y queríamos hacer algo más aparte de que queríamos más dinero para tener más cosas en nuestro laboratorio. Fuimos a preguntar y exactamente necesitaban tres empleados así que los tres estaríamos juntos y sería más sencillo y divertido que no hacer nada en nuestra casa, nos ofrecieron el empleo a los tres y nos dijeron que empezaríamos a partir de mañana, salimos del lugar y cada uno nos fuimos a nuestras respectivas casas, estaba un poco emocionado de que sería mi primer empleo y ya podría trabajar por mi cuenta, al llegar a casa le conté a mi abuela, me dijo que estaba feliz por mí, que ya era un chico grande y estaba creciendo, fui a la cama ya que estaba muy agotado y me quedé dormido. Nos habían solicitado a mis amigos y a mi desde muy temprano, así que me levante y apresurado me cambié, alcancé a llegar a tiempo y nos empezaron a mostrar cómo funcionaba desde la caja registradora hasta hacer la preparación de los alimentos, me quedé asombrado de mis amigos, ya que hacían todo a la perfección pero yo era un total fracaso, no me salía ninguna de las cosas que hacía, vieron que nada me salía así que me pusieron a limpiar los baños y el piso, solo veía como le iba de bien a mis amigos, y seré sincero, estaba feliz por ellos pero no estaba nada orgulloso de mi, al final del día el gerente estaba a punto de despedirme pero le suplique que no lo hiciera, que solo era un mal día pero mañana llegaría a hacer todo muy bien, él dijo que me daría una segunda oportunidad. Esperé a que todos se fueran y me quede pensando en lo que podría hacer para mejorar lo que hacía e incluso las ventas del lugar, me llegó una gran idea a la mente, iba remodelar el lugar, y si lo iba a hacer yo solo en una sola noche, también construiría una máquina que podía leer las mentes de los demás para saber si los clientes estarían satisfechos durante su estancia en el lugar, terminé de hacer todo eso y solo me quedaban alrededor de cuatro horas para ir a mi casa y descansar. Al día siguiente llegue antes que los demás así que cuando ellos abrían el lugar yo ya estaría dentro, al entrar mis amigos y el gerente quedaron asombrados.
-¿Cómo hiciste todo eso? Preguntaron los tres
-Con un poco de ingenio, adelante, pasen.
-¡wow! Esto si es asombroso. Dijo Harold
Los tres quedaron impactados y muy alegres, al poco tiempo empezó a llegar mucha gente y nosotros empezamos a checar las máquinas para saber si cada uno de los clientes estaba satisfecho o le hacía falta algo, las máquinas nos enseñaban con detalle cada cosa que las personas necesitaban y nosotros se lo llevábamos, era un poco extraño para ellos pero a fin de cuentas quedaban alegres, se hacía tarde así que ya era hora de cerrar el negocio pero no sin antes darnos cuenta de que las ventas habían sido demasiadas, incluso habían subido los límites de dinero que se ganaba en una semana, mis amigos y el gerente lanzaron los billetes hacia arriba, no se imaginan que tan feliz estaba en esos momentos, el gerente se acercó a mí y me pidió una disculpa por haberme querido despedir, le dije que estaba bien y que no se preocupara, ya se hacía noche pero mis amigos y yo decidimos quedarnos a tomarnos una malteada.
-Brindemos por el gran trabajo de Christian. Dijo Alexander
-Sí, que buen trabajo has hecho, pero...¿Por qué no nos habías dicho que harías esto, o por qué no nos pediste ayuda?. Dijo Harold
-Ya era un poca noche y no los quería molestar, pero vamos, disfrutemos de las malteadas. Dijo Christian
-Está bien ¿después de terminar quieren hacer algo? Dijo Harold
-Podemos ir a mi casa. Contestó Christian
Después de un rato salimos del lugar, ya estábamos un poco agotados, pero queríamos pasar un rato en mi casa.
Capítulo V
Al día siguiente llegamos a trabajar y como en los últimos días todo marchaba bien, teníamos a los clientes contentos y nuestras ganancias iban subiendo cada vez más, pero esa tarde ocurrió la peor tragedia, nadie lo esperaba, las máquinas se empezaron a poner como locas
-¿Qué está pasando aquí Christian? Dijo enojado el gerente
-Me quede con la mente en blanco por unos instantes, ahora mismo lo arreglo señor. Le contesté.
-Pues hazlo ahora mismo ¿Qué no ves que todos los clientes están asustados y todos están huyendo? Me dijo el gerente
Todas las personas estaban gritando como locas, hasta rompieron una ventana del lugar, las máquinas seguían a las personas preguntándoles si estaban satisfechas, pronto nos quedamos sin personas en el lugar y las máquinas habían salido hacia la ciudad, pronto un problema que estaba un poco pequeño se había convertido en un peligro para toda la gente.
-¿Qué harás? Preguntaron Alexander y Harold
-Acompáñenme al laboratorio por nuestra nave, seguiremos a la máquina y le lanzaremos el láser que la hace las cosas pequeñas.
Corrimos hacia nuestro laboratorio, por suerte estaba cerca del lugar donde trabajamos, o más bien donde trabajábamos porque después de esto no creo que nos quieran volver a ver ahí en el lugar.
De inmediato nos subimos a la nave y empezamos a seguir a la máquina, estaba destruyendo cada uno de los locales de la ciudad, no me imagino como iba a terminar todo, esto era un caos, toda la gente corría hacia todos lados, Harold le disparo con el láser a  la máquina pero este no reaccionaba, le dio varios golpes y empezó a dispararse como loca hacia todas las cosas de la ciudad, le dije a Harold que manejara la nava y yo dispararía con el láser, en unos momentos estábamos frente a la máquina, le disparé con el láser y en cuestión de segundos esta se hizo diminuta.
-¡lo logramos! Les dije a mis amigos
-claro, esto no iba a poder contra nosotros. Respondió Alexander
-Oigan chicos... dijo Harold
-¿Qué sucede? Contestamos Alexander y yo
-¿Qué no han volteado hacia abajo?
-¡No puede ser es un completo desastre!
Nuestras mamás estaban juntas, decidieron que nos teníamos que alejar del laboratorio y de inventar cualquier cosa por unos días, habíamos destruido por completo la ciudad, nos tendrían castigados por un largo tiempo, y lo peor es que saldríamos de vacaciones en una semana, lo peor es que no íbamos a poder usar nuestro laboratorio y a disfrutar de él. Nos encontramos con el gerente, vaya sorpresa, nos gritó demasiado, nos dijo que no nos quería volver a ver, pero pues lo teníamos merecido, no había manera de justificarme, porque yo había provocado todo eso

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Feb 23, 2019 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Gobark 231Donde viven las historias. Descúbrelo ahora