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Marinette llegó a su habitación, y justo al momento de destransformarse, inundó su rostro en su almohada. Tikki pilló una galleta del escritorio de la chica y mientras saboreaba el dulce sabor de su comida preferida, observaba en silencio el dilema mental de su portadora.

- Ayyy Tikki, que he hecho?

- Has quedado con Chat el sábado por la mañana - decía la Kwami tras tragar el último tropezón de la galleta.

- ESO YA LO SÉ . gritó más fuerte - ¿POR QUÉ LO HE HECHO?

La verdad, es que ni la propia Ladybug sabía el porqué de lo sucedido. Chat le había propuesto de quedar en muchas ocasiones, y siempre se había negado a ello. No por nada personal, sino porque lo consideraba como un gran riesgo. Eran superhéroes, y el mínimo descuido podría ponerlos en peligro.

Sin embargo, las ganas de compartir con al menos alguien sus sentimientos al tener una doble vida, habían aumentado con el paso de los días. Podía ver el cambio de las relaciones de su alrededor: Alya y Nino sabían sus identidades desde lo sucedido el día de los héroes y podían hablar entre ellos de cualquier tema; incluso Chloe podía comentar sus aventuras ya que todos sabían su papel como Queen Bee. Pero..¿y ella? ¿Con quien podía hablar de sus cosas? Al reflexionar, se percató que posiblemente Chat Noir pasaba por lo mismo...y en ese mismo instante, la idea de quedar no se veía como una idea tan desastrosa como la consideraba en un inicio. No obstante el peligro seguía presente y debían tener cuidado.

Tikki se posó sobre la cabeza de la azabache, calmándola. Ella, mejor que nadie sabía las razones de su amiga por lo que decidió acceder a pasar un sábado por la mañana con el minino. Estaba orgullosa de ella por su labor como Ladybug y por su forma de ser como civil. Solo, por esa vez, no diría nada que le causará más inseguridades a su portadora y le dejaría que se divirtiera un poco con su mejor amigo, se lo merecía.












Por su parte, Adrien se encontraba embobado. Suspiraba a cada segundo que pasaba. Plagg intentaba saborear su delicioso Camembert, pero los suspiros de su portador no le permitían disfrutar de su queso.

- Argh estás consiguiendo que pierda el apetito - decía de forma asqueada fingiendo vomitar.

- Plagg ¿Te lo puedes creer? Ladybug y yo paseando por la ciudad del amor - explicó de forma enamorada para terminar con otro gran suspiro.

- Claro que pasearéis por la ciudad del amor...Vives en París. - añadió el kwami tras engullir un par de trozos de queso.

- Plagg no fastidies...no sabes nada sobre el amor. - Tras decirlo se fue a la cama mientras oía a su kwami decir lo mucho que amaba a una variedad infinita de quesos.

Una "cita" clandestinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora