Capitulo 5* (anillo)

35 0 0
                                    

Zac llevaba sus dias entre la depresion y la euforia, manejaba la primera con  con Citalopram y  Sertraline,  al llegar la segunda repasaba mentalmente sus planes, se colocaba metas, se culpaba por ser una carga para Handel y  admiraba los cuadros de Henri de Toulouse-Lautrec quien era su artista favorito, ya sea por sus cuadros en donde plasmaba de forma singular aquellas fiestas nocturnas que rodeaban sus barrios, en donde mostraba aquella diversión que a veces solía ver tan ajena, la forma en como sus colores daban vida a aquellos paisajes carnavalescos que podrían narrar a futuras generaciones aquella diversión que pese a los escasos recursos de aquel tiempo propiciaban festejos alegres y llenos de vida. Además de visitar frecuentemente las casas de cultura Zac encontró en la cocina una nueva forma de trasmitir sus sentimientos y mostrar su afecto a quienes le rodeaban, si bien el tuvo contacto desde pequeño  con la cocina ya que su querida  abuela Mhsler le permitía acompañarla mientras le mostraba aquellos pasos que casi como una coreografía le resultaban hipnoticos, viendo procesos increíbles como de un laboratorio donde notaba  por ejemplo  la transformación de unos simples huevos en un merengue dulce y empalagoso, Zac continuo con esta costumbre incluso en el internado donde lo adopto como su forma de sobrevivir

Zac con el cuchillo en su mano derecha y sus ojos totalmente nublados por las lagrimas que salían, mordía sus labios y aguantaba la respiración maldiciendo mentalmente aquella cebolla que debido congelar 30 minutos antes y que  ahora le hacia sufrir, Un estofado de liebre cuyo secreto principal era cocinar la carne en  la propia sangre del animal, sin duda una referencia casual a toda su vida 

mientras cocinaba en aquel lugar que lo resguardo por años, los recuerdos de su infancia se hacían  presentes y paso a estar sentado en un amplio sillon, cubierto por una manta  blanca  hecha con plumas de ganso, este en realidad  era un edredón n...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

mientras cocinaba en aquel lugar que lo resguardo por años, los recuerdos de su infancia se hacían  presentes y paso a estar sentado en un amplio sillon, cubierto por una manta  blanca  hecha con plumas de ganso, este en realidad  era un edredón nórdico de plumas Gabel que le habían regalado sus abuelos en su navidad numero 7, la noche estaba fria y en vispera de navidad contrario a las calidas historias amigables contadas por las familias, su abuelo lo hipnotizaba al contarle las historias que rodeaban la segunda guerra mundial y en la cual el había tenido una gran participación, Carsten Nowitzki un judío que se vio retenido en Majdanek un campo de concentración ubicado cerca de la frontera con Ucrania y en el cual había sido sometido a una inigualable cantidad de vejámenes humanos como violaciones, maltratos físicos y psicológicos, pruebas  medicas, experimentos psicológicos, hacinamiento, trabajo forzado y sobre todo la perdida de sus hermanos lo cual sin duda marcaria un antes y un después en su vida

su abuela al igual que el había sobrevivido a Ravensbrück, un campo de concentración exclusivo para mujeres el cual se encontraba ubicado en Berlín y al que fue llevada luego de ser separada de sus hermanas a la edad de 9 años, allí muy parecido a su esposo, padeció en carne propia las violaciones físicas y mentales a las que era sometida junto con 130mil mujeres, en las cuales lamentablemente no hacían presencia sus hermanas y a las cuales jamás volvería a ver

Zac se sumergía en dichas historias intentando comprender si estas eran reales o eran producto de la imaginación de su abuelo, quien ya tenia 60 años y que muy posiblemente y debido a dichos sucesos puede que imaginara o exagerara un poco mas para asombrar a su nieto

Ariadne & Handel (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora