La puerta de la habitación principal se encontraba entreabierta, desde ella se podía divisar todo lo que había en ese extraño lugar, era una reducida sala de estar, estaba amueblada simplemente por una mesa pequeña en el centro del habitáculo. En ella había depositados varios vasos, ya vacíos, y botellas de whisky tiradas por toda la habitación. En frente de la mesa, pegada a la pared se encontraba una diminuta televisión cuadrada, sin sintonizar, que estaba encendida pero que nadie estaba viendo. La mesa estaba rodeada por un sofá de dos plazas y un sillón a cada lado. Uno de los sillones estaba repleto de ropa vieja y estropeada, que ya nadie se pondría. El sofá y los sillones parecían haber sido sacados de un vertedero, porque estaban sucios y desgastados. Toda la habitación estaba iluminada por la única ventana que había en la habitación, no tenía cortinas y uno de los cristales estaba rayado. Encima de la mesa, colgada del techo había una pequeña bombilla que no estaba cubierta por ninguna lámpara, y que colgaba del techo únicamente por dos cables, que pronto cederían y la bombilla caería.
La habitación estaba comunicada con dos puertas que llevaban a otras habitaciones. La puerta que se situaba cerca de la entrada daba a un baño, tan extremadamente pequeño que solo cabía en él un váter y una ducha cubierta por una cortina rota.
La otra puerta, que estaba al fondo de la sala, también abierta, daba a una minúscula cocina en la que solo cabían tres encimeras, no había ningún electrodoméstico, solamente una nevera y un hornillo, donde se podía cocinar.
Desperdigados, encima de las encimeras y del fregadero había todo tipo de vasos, platos y cubiertos, llenos de mugre, que todavía no habían sido fregados y que probablemente nunca se lavarían. Había comida sin terminar que ya olía a podrido y que estaba empezando a cubrirse por moho.
En la entrada, había un pequeño rellano, en el que solo cabían dos personas juntas si la puerta de la sala de estar estaba cerrada.
Esa era toda la casa, sin una simple cama donde dormir. Toda la estancia apestaba a alcohol y todo estaba lleno de polvo, como si nunca hubiesen limpiado, que eso sería lo más probable viendo el estado en el que se encontraba el piso.
Sonó un golpe, dos, y al tercero la puerta de la entrada se habrió y apareció un hombre de mediana edad despotricando:
- Joder, maldita puerta. Esta puta mierda de casa, alguna vez dejará de darme problemas.
El hombre, no era ni alto, ni fuerte, ni guapo, sin embargo tenía algo que llamaba la atención.
Era un hombre bajo, con una prominente barriga. Tenía el pelo corto, de color marron oscuro y la barba del mismo color, exceptuando por algunas canas. Vestía similar a la ropa que había tirada en el sillón. Llevaba una camisa de manga corta, debído al calor que empezaba a hacer ya, eran principios de junio y la gente dejaba las chaquetas en casa. La camisa estaba desgastada, igual que los vaqueros, y que decir de los zapatos.
Lo que llamaba la atención de esa extraña persona no era la forma en la que vestía, ni la casa en la que vivía, sino su mirada. No tenía unos ojos bonitos, ni mucho menos con esas ojeras que le hacían parecer más viejo de lo que era y demostraban que no había dormido en mucho tiempo, pero la forma en la que miraba era especial. Parecía como si ese hombre con una sola mirada lo dijese todo. Su mirada era como un libro abierto, sus ojos lo decían todo, era una mirada desgarradora y triste.
El hombre avanzó con pasos largos hacia el sillón y se sentó, agarró una botella de whisky que estaba en el suelo y pegó un trago, después otro, hasta que se acabó la botella. Después se levantó y fué hacia la última puerta, la abrió, entró en la cocina y la cerró para poder abrir la nevera.
- Mierda, ya no queda ninguna botella, joder- volvió a quejarse y le dió un puñetazo a la puerta, haciendo que esta se rompiese y dejando un agujero en el centro.
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Todo lo que un día te prometí.
Teen FictionIvy es una chica pobre que vive con su padre desde que su madre murió. Él nunca ha sabido cuidar muy bien de su hija, y esta al no tener a nadie ha tenido que buscarse la vida desde muy pequeña para poder sobrevivir. Cuando su padre se suicida ella...