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Si escogería mi mejor momento, seguro sería cuando llegaste de sorpresa a Bariloche y me abrazaste bajo la nieve.

Si negaría la existencia de un momento, seguro sería cuando creíste que te engañe con una maniática, la cual me desagrada.

Si tomase el control de un momento, seguro sería cuando mi ex mejor amigo me encerró en su sótano sólo para estar contigo en la noche de halloween.

Si brindaría por un momento, seguro sería cuando nos casamos. Si, definitivamente. Porque desde ese momentos iniciamos cosas nuevas y lo mejor fue la convivencia.

Si pudiera festejar de nuevo un momento, sería el momento cuando tus padres me aceptaron. En especial tu papá.

Si pudiera revivir un momento, escogería en el que te conocí. No, mejor cuando nuestras miradas se encontraron porque ya te conocía antes que tú a mí.

Si podría borrar… un momento; sería cuando te fui infiel. Lloré como un niño cuando te fuiste… y lloré como un estúpido desgraciado cuando me perdonaste. Desde ese momento prometí nunca engañarte… ni con mi conciencia ni con mi cuerpo.

Si repetiría una y otra vez un momento, elegí el nacimiento de nuestra pequeña Mía, nuestra primera hija.

Si lograría evadir un momento, de seguro y no lo dudo, sería el momento en el que te hice subir a ese estúpido y maligno taxi.

Si tendría la oportunidad de intercambiar dos momentos, escogería el nacimiento de Mía sobre el momento del accidente y el del accidente en el nacimiento de Mía.

Si voy a arriesgar un momento sería este.

Línea de TiempoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora