Posesión

Prólogo

¿Por qué ?, ¿Por qué yo ?, ¿Por qué él?

Mi nombre es Park Jimin y me convertí en alguien que no reconozco, un pervertido y un maldito idiota.

Ahora se preguntan porque digo esto, sencillo, todo comienza cuando lo conocí a él, Min Yoongi.

Las relaciones comunes ya no eran lo mío, yo realmente necesitaba una relación que me encienda, me excite y me haga desear más y más hasta no poder aguantar más y explotar, necesito una relación tóxica, que me mate por dentro y que me haga pedazos por fuera, quiero a alguien que me haga suplicar, que me haga gritar de dolor y placer, alguien que no se compadezca de mi y me joda sin piedad alguna, que me mienta diciéndome que me ama solo para callar mis sollozos, que me castigue por no ser lo suficiente, que me cele porque le pertenezco solo a él y él a mi, porque no somos novios si no amantes de lo perdido, donde ambos sabemos que estamos jodidamente enfermos y solo nos hacemos daño, mucho, mucho daño, pero a pesar de saber las consecuencias nos arriesgamos, porque al fin y al cabo, no podemos vivir separados y que preferimos acabar con la vida del otro antes de nunca más ser parte de ella.

Nada grandioso fue conseguido sin peligro, y es ese peligro el que anhelo, quiero ser parte de su vida, ser tan dependiente a él que aunque quisiera huir sabría que estaría encadenado a él para siempre, no podría soportar alejarme de él, esta bien si pierdo al resto pero él se tiene que quedar aquí, conmigo. Llegar a un punto en que quererlo tanto estaría doliendo y joder, el dolor físico nunca se compararia con este, nunca, y entonces, solo me enamoraría más de él, hasta el punto de entregarle mi corazón y mi vida en bandeja para que hiciera con ellos lo que quisiera, y ahí en ese momento me daría cuenta que estaba enamorado, y me arrepentiría el resto de mi vida, porque estar enamorado es una total mierda y más si no es un amor sano, pero no, yo no podría parar esto ni él tampoco, seguiríamos haciéndonos daños hasta destruirnos, las personas nos advirtirian que estamos mal, que un día nos mataremos, pero nosotros haríamos oídos sordos porque estaríamos creando un nuevo mundo, nuestro mundo, donde el dolor es placer y donde nadie puede juzgarnos.

Y entonces, solo seriamos nosotros, donde me quitaría mi sangre y mis lágrimas para alimentarse y no solo me haría más adicto a la prisión dentro de él sino que me llevaría al límite del daño. Y cuando la muerte este cerca, llegaría el diablo a darnos alas, porque en el infierno también gobernariamos juntos, él y yo.

Y fue entonces cuando lo conocí y me di cuenta que la sumisión por él, había liberado una parte de mi que ni siquiera sabia que existía.