Hoy llovió. Las lágrimas se camuflaban fácilmente y ya no tenía problema de llorar en la calle. Caminé hasta mi casa luego de no haber sido elegida para el puesto de trabajo por una simple pregunta.
"¿Quién es la persona que más admiras? Si no tienes a nadie en el plano laboral y tu eres tu mayor admiración me gustaría escuchar qué es lo más destacable en ti"
Fui sincera, no había ninguna diferencia con las demás postulantes. Fue mi primera entrevista y la había arruinado.
—Bien, te contactaremos si es que quedas, gracias por tu tiempo—dijo el chico antes de salir, tenía una mueca en todo su rostro que demostraba la desagradable respuesta que había dado.
Algunas personas son malas escondiendo sus expresiones frente a los demás, diría que un gran porcentaje de la sociedad tiene ese problema.
Llegué a casa con toda la ropa mojada, mamá me preguntó por mi falta de interés sobre mi salud y me obliga a meter un paraguas en mi bolso—No te quiero ver nuevamente así, sé más consciente hija, entiende que no tenemos el dinero para andar gastando en hospitales o clínicas.
—Lo siento, mamá.
—Ve a bañarte, te voy a preparar una sopa caliente.
—Bueno—subo las escaleras pesadamente y me dirijo a la ducha. El dia había sido tan agotador como para ser una sola entrevista, tal vez me sentía desgastada mentalmente y eso se veía reflejado en todo mi rostro—Que mala cara.
Dejo de observarme para asearme de una vez por todas y no demorar mucho ya que el estómago me rugía desde hace cinco horas. Mamá tenía razón en todo, era mejor ir desayunando que no, y las entrevistas no son cosa de una hora.
Me doy el lujo de poner el agua caliente para que caiga sobre mis hombros y hacerme tomar las riendas de la realidad, llevo todo el día caminando como si flotara...otra vez no, por favor.
Respiro pesadamente y me pongo en cuclillas dispuesta a que la ansiedad me coma por completo y que el agua caliente me lastime por dejar que el dolor me consuma, por ser tan débil.
¿Qué vas a hacer de tu vida si no quieres estudiar?
¿Qué vas a hacer si nunca consigues un trabajo?
¿Qué vas a hacer toda tu vida viviendo de tu madre?
¿Por qué eres TAN DÉBIL?
Esto es algo que nunca le contaré a nadie. Cuando mi mamá toca la puerta me levanto alarmada y cierro el grifo para cubrirme con una toalla—Perdona que te moleste, pero la luz no ha dejado de parpadear ¿Haz usado el agua caliente? Ya te he dicho yo que no consumas mucho, sólo cuando es necesario.
Muerdo mi labio inferior para evitar derramar lágrimas en frente de ella—¿Estás bien?—asiento sonriendo.
Por favor, vete, déjame ahogarme en mi dolor. Necesito salir sola de esto. Necesito aprender a controlarlo.
—Entonces ya terminaste de bañarte...te espero abajo para que me cuentes que tal tu día—aprieta mi hombro suavemente y cierra la puerta. Automáticamente exhalo el aire que estuve reteniendo.
Intento con el ejercicio de respiración que vi en internet mientras me miro en el espejo. Yo puedo, yo puedo.
Cuando esa presión se aleja lentamente puedo volver a sentir la tranquilidad y abrir más mis pensamientos para no englobarme en esa vocesita.
Sé cómo calmar la ansiedad, sé por qué se ha dado esto, conozco mucho de la enfermedad, pero hasta ahora, no puedo hacer que se largue.
Practico mis respuestas mientras me peino y luego me hago una trenza al costado—Yo puedo—me recuerdo y bajo con pijama al comedor, donde ella está esperándome con la sopa que me prometió y una taza con chocolate caliente.
—Olvidé mencionarte que hice eso para la tarde.
—Gracias—bebo primero dejando que el dulce me levante el ánimo y pueda acabar el día con un mejor ambiente—La entrevista no fue tan bien, se veía en el rostro del chico.
—¿Qué te preguntaron?—moja su tostada en el chocolate caliente y se lo lleva a la boca sin dejar de mirarme.
A veces me pregunto por qué no disfrutamos la comida como se debe, siempre haciendo otra cosa antes que saborear bien cada alimento.
—Cuál era el curso que más me gustaba en el colegio, la persona que más admiro, mis defectos, mi experiencia laboral, mis habilidades, todo eso y por qué...ah y el porqué deberían contratarme.
—Ahora quiero escuchar tus respuestas.
No respondo inmediatamente, ¿Debía decirle la verdad o inventar algo?
—Ya sabes...comunicación, nadie,muchos,el taller de mi tía, responsabilidad y puntualidad, no hay ninguna excusa, si no lo hacen, lo entenderé—tal cual el entrevistador, me observó muy decepcionada.
—Vamos por partes, ¿Qué es eso de que nadie es tu inspiración? ¿Qué pasa con Zoe? Y dime eso de muchos defectos, hija, hay ciertas cosas que no se dicen tan abiertamente en una entrevista, tenemos que endulzar la verdad, decir lo que quieren escuchar, engañarlos suavemente.
—Me estás diciendo que mienta, genial.
—Nada de genial Hera, debes valorarte para que los demás te valoren, mentir un poco te permitirá superar tus límites para convertirte en la persona que quieres ser.
—¡No mamá! Estoy cansada de mentir para buscar la aceptación de los demás, detesto cuando me comparas con Zoe y odio ocultarte la depresión y ansiedad que me consumen dia a día sólo para que no me mandes a un loquero porque te conozco—dejo el chocolate caliente con el dolor de mi corazón para irme a mi cuarto.
—¡Espera! Yo me voy, tu termina de comer—coge su abrigo y sale de casa sin decir nada más.
Me odio una vez más.
Y sigue lloviendo.
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Cry.
SpiritualUhum, sí, he tenido malas épocas, como todos. Pero de eso aprendemos, así es como mejoramos, en esos momentos te das cuenta de todo, quienes están contigo y quienes no, si se fueron, no importa. Tu sigue, si te sientes mal, mejóralo, no te quedes es...