Capítulo 1.

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Como si fuera la primera vez.

Capítulo 1.

Francia.

Todo comenzó una mañana, cuando Lara Del Valle salió de guardia. El trabajar en la Interpol era pesado, pero el turno de la noche era el infierno, pues era conocido por todos que los criminales aprovechan la noche para cometer fechorías. Además, otra de las desventajas del turno de la noche era que Lara tenía que dejar a su hija, Lizzie, en casa de alguno de sus hermanos, situación que a Lara no le agradaba debido al hecho de que no tenía mucho que el padre de la niña se había largado a África, abandonándola a ella y a Lara misma, y ésta sabía que a su hija la descontrolaba mucho no dormir con ella por la noche, como si temiese que también su madre la abandonase. Afortunadamente, a últimas fechas Lizzie había cambiado su forma de pensar en ese sentido y soportaba más la separación, quizás debido a la presencia de otro hombre en su vida, o mejor dicho, otros hombres.

Y de ahí saltaba Lara al lado bueno de tener guardia un viernes por la noche: Bryan Cruyffort. Desde que Lara encontrara al hijito perdido de Bryan, Vladimir, y cuidara de él y él se encariñara de ella, Bryan y Lara salían con las familias de ambos, según porque Vladimir creía que su verdadera madre era Lara, aunque no lo fuera, pero ese pretexto era suficiente para que los dos adultos continuaran frecuentándose, siempre acompañados de los dos hijos de él y de la hija de ella para negar que estuviesen teniendo citas. Nadie se tragaba el cuento, por supuesto, pero eso a Lara le venía valiendo un pepino. Desde aquella mañana en la que Lara había llevado a Vladimir con su padre (dándose cuenta Lara en el proceso de que Bryan era tremendamente atractivo) y éste la había invitado a desayunar, la vida les había cambiado a todos. Cada que ella tenía guardia nocturna (que afortunadamente eso solo sucedía los viernes), Bryan pasaba por ella y la llevaba a su casa, o al parque o de compras o a donde fuera, si Vladimir insistía mucho en pasar la mañana del sábado con su "mamá". Llevaban ya un tiempo haciendo esto, tanto que hasta incluso Edward, el hijo mayor de Bryan, aceptaba pasar su tiempo con Lizzie, con quien solía llevar una relación de perro y gato.

- Ya casi es hora.- dijo Jean Lacoste, el jefe de Lara, sacando a ésta de sus pensamientos.- ¿Quieres que te lleve a casa?

- No, gracias.- negó Lara, sonriendo sin darse cuenta.- Bryan va a venir por mí.

- Uy, qué raro.- dijo Jean, con sarcasmo, aunque sonreía también.- Hasta se te iluminó la cara. Ya se le hizo costumbre venir por ti, ¿no?

- Él se ofrece, y me agrada que lo haga, no me gusta manejar desvelada desde aquella vez que casi choco por cabecear al volante.- dijo Lara, fingiendo demencia.- Bryan viene porque le queda de camino de hacer las compras.

- Sí, claro, ahora resulta que es por eso.- Jean se rió con ganas.- Por favor, Lara, no soy idiota. Es obvio que Cruyffort está interesado en ti como más que la mamá de Lizzie, o la "nueva mamá" de su hijito. Le gustas.

- No digas idioteces.- musitó Lara, tratando de que no se le notara el rubor que le había causado ese comentario.- Bryan no me ve de esa forma.

- Lara, no sé si te haces o eres.- replicó Jean.- Ningún hombre de su edad ve a una mujer hermosa como tú sin querer algo más que solo "salir con sus hijos".

- ¿A qué te refieres con ese comentario?.- cuestionó Lara, ya francamente ruborizada.

- A que eres una mujer hermosa, y aun joven, soltera y sin compromiso a la vista, y él es un hombre también joven, más joven que tú por cierto y eso no tiene nada de malo, que veo que te resulta atractivo, que es viudo, además, y que tiene quien sabe cuánto tiempo solo y sin ver a una mujer como eso, como una mujer.- suspiró Jean.- Y tú te le atraviesas en el camino, el resultado es lógico, obvio, y hasta esperado. Van a terminar en la cama, teniendo sexo.

Como si fuera la primera vez [Captain Tsubasa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora