S.O.N

la tarde de ese día.

El cielo color púrpura  que se exparcia en el antiguo azul, aquel purpura como el de tu alfombra de terciopelo en el que un dia ella sus lagrimas derramó así como su amor.
Ahora el amo y el odio se encontraban en su vientre creando un "nuevo ser" solían  decirle ellos a aquello pero ella y su alma estaban seguros de que no era humano no como ellos.
Miro el cielo y calló una lagrima una simple y amarga lagrima sin razón, talvez el ser que tenia atascado en ella le estaba diciendo algo o quizas sea su misma alma la que se lo estaba gritando.
No lo sabia, pero talvez en un par de meses si.
Quien diría que luego de esa tarde en la calle a su casa solo iría a vomitar cual borracho de medianoche, ¿qué pasa? Ella lo sabía. Cuando aquella oscuridad la consumió y marco su cuerpo algo que ella nunca habia pedido  pero, tampoco se negó ahora seria madre, de eso, del ser, de la ira y el odio.
"Creeme hijo mio cuando te digo que el dolor recorrerá tus venas cual glóbulos rojos, así de normal sera"
Paso un mes, dos, tres  solo veía  su vientre crecer conforme al tiempo  que pasaba sin importar que, el vomito, las piernas frágiles cual cristal fino y su cabello desordenado domado en un moño mal hecho y su desayuno de tostadas frias y huevos revueltos.
Siete, ocho, nueve meses la lluvia iba apareciendo el mojado junio se aparecía y ella dormia con el sonido de las gotas de lluvia muriendo tras chocar contra el techo de su muy pequeño  departamento 20 dolares al mes ¿de que me quejo?  Cuando se paraba en el piso podia sentir la madera fria y sus dedos acostumbradose a este mismo sus ojos con ese color entre negro y morado oscuro  dando a conocer lo poco que dormia. Esa noche noche trágica en sus piernas escurría aquel líquido que se suponía que en su vientre permanecía, se asusto...
911 el único numero que hasta ahora ella sabia que si le ayudaría sus piernas frágiles no le ayudaron en nada ahora, cayó al suelo. Podia escuchar las sirenas a la lejanía.
Ella cerro los ojos...
6:60 a.m.
Abrió los ojos escucho el leve ruido de un llanto dulce, pero no angelical, el olor a lavanda de la cabeza del infante, la drogo de amor e hizo arder su sangre, sonrio y lloro
Ella lloro...
Ella lloro...