I just wanna kiss

Capítulo 2: Un beso.

—¿Entonces qué esperas? —comentó retándome con la mirada.

—El momento adecuado en que pueda acercarme. —la observé desafiante directo a los ojos. 

—Eso me suena a que eres un gallina. —se mofó y todas nuestras “amistades” rieron de su chiste. Yo fruncí mi entrecejo— ¿O no es así? —rió.

—¡No lo es! —respondí molesto— Dame tu mano. 

—¡¿Qué?! —preguntó confundida, pero no obedeció, así que tomé su mano mientras no perdía contacto visual. 

Lo más gracioso es que ella temblaba sin razón. Creo que la presumida y altanera chica aún siente algo por mí.

—Sólo quiero tomar esto. —dije de la manera más seductora posible mientras seguía mirándola a los ojos. Deslicé delicadamente un anillo que descansaba en su dedo anular para tomar posesión de éste— Lo necesito. —terminé y mostré el objeto circular— ¡Gracias! 

—¡Tch! Aún no se te quitan las mañas. —murmuró molesta.

—Nunca. —respondí con una sonrisa cínica— Bueno, me voy. Disfruten del espectáculo. —comencé a caminar entre le gente mostrando una falsa seguridad. 

¡¿Keun, dónde estás cuando más te necesito idiota?!

Cada vez veía más cerca la barra y por una razón que no conocía me sentía nervioso. Su sonrisa es tan brillante y sincera, luce tan hermosa, tan linda, tan alegre. 

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La fiesta transcurría sin algún percance. Gente se acercaba a pedir algunos tragos y yo los entregaba con una sonrisa en los labios. La música era increíble y yo la disfrutaba al máximo. 

Lo único malo es que la tornamesa era de utilería así que no funcionaba, pero animaba con el ambiente de la fiesta y sobre todo el que se encontraba en la piscina. ¡¿Qué no daría en ese momento para darme un buen “chapuzón”?! Pero estaba en horario laboral. 

El gerente me indicó con la mirada quien era la chica que nos había contratado así que cuando se acercaban alguno de sus amigos, sin duda mostraba una sonrisa más amplia de lo común para que no tuvieran una mala impresión de mí. 

Chicas guapas y chicos tan sensuales, pero nada era comparado con el que se acercaba peligrosamente a la barra donde yo atendía. Evitar mirarlo fue un trabajo titánico pero se sentó frente a mí y yo tuve que atenderlo. Lo peor es que ya lo había identificado como amigo de la señorita Sun Hee porque lo vi con ella.

—¿Qué te ofrezco? —dije con una sonrisa en el rostro mientras iba de un lado a otro.

—Una cerveza, linda. —el mostró una sonrisa tan… Negué levemente y tomé un vaso para vaciar el contenido de una lata.

—Aquí no tenemos cervezas lindas, sólo esta. —bromeé ligeramente mientras hacía mi trabajo.

—¡Vaya! Aparte de hermosa tienes un buen sentido del humor. —afirmó mientras me miraba. Yo solo atiné a sonreír leve ya que el sonrojo en mis mejillas no me dejaba pensar claramente.

—Aquí está su pedido. —dije mientras acercaba un vaso lleno— disfrútelo. 

—¡Claro que lo haré! Y más si tú lo sirves. —sonreí algo forzada porque con ese comentario comencé a sentirme algo incómoda— Por ahora no traigo dinero para darte una propina, pero lo que te ofrezco es esto. —sacó una anillo de su bolsillo, muy parecido a uno de pareja, me lo mostró y lo dejó hundir en el fondo del trago— ¡Salud! —