Judith

7 0 0
                                    


Las montañas parecían derretirse en el cielo. Los trazos blancos de las cimas desaparecían entre las nubes casi palpables en la distancia. Frente a él, Judith sonreía. Sentada en una roca y rodeada de flores amarillas y rojas mientras el viento helado acariciaba su cabello de infinitos colores. Su sonrisa era tan resplandeciente y pequeña como la Luna de la noche anterior. Izabrian se apartó de la carpa, llevando en sus manos dos tazas de café caliente y una bolsa de plástico colgando de su brazo. Se dirigió hacia ella con una sonrisa idiota, como si ella no fuese una intrusa en el paisaje, sino parte de esa belleza natural sin sentido. Se sentó junto a ella sobre la piedra y le dio su café. Judith se quitó los guantes y sujetó la taza entre sus manos para poder calentarlas mientras no dejaba de sonreír. Izabrian dejó su taza en el suelo rocoso que mostraba una hierba endurecida por el frío. La sujetó por el hombro y cerró los ojos mientras ella reía. En ese momento Izabrian se dio cuenta de que no quería que nada cambiara. Incluso le hizo una plegaría inútil al Tiempo para que éste se detuviera y se congelara en esos segundos para siempre. Abrió los ojos y contempló el paisaje montañoso mientras la abrazaba. Ella olía a vainilla. Ella dijo algo, pero el fuerte viento helado de esa mañana no dejó que Izabrian entendiera qué cosa dijo ella. Siempre pensó que era un "te amo".

Detrás de ellos la carpa comenzó a agitarse violentamente. Dos personas vestidas con armaduras de policarbono oscuras y máscaras de gas rompieron el cierre de la puerta de la carpa con sus manos e irrumpieron desde su interior. Sin decir palabra alguna marcharon hacia ellos. Sus botas militares aplastaban las flores a cada paso. El enorme sujeto que iba adelante llevaba en la mano una SIG Sauer de 9 mm. La figura más pequeña que venía detrás cargaba un lanzallamas.

Ambos dejaron caer el café al dar la vuelta para ver qué era ese estruendo. Judith apenas alcanzó a decir "¿Por qué?". El soldado más alto tomó a Izabrian por el hombro y con una sola mano lo apartó de Judith mientras que pataleaba y gritaba como un animal colérico. Judith saltó de la roca y sujetó a Izabrian por el brazo. Sus llantos se hicieron más fuertes que el viento de esa mañana. El otro soldado pequeño golpeó a Judith en la frente para poder separarla de Izabrian quien daba golpes ciegos al aire y al casco del soldado que lo sujetaba. Su opresor, harto de tanto alboroto, dio un gruñido como un jabalí y lanzó a Izabrian hacia la carpa, destruyendo la fogata.

- No tienes que ver esta parte Izabrian... pero supongo que nunca escuchas. – dijo con paciencia el soldado mientras apuntaba su pistola a la cabeza de Judith, sujetada contra las rocas por el otro soldado pequeño. –

- ¡¿Qué mierda quieren?! ¡¿Quiénes son?! – gritó entre lágrimas mientras corría hacia ellos.

- Izabrian...te... – murmuró Judith.

Pero el sonido de la bala tomó el lugar de la siguiente palabra de Judith. El viento dejó de soplar.

- Nop. Nada de despedidas. Así no funciona. – mencionó de forma mecánica el soldado mientras enfundaba su pistola aun humeante.

- A ver ahora me toca a mí – dijo una voz femenina y delicada que provenía de la otra figura armada con el lanzallamas. – Deja el cuerpo aquí. Ayúdame a sacar todos sus cachivaches de la carpa. Tíralos sobre ella. –

- ¿Qué hay de él? – preguntó el soldado gigante apuntando a Izabrian con un pulgar.

- Está en shock. No se va a mover. Apura. Tenemos 15 minutos antes de la siguiente ventana. – respondió la pequeña soldado, ajustando unas perillas en su lanzallamas.

Donde hace unos minutos estaban sentados Izabrian y Judith, ahora solo había un cerro de ropa, comida, una bolsa de dormir, mochilas, frazadas y otras pertenencias. Debajo de ese montón de objetos, se podía ver la mano de Judith, ahora azul. El soldado gigante no dejaba que Izabrian se levantara para sujetarla por última vez.

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Feb 24, 2019 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

JudithWhere stories live. Discover now