Buscando el Amor

*Todos los derechos reservados de esta historia. No puede ser publicada, reproducida o transmitida de ninguna forma sin mi permiso, por favor, respetemos los derechos de autor. NO AL PLAGIO*

--------------------------------------------------------------------

Ya era tarde, sus padres debían estar preocupados por ella. Annabeth apartó el libro que estaba leyendo y lo dejó descansar en su regazo. El metro no estaba tan lleno, la mayoría eran trabajadores volviendo a sus hogares. Ella inspeccionó el andén y se fijó en las personas de allí, algunas estaban tan metidas en lleno en sus teléfonos que a Annabeth le dio mucha tristeza. Sintió lastima por esas personas que perdían tiempo de su vida en la tecnología, que perdían el interés en cosas tan mundanas como leer. Sintió pena porque ya las personas no valoraban los libros, ella amaba leer, amaba esa sensación de ser parte de una historia.

Ya se disculparía con sus padres por llegar tarde, realmente no fue su culpa, su profesor de Historia del Arte habían retenido a toda la clase por unos minutos que se convirtieron en dos horas, esa era la razón por la cual Annabeth se encontraba en el metro de Valencia a las nueve de la noche.

¡Anna! – ella apartó la vista de la ventana y se volvió hacia la persona que la llamó. Resultó ser su tía Sofía. Annabeth sonriendo se paró de su asiento dejando allí su bolso y abrazó a su tía. Sofía llevaba el uniforme de enfermera y su cabello lo tenía recogido en una cola alta.

¿Cómo han estado ustedes? ¿Cómo ha estado tu hermano? – preguntó su tía.

Muy bien tía, gracias. Él está estudiando, ya se graduará pronto – Annabeth sonrió pensando en su hermano mayor y en que llevaba tres días sin hablar con él.

Me alegro tanto de oírlo querida – en ese momento el tren llego a la estación donde Annabeth se bajaría, su tía se iba a bajar allí también así que sin prestar demasiada atención por estar conversando con su tía, Annabeth tomó su bolso y salió hablando con Sofía. Ni siquiera notó un par de ojos vedes que la observaban mientras esta estaba sentada.

“Que lastima” pensó el chico.

……………………………

Christian observó a la chica casi desde el momento en que atravesó el vagón, él no quería pensar que era un acosador, pero le fue imposible apartar sus ojos de ella mientras la chica leía. No alcanzó a ver el título del libro, pero supuso que era bueno ya que ella no paraba de sonreír o fruncir el ceño en ciertas partes. Christian desfrutó de escuchar a Montaner en su Ipad, pero con ella frente de él olvidó por completo prestar atención a las canciones. Cuando él vio que ella se fue con la mujer, no se alegró mucho, quería seguir observándola leer, algo en ella le dio paz y tranquilidad. Una persona que sea capaz de olvidar su entorno y concentrarse tanto en una lectura era admirable, él lo hacía cada vez que tomaba lápiz y papel.  Por eso al verla irse lo desanimó.

“Eso si suena acosador” se reprendió a sí mismo.

Cambió la pista de reproducción, Las Notas de Caramelos de Cianuro sonó en sus audífonos y  cuando miró hacia el sitio que antes ocupaba la chica, vio allí su libro “Lo olvidó”

Christian sin pensarlo dos veces dejó su lugar y tomó el sitio al lado del libro. Si lo dejara allí cualquiera lo podría tomar y si fuera alguien que no apreciara los libros lo dañaría todo. Así que lo tomó, antes miró a su alrededor pero todos allí ignoraban lo que él hacía, guardó el libro en su bolso. Ya tendría tiempo de verlo en su casa.

En la comodidad de su habitación dejó su Ipad sobre su escritorio y luego sacó el libro de su bolso, era una vieja edición de Orgullo y Prejuicio. Él se acordaba de haberlo leído cuando estudiaba en la escuela. Lo revisó para ver si ella habría escrito su identificación en el pero no encontró nada. Frustrado por no saber el nombre de ella, se la imagino desesperada buscando su libro por todas partes. Su belleza natural lo había sorprendido, su piel morena, su cabello largo y castaño oscuro. Como amaba el cabello largo en una chica. No pudo ver de qué color era sus ojos pero él no perdería la esperanza de toparse con ella, así que de ahora en adelante llevaría ese libro a todas partes.