Tocar el cielo

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Día del viaje.

Camila:

Cuando llego al aeropuerto me parece algo extraño que el único que me esta esperando sea Juancho, yo le sonrió, pero el me mira con cara de querer enterrarme vida y entonces como por arte de magia entiendo lo que pasa.

— Perdón. — Es lo único que logro decir cuando Juancho me mira en busca de una explicación. — Es solo que... Yo

— OK. Esta bien.

Suspira resignado

— Que no vuelva a pasar.

Sonrió y salto a sus brazos.

— Lo juro. ¿Y las chicas donde están?

— Abordando el avión así que a correr señorita.

Nunca antes había tenido que esforzar tanto mis piernas, pero lo bueno es que logramos llegar a tiempo y abordar sin ningún problema.

Cuando llegamos a nuestros asientos las chicas sonríen.

— Por un momento llegue a creer que seríamos cuartino. —El comentario de Natalia nos hace reír, es realmente absurdo, porque jamás dejaremos de ser cinco, siempre seremos ventino.

Dejando de lado el cansancio y las risas, yo no puedo evitar fijar mis ojos en la morena hermosa que esta sentada junto a Natalia, pero cuando Juliana me mira un fuerte sonrojo se apodera de ella y mira hacia otro lado, lo cual me parece tierno pues aun esta muy avergonzada por lo que paso hace unas cuantas noches en mi casa.

— Creo que seremos compañeros de vuelo.

En cuanto escucho a Juancho decir aquello me apresuró a hablar.

— ¡Natalia! ¿Te molestaría si cambiamos de puesto?

— ¡Oye! — Dice Juancho en el acto.

— No es nada encontra tuya... Sabes que te adoro Juanchis, pero necesito. Tengo que arreglar algo, y para eso necesito que Juli me ayude, es algo sumamente importante.

Natalia me mira con cierta complicada.

— Como creo saber que es, no tengo problema alguno, además amo viajar junto a Juancho.

Noto como Juliana sujeta a Natalia mientras masculla alguna súplica, pero Natalia se marcha y me deja la vía libre para arreglar cierto tema con Juliana.

— Hola "Novia"... No me piensas saludar — Noto como Juliana se tensa y comienza a negar. No puedo evitar que me duele un poco su relación. — Tranquila, sabes que es broma, y ni que sienta algo por ti, ni que nos hallamos besado significa algún tipo de compromiso...

— No... Cami, no lo tomes a mal. Por que tu y todo lo que hemos pasado estas últimas semanas significa demasiado para mi. Es solo que no soy capaz de mirarte a la cara después de lo que pasó y creo que nunca podré volver a ir a tu casa. — Juliana mantiene su vista fija en la hermosa vista del cielo, y escuchar .

Día después de la fiesta.

Escucho unas voces a lo lejos, pero me niego a despertarme, solo necesito cinco minutos más para tener mis ojos cerrados y alejar el fuerte dolor de cabeza que empieza a tomar protagonismo hasta que...

— Ya la encontré, no llames a sus amigas que aquí esta.

Abro los ojos y miro las sonrisas pícara de mis padres, no le presto demasiada atención al asunto y simplemente los saludo

— Buenos días. — Casi susurro en medio de mi adormecimiento, pero al sentir la presencia de otro cuerpo en aquella cama y recordar con quien estoy me termino por despertar. — ¡Oh por Dios! — Miro como el cuerpo de Juliana está envuelto entre las sábanas dejando mucho que pensar, creer y especular para la gran imaginación de mis padres, y en especial para mi madre que no es ajena a mis sentimientos por aquella morena. — Nada de lo que se estén imaginando es verdad, lo juro.

La decisión más difícil. (Ventino)EN EDICIÓN.Where stories live. Discover now