Capitulo 7

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"Hay algo en mi" - Miriam Rodriguez

Por primera vez en las últimas horas, Alfred había sido capaz de cerrar los ojos y respirar con tranquilidad, aunque el hospital estaba cerca de su casa, Agoney conducía especialmente despacio y el de gafas le estaba increíblemente agradecido por ello, necesitaba tiempo, no recordaba haber estado tan asustado jamás en los últimos ocho años, había aprendido a controlar su miedo, sus ansias o cualquier sentimiento que pudiese herirlo de alguna manera, pero con sus hermanos era diferente, el solo pensamiento de que a alguno de ellos le pudiese pasar algo le aterraba.

-¿Vas a decírselo a tu madre? - la voz de Agoney era calmada, serena. Como siempre que Alfred lo necesitaba, su amigo parecía saber exactamente qué hacer.

Este dudó por un momento antes de responder.

-Sí, de todas maneras los demás se habrán asustado y Anna se lo contará en cuanto la vea - rodó los ojos, pensando en todas las veces que su hermana le había echado de cabeza con su madre, cuando era más pequeña, por escaparse de casa.

-Me pregunto a quien se parecerá - el deje irónico de aquella frase no dejaba lugar a dudas de que se refería a él, mucha gente solía decirlo.

-No, Anna es todo lo contrario a mí, ella es cariñosa y adorable, todo el mundo la quiere y de verdad que me encanta, solo no entiendo por qué siempre tiene que contarlo todo.

-Porque se preocupa, y te recuerdo que hubo un tiempo en el que tú mismo eras adorable y cariñoso, de hecho aún lo eres, no conozco a una sola persona que tenga mejor corazón que tú, Alfred - Agoney le puso una mano en el hombro a su amigo antes de estacionar el coche y este lo agradeció.

El pequeño Bruno se había quedado dormido en algún momento del trayecto y ahora Alfred tenía que cargarlo. La calle estaba especialmente vacía, no se había fijado en qué hora sería, pero seguro que eran más de las tres de la madrugada y para su sorpresa se veía una luz en la última ventana del edificio. En su apartamento.

Anna aún seguía despierta viendo High School Musical, de vez en cuando miraba hacia Miriam y se reía, la mayor se había quedado dormida con la cabeza totalmente echada hacia atrás y los ojos extrañamente entreabiertos, de hecho su boca estaba entreabierta también y se le escuchaba respirar de esa manera tan peculiar como lo hace alguien que está dormido y teniendo un plácido sueño, estaban seguros de que el mismísimo Zac Efron podría entrar en aquel salón cantando su mejor canción y ella no movería ni una pestaña.

Por otro lado se divertía viendo la película casi tanto como viendo a Raoul decir cada frase del dialogo sin apenas producir un sonido, estaba tan absorto en la película que Anna se preguntó cuántas veces la habría visto. Alexander estaba con la cabeza apoyada sobre la pierna del rubio, había acabado allí en alguna de las cientos de veces en las que se había cambiado de posición a lo largo de la película, despertándose de vez en cuando.

Los créditos habían empezado a aparecer en la pantalla y la niña soltó un bostezo, le resultaba raro estar despierta a aquellas horas, pero al menos no había estado dándole vueltas a cómo debía estar Bruno.

-Entonces – empezó a decir Alex que en algún momento en los últimos minutos se había vuelto a despertar.-, esta película ¿es mayor que yo?

Raoul le miró con incomprensión.

-Creo que quiere decir que si tiene más años que él- aclaró Anna sonriendo.

-Oh, pues sí, tiene muuuchos años - Raoul levantó los brazos y los abrió -, tiene todos estos años - con los brazos abarcaba todo el espacio que podía. Alex abrió la boca sorprendido.

fernweh | ragoneyWhere stories live. Discover now