Seungmin siempre iba al café a esperar a Hyunjin. Estudiando hasta que caía dormido en uno de los sillones.Sin necesidad de ninguna manta por la calidez que le transmitía el lugar.
Despertándose solo cuando sentía caricias en su cabeza junto con suaves besos en su mejilla.
Hyunjin le sonreiría de la manera en la que sus ojos se volverían pequeñas lunas y le entregaría un chocolate caliente.
Y así serían todas sus tardes.