Capítulo 3

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7 meses atras

Andrea

En estos instantes estaba un poco insegura de lo que iba hacer, pero tenía que arriesgarme, era la única manera de saber si podíamos salir de aquí. No quiero que Ana vea mi temor porque se sentiría peor. La conozco y sé que puede cometer cualquier error si no confía en si misma.

Ana

Trataba de dormir un poco hasta que Andrea me diera la señal para salir de la habitación, sin embargo los nervios me mataban.

Empecé a recordar los momentos que pase en este lugar y como me fui convirtiendo en la chica que soy ahora.

Recuerdos como cuando conocí a Andrea, ese momento donde no tenía ningún amigo, o cuando jugaba con los niños con los juguetes escondidos del sótano, mientras rogabamos que ninguna de las supervisoras nos encuentre. De niña no veía el sufrimiento tanto como lo veo ahora, no sabía porque los niños más grandes lloraban y se encerraban en las habitaciones, yo solo jugaba y mantenía mi inocencia intacta.

Derrepente solo despierto y oigo unos pequeños toques en la puerta, estoy más nerviosa que nunca, pero solo atino a sacar debajo de mi cama la  mochila, camino en medio de las camas de los otros niños, llegó a la puerta y la abro silenciosamente, solo veo a Andrea con una diminuta sonrisa que me reconforta y su mochila rosa, que por lo que recuerdo una señora muy amable le regaló un día cuando todavía tenía esperanzas de ser adoptada.

*****

Tina: toma es para ti, ¿te gusta ese color?

Andrea: gracias, si, me encanta, pero no puedo aceptarla señora

Tina: no te preocupes cariño, yo quiero dartela, es un obsequio

Andrea: gracias, ¿puedo?

Tina: claro que sí, puedes llevártela, diviértete

Andrea: gracias señora, que Dios la bendiga

Tina: gracias a ti, anda muestrasela a tus amigos

*****

Mis Iris: ¿que hace aquí?, No le expliqué que esta niña ya esta en un proceso de adopción

Tina: solo vine a visitarla, quería saber cómo esta

Mis Iris: No la trate como si le importase, porque le hace daño a la niña, ¿No lo entiende?

Tina: a mí me importa demasiado Andrea, usted sabe todo lo que luche por querer ser su madre

Mis Iris: pues su marido piensa lo contrario

Tina: ¿de que está hablando?, la discusión que tuve con mi esposo no es de su interés

Mis Iris: ¿Porque será no?

Tina: yo no le debo explicaciones a nadie y menos a usted, estoy cansada de su mala gracia conmigo y con todos los niños

Mis Iris: ¿mi mala gracia?. Debería cuidar sus palabras señora Luzon

Tina: lo siento por decir la verdad, pero no pienso quedarme callada, iré a la ciudad y les contaré todo el maltrato que pasan estos pobres niños

Mis Iris: señora Luzon, creo que está pasando los límites y me está faltando el respeto

Tina: te vas a morir en prisión, maldita anciana

Mis Iris: quizás, en cambio usted...

******

Tina

Camino rápidamente por el pasadizo mientras escucho pisadas detrás mío, siento como mi cabeza pierde el equilibrio y caigo al piso sin saber de donde vino el golpe.

Pienso en la familia que me hubiera gustado realizar, con dos hijos varones y yo, su madre que le contaría miles de historias durante las noches. La madre que jamás seré, porque yo así mismo lo decidí. Soy una asesina.
No merezco nada, merezco morir, Dios dame fuerza, porque ya no puedo más, no puedo seguir luchando contra mi misma, dame tu luz y hazme encontrar el camino correcto para mi vida.

¿Donde estoy?. Es la única pregunta que me hago mientras mi vista me ayuda a percibir la oscuridad que me rodea, escucho un ruido lento pero muy cerca mio, grito y grito pero ni un rastro de luz.

¿Cómo llegué aquí?. Solo recuerdo haber discutido con Mis Iris y después caminar por ese largo pasadizo que desaparecía ante mis ojos mientras solo caía en un descanso veloz, padres, niños, sangre. 

Siento como si hubieran pasado horas, sola en la oscuridad, intentando desprenderme de las sogas de mis muñecas rasgadas, gimiendo por el dolor que me causa lastimar más aún las heridas. No tengo opción, necesito aguantar y no hacer ruido si quiero salir de aquí. Siento gotas de sangre por mis manos, quiero gritar del dolor, pero incluso mi boca se sella cuando recuerdo que puedo morir si no me callo. Sigo sin obtener la libertad, las heridas están más abiertas que antes, ya voy cayendo otra vez cuando derrepente, se prende una vela en la habitación.

******

Andrea: ¿Ana estás bien?, te veo un poco pálida

Ana: estoy bien, solo que tengo miedo

Andrea: vamos a estar bien, ahora respira profundo y sígueme sin hacer ruido

Ana: está bien, solo déjame dejarle una nota a todos

Andrea: apúrate, en cualquier momento pueden venir las supervisoras

Ana: estoy nerviosa además que escribo peor si me apresuras

Andrea: solo date prisa, ¿esta bien?

Ana: ya termine, los quiero

Andrea: yo también, vamos que se hace tarde

Ana

Bajamos las escaleras lentamente, mis latidos aceleran mientras mis piernas tiemblan, creo que voy a vomitar.

Andrea se ve más tranquila, o capaz solo está fingiendo para que yo no esté peor, ella haría eso por mi, la conozco tanto. Veo el rostro de Andrea y solo refleja el sentimiento de libertad, la fuerza con la que quiere salir es brutal, quisiera ser así, segura y fiel a mi misma.

Andrea

Ana no deja de mirarme y temblar, siento verla así, pero no puedo parar, necesitamos salir de aquí.

Pasamos por el patio de comidas, observamos la media luna y las nubes que la rodean, y pensar que desde  ahora la veremos desde otra dirección, seremos libres por fin.

Mi mente me traiciona y me pongo a recordar momentos que viví aquí, que aunque la mayoría eran tristes podía rescatar los más felices. Una lágrima brota pero mi fuerza pesa más.

Llegamos al final de nuestra misión, doy un breve reojo a las ventanas del segundo piso y veo algunos de nuestros amigos despidiéndose, algunos con lágrimas en los ojos, otros con temor, pero todos con las manos agitadas hacia nosotras.

*Volveremos, nosotras los salvaremos*

Gracias por leer esta novata y pequeña historia hasta ahora, seguiré actualizando cada dos días, los quiere

La_Pagana

La Zona OcultaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora