Hoy era el día, Jeon Jungkook nunca debió hablarle así.
Jimin tenia todo listo, su plan consistía en hacerle aprender la lección; pero no lo haría rápido, lo haría lentamente y con cautela para que todo saliera perfectamente.
El sabia quien era Jungkook; hijo de el dueño de la banda de sicarios mas grande e importante del pais. Pero no pasaría nada, su familia era dueña de la empresa de armas mas grande, tenia poder y no le convenía a ninguna familia que haya muertos de por medio y menos si era el hijo de la persona que les pagaba grandes sumas de dinero por hacer su trabajo.♤
- Buenos dias, señor jeon. ¿Como se encuentra hoy?.
- ¿Trajiste mis papeles bien hoy? - Jeon estaba enojado, se había levantado con el pie izquierdo y de solo ver a jimin se enojaba el doble.
- Si señor; esta todo mas que perfecto - el pelirubio estaba haciendo su mayor esfuerzo para no mandarlo a la mierda.
- Dejalos sobre la mesa y vete.
Y así fue; el señor lo quiere, el señor lo tiene. Tenia que aguantar así por lo menos unos días, para que jungkook pensara que lo tenia en la palma de su mano y pudiera hacer lo que quiera con el; y "atacaria" cuando menos se lo espere y como menos se lo espere.
♤
Era la hora del almuerzo, todo transcurría con total normalidad y tranquilidad para la sorpresa de Jeon, quien pensaba que ese día iba a ser un infierno; pero no, se equivocaba. Jimin cumplía bien con su trabajado, traía los papeles a tiempo y en buenas condiciones, 'Gran avance' pensaba jungkook; ahora no tendría que lidiar con ningún pendejo que no cumplía con su parte del trabajo. Y así fue hasta que cierta presencia se situará en su oficina.
- Hola, busco a la señora jeon - Comento una mujer de aproximadamente unos veinte años.
- No tengo ni la mas mínima idea. Te equivocaste de lugar. - Jeon se refirió a ella con el máximo respeto posible, ya que estaban interrumpiendo su horario de descanso y almuerzo, eso alternaba demasiado al pelinegro, pero este estaba consiente de que no podía expresarse como el quería en su trabajo, ya que tenia que hacer una buena imagen para que el resto lo respetara por su buen desempeño y comportamiento; no por su horrible e insoportable temperamento, el cual mostró en su primer día de trabajo.
- No me importa, me averiguas ya donde se encuentra.
Jungkook no entendía nada. El se dirigía a ella con la mejor y con respeto, pero a esta mujer le importaba poco y nada esto.
Para ese momento el pelinegro se encontraba contando mentalmente hasta diez para no mandarla a la re mismísima mierda.- Disculpame señorita, pero yo no soy tu asistente ni mucho menos; asi que le pido amablemente que se retire y vaya a recepción donde le can a decir bien lo que necesita.
1, 2, 3, 4, 5... respira Jeon Jungkook, se decía mentalmente.
- ¿Y usted quien se cree que es para darme ordenes? Seguro sos un oficinista de quinta, que por cierto esta muy bueno, pero nadie se toma enserio a hombres asi; mucho gym y poco libro. Déjese de joder y digame, si no le cuesta mucho, donde se encuentra la señorita park.
Esto fue lo que anuló la paciencia de Jeon.
- tiene razón; no me cuesta nada, pero creo que no soy capaz de hacer algo como eso; usted lo dijo, soy un oficinista de quinta -Jungkook al terminar la oración, la cual dijo con mucha paz y tranquilidad, tomo bruscamente de las dos muñecas a la joven, para después tomarla del cuello y acorralarla contra la puerta, que anteriormente esta había cerrado- Pero si soy capaz de sacarla de este apuro de un tiro en la frente, acompañado de unas cuantas apuñaladas donde mas las desee.
La mujer, aterrorizada empezó a sudar frío y no fue capaz de decir una palabra, jungkook nuevamente hablo.
- La próxima fíjese a quien de refiere de esa manera. Esta de mas decir que no vas a hablar sobre esto o ya sabes cual va a ser tu destino y el de tus seres queridos linda, cuidate.
Dicho esto Jeon la tomo del pelo, abrió cuidadosamente la puerta, y la soltó; esta salio casi corriendo de esa oficina. El joven estaba mas que satisfecho con lo que habia hecho, tenia que practicar para cuando le tocara. Claramente se lo comentaria a su padre, este se pondría feliz; ya que en ocasiones dudo de sus habilidades como futuro sicario.
Por otro lado, estaba seguro que esa mujer había entendido el mensaje y dudaba en que esta vuelva a pisar la manzana en la que se encontraba el edificio. Ay que bien que se sentía, ¿Estará mal de la cabeza en pensar eso?, poco le importaba.Dejo de darle tanta importancia al asunto y sintió hambre; por esto agarro su billetera y salio de su oficina para ir al ultimo piso, donde de encontraban las tiendas para comprar su almuerzo.
Tomo el ascensor; no caminaria ni loco diez pisos, pero al subir a este vio una silueta corriendo hacia el, o mejor dicho al interior del ascensor. Era el niño de los papeles, ¿Jimin? Si, Jimin.
- ¡Espere!, ¡Parelo señor Jeon! -El rubio logro subir a tiempo y termino su oración- Por favor- completó, regulando su respiración- Gracias señor.
- Ya callate, estoy harto de que me hablen.
- Esta bien; lo siento.
- ¿Tanto de cuesta cerrar la boca?
Jimin hizo como si cerrase sus labios con un cierre.
'Que inmaduro' penso Jeon.- Me vas a acompañar mientras como, solo porque no tengo ganas de almorzar solo.
- Esta bien.
- Callado.
El pelinegro lo miro a los ojos y luego volvió su mirada a la puerta de el ascensor, que ya estaba abierta.
El mas pequeño estaba mas que feliz, todo iba muy bien, el que Jeon lo invitara a comer era el resultado de la falsa fidelidad y el falso respeto que le tenia; y le faltaba mucho mas, mientras disfrutaría o mejor dicho, lo disfrutaria.
Continuara 》
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SICARIO • Kookmin
ActionEllos lo heredaron. Sus familias se basaban en extorsión, dinero, y muerte. Estas eran cosas fundamentales. ♤ Unidos por un deber y por una venganza. ¿Algo realmente bueno puede salir de eso?