Capítulo 2: Shiroi Utsu

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A pesar de que había imaginado hasta el peor de los escenarios muchas veces, jamás pensé que realmente sucedería. Pero pasó, mi voz me abandonó de la peor forma.

Faltaba tan poco, estábamos a nada de dar por terminado el show y sin embargo tuvo que ocurrir, haciéndome creer que todo mi esfuerzo hasta el momento fue en vano. Me sentí abochornado, y porque me sentía avergonzado de mí mismo intencionalmente miré a mis compañeros a mis lados buscando sus miradas, las cuales en mi mente juraba me miraban con el mismo sentimiento.

Aunque obviamente no fue así, ellos no eran así:

-¿Aki?- leí de los labios de Nao que era quien se encontraba más cerca de mí y me miraba con preocupación.

Ellos no dejaron de tocar en ningún momento e inclusive de pronto escuché la voz de Tamon seguir con la canción cubriéndome. Shohei le siguió la corriente en tanto Kuruto se acercó a mí indicándome que moviese la cabeza con él.

Llevábamos toda la semana distanciados con Kuruto, sabía que él estaba molesto por mis recientes actitudes y no lo culpaba. Aún así... aún habiéndome comportado como un idiota con todos...

Me sentí tan protegido:

-Ey, ¿estás bien?- Shohei corrió detrás de mí para alcanzarme al verme huir del escenario. No quería afrontarlo, pero no me dejó más opción cuando tomó mi hombro obligándome a detenerme. Me extendió su botella de agua sin dejar de verme con la mirada llena de preguntas.

-Gracias- me limité a responder.

Mis piernas temblaban, estaba sumamente agitado, me daba vueltas la cabeza y los oídos me estaban matando.

De camino al vestuario me tope de frente con Goemon:

-Estuviste bien, no te aflijas demasiado- me sonrió amablemente pero no pude corresponderle- ¿Me acompañas un momento?-

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-¿Estás adolorido?- nos quedamos en la salida trasera del lugar.

-Mucho, quiero irme-

-Hiciste un buen trabajo... pero imagino que ambos entendemos que ya no puedes seguir así, ¿verdad?- lo miré sorprendido y confundido- No quieras ser terco-

-No haré lo que sea que estés sugiriendo que haga- planté la vista en el suelo. Mi voz sonaba decidida pero no estaba seguro de que mi semblante lo reflejara.

-Si te pones terco no llegarás a ningún lado, sabes que esto puede terminar mal. Además... ¿no te parece que ya bastante preocupados los tienes a los demás?- me mordí el labio inferior.

-No es necesario que te esfuerces, ya bastante mal me siento al respecto-

-Entonces deja de ser egoísta- lo miré con mala cara- No te estoy retando, estoy haciendo mi trabajo como Jefe porque viéndote actuar, claramente no tienes intenciones de cuidarte ni cuidarlos-

-Me voy, estoy muy agotado. Buenas noches-

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Llegué a mi casa tan solo pensando en tomar todos los calmantes que encontrara para apaciguar el dolor y así poder dormir. No quería saber más nada con nadie, con nada. Dejé el agua correr para que llenara la bañera en tanto me desvestía, y una vez llena me metí hasta cubrir mis oídos.

Él tenía razón. Lo único que estaba haciendo con mi actitud egoísta era ocasionarles problemas y preocupaciones al resto. Ya había logrado que Kuruto se molestara conmigo, no quería hacer que el resto también se enfadara... Incluso el Jefe...

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