— ¿Porque no le dices que te gusta y ya?
— Ya te lo dije, tengo miedo de lo que vaya a decir.
Suran mi única y mejor amiga, quien aspiraba a ser cantante, trataba de convencerme para confesar mis sentimientos hacia MoonBin, pero eso era algo que no lograría, no por ahora claro.
— Si no le dices lo único que va a pesar es que el va a empezar a salir con Mina y te va a dejar de lado.
— No me ayudes, ¿si? Lo único que logras hacer es atormentarme mas.
— _______, tienes que ir a ensayar la escena del beso.
— No me presiones Cha Eunwoo
Rió — Lo siento, pero enserio tenemos que ir a ensayar.
— Ya voy.
Eunwoo se fue y yo me quede con Suran, quien miraba detrás de mi, voltee a su dirección y allí estaba MoonBin junto a Mina, iban riendo y MoonBin le brillaban los ojitos, tan lindo.
— Te lo dije.
— Callate, si esta enamorado de Mina con menos razón le digo.
— Mejor vete y desquita tu tristeza en la actuación.
— De hecho, lo que quiero hacer ahora es ir a mi casa y llorar, pero no puedo.
Camine hasta la sala de actuación y comenzamos a ensayar, al final de todo cuando estaba por irme MoonBin estaba esperando a que saliera, me vio salir del pequeño cuarto donde guardábamos nuestras cosas y me sonrió, le devolví la sonrisa.
— ¿Ya terminaste? Tengo algo que decirte.
— ¿Ah si? ¿Que es?
— Vamos a la cafetería y te digo.
Tomo mi muñeca y jalo de mi caminando rápidamente hasta la cafetería, no pedimos nada simplemente llegamos y nos sentamos.
— Hace rato, estuve hablando con Mina y ¿que crees?
— ¿Que? –. Comente fingiendo mi mejor sonrisa.
— ¡La invite a salir! ¡¡Y dijo que sí!!
— Ah, que bien por ti.
— Oye, pensé que estarías feliz por mi.
— Y lo estoy, solo no me siento bien.
— ¿Porque? ¿Que pasa? ¿Que tienes?
— Estoy muy cansada sabes, sera mejor que me valla a mi casa.
Tome mis cosas y comencé a caminar fuera de la institución
Al llegar a la parada de autobuses MoonBin me alcanzó.— Oye ¿no quieres que te lleve en mi auto? Digo, que tal si te sientes peor.
— No te preocupes estaré bien –. El autobús llego —. Nos vemos mañana.
Sonreí y subí a al autobús, ocupe un asiento vacío y comencé a mirar por la ventana.
Bien, Suran tenía razón; tal vez no sea tan mala idea decirle lo que siento. Sí se lo diré, mañana mismo.