John conoció a Paul levantando la mirada después de perder el aliento.
Paul conoció a John mirando fijamente a la puerta del salón de clases, deseando estar en cualquier sitio que no fuera esa banca incómoda, porque Paul odiaba los primeros días en el colegio.
Paul dejó de odiar los primeros días cuando ojos cafés confundidos lo miraron. Miraron su interior, cada defecto, cada virtud, cada sueño oculto y, seguramente, cada deseo reprimido. Y todo en un segundo.
Después de los ojos cafés, llegaron los mechones castaños brillando por la luz, sonrisa torcida, camiseta horrible y pulmones tomando oxígeno.
John necesitaba oxígeno porque, Dios, malditas escaleras. Dios. Maldito chico.
Porque era como haber vivido toda su vida con la cabeza dentro del agua, en oscuridad y con los sentidos siempre confundidos. Y luego de pronto habían mechones de cabello oscuro moviéndose con el viento, suplicando ser vistos. John quería mirarlo por siempre.
John entró al salón porque estaba siendo un idiota, y se sentó lejos del chico con el sol en los ojos porque era verdaderamente idiota. O porque temía ser consumido.
Después, el mundo era gris oscuro y el único punto colorido era el chico que lo miraba de reojo, fingiendo que no le interesaba.
A John le interesa Paul.
A Paul le interesa John.
La clase transcurre y John y Paul la odian un poco.
...
John trata de salir huyendo, pero un par de brazos lo arrastran al círculo de personas que no quiere conocer por ser demasiado extraño. Ruidoso. Burlón. Rebelde. Irresponsable.
Pero su nuevo amigo lo obliga, y de pronto está a un costado del chico con el sol en los ojos, que lo mira con una sonrisa cálida y le dice hey, soy Paul.
Se dan la mano, porque hacerlo de otra manera sería extraño, y John susurra su nombre, esperando que Paul no se burle por lo terriblemente común que es llamarse John, pero Paul no borra su sonrisa o aparta la mirada.
Oye los nombre de los demás, pero solo puede escuchar a Paul arrastrando las sílabas en su boca para formar palabras, y a John no le puede encantar más.
Ríen por los chistes de los demás, pero sólo pueden mirarse entre ellos cada que lo hacen.
Paul recuerda haber leído en algún sitio que siempre miras a la persona más atractiva de la habitación cuando las carcajadas resuenan en todas partes. De verdad espera que a John le parezca atractivo.
Y luego, todos bajan del tren, pero John y Paul se quedan solos, claro. Porque esto es una historia de amor épica.
A Paul le gustaría vivir una historia de amor épica, y ahora está aquí, sentado en silencio con el chico de sus sueños. John rompe el silencio con una carcajada y reír nunca se hizo tan fácil.
Hablan sobre todo lo importante, y terriblemente cliché. Fechas de cumpleaños. Colores favoritos. La mejor película de todos los tiempos. ¿Bandas favoritas?
Y luego se despiden, porque Paul tiene que bajar del tren dos estaciones antes que John.
Cuando Paul ha llegado a la firmeza de la estación, piensa que John es encantador. No ruidoso. No molesto. No raro.
Y así comienza la historia.
...
John y Paul tienen un grupo escandaloso de amigos que los hacen reír durante la mañana y la noche, y hay una tensión entre ellos que los demás notan, pero fingen que no lo hacen. Todos fingen que no notan las miradas a mitad de las risas, o las mejillas sonrojadas cuando están a punto de bajar del tren.
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Las épicas historias de amor... [McLennon] [One Shot]
FanfictionEn el mundo ideal, las épicas historias de amor...