Capricho

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Los días transcurrieron, al principio, después del gran bochorno que hice se quedo en risas y susurros de muchos compañeros. Llegaba a mi casa y hacia las tareas destinadas, luego salía un rato a dar una vuelta a pensar en aquella persona que conocí. 

Las clases seguían igual, nuevas, aburridas y bueno también en ocaciones interesantes. Todos nos hicimos buenos compañeros, reíamos mucho de vez en cuando, realizábamos bromas al igual que los de los cursos avanzados, pues era la costumbre para los nuevos estudiantes así, como la novatada. Fue un día muy divertido y ocurrente, excepto por la asquerosa bebida que nos obligaron a tomar que juraría que tenía algo de berenjena con pequeños pedazos de hígado. Sí, lo se. ¡Asqueroso!

Los fines de semana para mi no cambiaron mucho. Quedaba con mi mejor amiga. Las dos vivíamos cerca, pero no estudiábamos en la misma universidad. Ella al terminar la secundaria, decidió darse un tiempo sabático y tener algo de libertad. Mientras que yo, decidí seguir con mis estudios, pero buscábamos tiempo para vernos, muy a menudo. Cuando iba a su casa o ella llegaba a la mía, disfrutábamos de muchas conversaciones ocurrentes y reíamos sin parar. Me alegraba saber que seguíamos siendo las mismas y eramos aun muy unidas. Sofía era genial.

- Mujer, tanto te molesta admitir que te gusta... Yo de ti, ya lo hubiera cazado - Me lo decía una y mil veces acostada en mi cama con la vista al techo y su largo y grueso cabello negro colgado por el lado opuesto de la cabecera.

Decidí conversarle mi experiencia o mejor dicho fuí obligada a hacerlo. Sofi me conocía tan bien. Especialmente  un día en el cual, mientras ella me decía que película quería ver en el cine, me encontró divagando y no demoró en preguntar insistentemente, inclusive dentro y durante la película.

Yo estaba ordenando cuidadosamente mi esmaltes, cuando me lanzó aquella frase "Admitir que te gusta" hizo que todo mi trabajo se desmoronara. Diablos, tenia que ordenarlos de nuevo a lo mejor inicio esta vez en orden alfabético por colores. Sería mucho más fácil encontrarlos.

- Ally... llamando a mi mejor amiga Ally. ¡Cambio! Despierta y contéstame - Bloqueo mi trabajo y fijo sus ojos café claro a la mía tono ámbar. 

- No, claro que no. Bueno no niego que esta bien, pero morirme morirme mmm.. No

Sofía no se cansaba de mirar la foto que tome un día en clase de filosofía. Por suerte no se dió cuenta, pero lamentablemente el profesor sí y obviamente me pidió el celular sin antes decirme que era de muy mala educación hacer algo diferente, cuando una persona está hablando delante.

A ese pequeño incidente se le otorgó un castigo complicado para mi maestro pero interesante para mi. Me dicto el siguiente tema "El aprendizaje de la mente vs las necesidades del alma." En verdad no entendí muy bien la redacción que debía realizar. Lo averigüe tanto como pude, pero al final decidí presentarlo de acuerdo a  mis propias ideas.

Rebusque y rebusque, existían tantos estudios, seguí los diversos significados en los mejores libros de psicología, no encontraba aun cual sería una correcta búsqueda y diferencia entre ambas temáticas. Intente averiguar en varias bibliotecas y paginas web. Obviamente la información era muy larga y a pesar de todo trate de reducirlas a un corto resumen.

Cuando Sofía se fué seguí con mi investigación. Ya faltaba un día y no tenia casi nada, solo unas que otras definiciones. Pasaba mi mano leyendo cada encuadernado de ciencias sociales. Buscando al menos un libro que me ayudara. Sin querer al final de la fila empuje uno muy pequeño que ya estaba muy muy viejo. Lo mire hacia tiempo que no lo veía. Tal vez, este sería el indicado para mi trabajo. 




Eres mi tentaciónWhere stories live. Discover now