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La Pausa que Acaecía

Era una penumbra,
Era un desaliento,
El viento y su sequito,
Que era compuesto por reflexión y soledad.
A pesar que acaecían en mi oído,
Se explicaba algo de manera inhóspita,
Se esperaba algo de manera insólita,
Solo que estaba desesperado por salir del tiempo,
Y por dejar ese espacio.
Estaba desesperado por volar de nuevo,
Estaba nervioso por soñar con denuedo.
Fue algo así de pausa,
Fue algo así como de película,
Fue un suspiro hambriento pensando que me iba,
O era la pausa de tiempo que acaecía.
Era la reanudación de lo inconcluso,
Y la desesperación de lo sumo.
Del talento fabuloso,
Del perverso siendo bueno y a su vez orgulloso.
No sabía cómo explicarlo,
Solo lo explique.
Solo se escribió.
El tinte de la pluma en mi mano:
La parte escrita de la suma de los lagrimeos,
O la parte inconclusa del llanto con su lamento.
Solo era la pausa del tiempo,
Solo era la reanudación a su debido tiempo.
Pausa y quietud,
Continuidad y plenitud, la buena física y la correcta reacción a la soledad,
Acompañada de privacidad.
Las frases que usaba el destino, las frases que usaba yo.
Fue un buen suspiro que el planeta recibió,
La pausa que, acaecida en el firmamento,
Todo lo desvanecía, pero a su vez era bien formado.
Era la realidad, de tipo abstracto,
Y así presto y sujeto a unos milisegundos,
Todo volvió a su normalidad,
Todo exploto en un millón,
Eso fue lo más extraño que ha ocurrido jamás.
Una discrepancia de espacio entrometida en la realidad.
Una forma de sombra que el tiempo pudo recibir.
Pero como dije antes, todo volvió a su normalidad
Y nadie se fijo
Como si nunca esto paso.
Tranquila materia, tranquila realidad, esto nunca nadie lo sabrá...