Los recuerdos habían invadido mi mente cuando Chris me confesó que conocía a mi hermano, y lo que había pasado entre este y Lucy.
La chica que me había roto el corazón hace tiempo, y además contribuyo a mi trauma con el género femenino.
No sabía que había sucedido algo como eso, estaba al tanto que Dylan y ella estudiaron en el mismo instituto, pero no que se habían peleado. Mi hermano no lo menciono, supongo que para no preocuparme o traerme malos recuerdos.
Pasaron dos horas en completo silencio, revise mi teléfono para cerciorarme si Moisés vendría. Observé de reojo a Chris varias veces y parecía mortificado, seguramente seguía pensando que había hecho algo mal y estaba culpándose. Pero no era así.
Recordar a Lucy me hacia pensar en lo idiota que fui, me hacia sentir molesto conmigo mismo y también algo taciturno.
—Ed, ya terminé el dibujo, ¿Qué te parece? —miré la cartulina que Chris sostenía y mis ojos se iluminaron al ver los preciosos detalles y el esmero que había puesto en cada trazo.
—Me encanta, esta muy lindo —el rubio pareció satisfecho con mi respuesta.
—Edgar, disculpa si dije algo que te molestó o que te incomodó, realmente no fue mi intención
Negué lentamente.
—No estoy molesto contigo Chris, lo que dijiste me trajo recuerdos, que me hacen reflexionar acerca de cómo fui en el pasado y las decisiones que tomé, por eso me ves algo distraído, pero no es tu culpa en lo absoluto
Su rostro se sereno y asintió.
—Está bien, me dejas más tranquilo —enrolló la cartulina, la dejó en una de las mesas y volteó a mirarme —. Imagino que Moi ya no vendrá, ¿Qué es lo que falta?
—No, hace un momento me envió un mensaje que se le complicó porque ha estado cuidando de Ramsés y parece que le dio fiebre. Prefiero colocar las cartulinas mañana así que... creo que eso sería todo —Chris asintió pensativo.
—Eh... ya es algo tarde, pero... ¿te gustaría que vayamos a comer algo? —miré a el rubio que de pronto parecía ansioso por mi respuesta, sonreí y asentí.
—Supongo que si —Chris sonrió ampliamente.
Acomodamos todo para mañana y cerramos el local. Observé mi moto estacionada y luego lo miré a él.
—Entonces... —tomé mi casco y le pasé el otro, que por suerte había metido en la cajuela. Chris miró nervioso el vehículo y luego a mí.
—Que sepas que no me gustan mucho las motos —solté una risita.
—Trataré de no ir muy rápido entonces —el rubio asintió, se subió con algo de dificultad y pareció buscar de donde agarrarse.
—Puedes hacerlo de mi cintura —le sugerí.
Chris de inmediato posó ambas manos en esa parte de mi cuerpo al ver que estaba a punto de arrancar, di un respingo y mis mejillas se colorearon un poco por el contacto.
Arranque y enseguida el fresco viento azotó mi cara, una de las cosas que más me gustaba de andar en moto era esa sensación, me hacía sentir más "libre". Reparé en las manos de Chris que se aferraron más fuerte y sonreí sin poder evitarlo.
—¿A dónde iremos?
—Donde tú quieras esta bien —respondió casi gritando.
Asentí y nos dirigí a un restaurante donde hacían una rica pasta, también las hamburguesas eran buenas, y no era tan caro. Grecia era quien me había llevado un par de veces, era amiga de la dueña luego de haberla asesorado con unos trámites.
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"Sweetness"
RomanceEdgar es un excelente pastelero que prefiere las comidas saladas con un toque de picante. Quien además tiene un pequeño trauma con las mujeres, debido al abandono de tres de ellas. Una navidad recibe el mejor regalo que un repostero podría desear, l...