Caminaba detrás de Bloody camino a Omelos, no sabía exactamente qué era; si un restaurante, o un bar de mala muerte. Dejó de andar cuando llegamos a una especie de Motel abandonado, lo único que resaltaba entre la estructura deteriorada era un enorme cartel con letras azul neón que decía OMELOS. Entonces todas mis teorías cayeron, no era ni uno ni el otro. Me aferré a su brazo en cuanto comenzamos a andar al interior de éste.
—Es seguro. Era nuestro lugar de escondite cuando vivíamos aquí. —Dijo.
—¿Vivías aquí? Pensé que habías nacido en Mashville. —Respondí.
—Aún hay muchas cosas que no sabes de mi. —Dijo de vuelta, con voz ronca.
Cuando llegamos a recepción, el polvo y el abandono que tenía el lugar le daba un aspecto ciertamente tenebroso, todo estaba sumido en un silencio perturbante. Había un pasillo, diagonal a la recepción, en donde habían habitaciones, y de una de las puertas, se asomó la melena rubia de Arlet, sacudiendo su mano. Caminamos hasta ella, y terminó de abrir la puerta de la habitación. Era increíble, no podía decir que era muy lujosa, pero sí aceptable en comparación al resto del Motel. Era muy grande; tenía dos camas, había un televisor frente a ellas, una cómoda, un armario, y frente a todo eso, dos puertas. Caminé a ellas, una era el baño, y la otra, daba acceso a lo que aparentemente era otra habitación. Estaba acondicionada, al igual que ésta, pero la puerta que daba acceso a la salida estaba sellada, las paredes eran de un color blanco ostra, y solo estaban un poco deterioradas.
—¿Pasaremos la noche aquí? —Pregunté.
—Sí, pero antes de eso, creo que sería bueno que ideáramos un plan.
—Y dale tú con tu plan... —Musitó Tánes, con fastidio. Arlet lo miró con molestia, cruzó sus piernas, sentada sobre la cama, y alzó su mano hacia él.
—Bien. ¿Tú tienes algún plan? —Preguntó.
—No exactamente. Ni si quiera sabemos dónde está Artemis, Adonis está mal, y aún así quieres hacer un "plan" —Hizo comillas invisibles con sus dedos— Para salvarla, ah, y a eso le agregamos que también hay que evitar que se lleven a Avery.
—Y ni si quiera sabemos lo que es capaz de hacer. —Me señaló— Abrió un portal en Garoha, en una habitación que se supone que bloquea los portales. Está más que claro que no es humana.
—Tampoco estoy del todo segura de que lo sea... —Respondió Arlet, en voz baja.
—Avery, ¿sabes algo sobre tu familia? quiero decir, si hay alguien que haya nacido aquí, o... —Lo interrumpí.
—No. Mi papá murió cuando era una bebé, y mi mamá nunca me ha hablado sobre él.
—Eso es. Su padre, debe de ser él. —Dijo Tristán.
—La única que sabe su historia de pies a cabeza es Artemis, se obsesionó con su caso. Deberíamos buscar algo en su pieza. —Dijo Arlet.
—Escuchen. —Dijo Bloody— Abriremos un portal desde aquí hasta la mansión, registraremos la habitación de Artemis de pies a cabeza, y traeremos a aquí todo lo que encontremos. Avery y yo buscaremos en su estudio, Tánes y Tristán vigilaran que nada entre ni salga de la mansión, y Arlet registrará otra vez su habitación. ¿Querías un plan? ahí lo tienes.
Arlet ladeó su cabeza con las cejas levantadas.
—Nunca hay que subestimar el poder del señor Hades. —Alzó sus manos— Estoy de acuerdo. Pero sería bueno esperar unas horas, para asegurarnos de que no nos perseguirán de nuevo.
En esas horas en las que se suponía que debía dormir, me puse a pensar en todo. ¿Realmente no era humana? Sonaba estúpido, recién salido de un cuento de hadas. De ser así mi vida no habría sido normal jamás, pero las cosas raras comenzaron a pasar cuando conocí a Bloody. Y por más que le diera vuelta al asunto, no podía verlo de otra forma; era evidente que había algo sobre mi que ni si quiera yo misma sabía. También era obvio que no todo había pasado solo por conocer a Bloody y a los Grier, porque es algo ilógico, al estar con ellos, no me donaban parte de sus poderes, tenía que existir una razón, o bien, una repuesta detrás de todo este brollo. Supe que mi tiempo de descanso había pasado cuando Arlete y los chicos se levantaron y comenzaron a caminar de un lado a otro. Mientras ellos hablaban sobre lo que haríamos en la mansión, Bloody se acercó a mí, y acarició mi espalda.
—¿En qué piensas tanto? —Interrogó, con una sonrisa.
La culpa me carcomía.
—Debo decirte algo...
—¿Que tú y Adonis se besaron? Lo sé. —Sonrió.
No puede ser.
Trágame tierra. Y procura escupirme en Dubái.
—Lo... sabías? —Interrogué, con ilusión.
—Sip. —Respondió, y acercó su rostro al mío— No me gustó. Pero luego me encargaré de no dejar rastro alguno de él.
Mi cuerpo tembló. Y tragué con dificultad. Me puse de pie y crucé la puerta hacia la otra habitación en donde estaban Arlet y los chicos.
—Es hora. Debemos irnos. —Dijo Arlet.
Yo asentí. Bloody entró a la pieza, con el polvo en su mano, abrió el portal, y luego todos pasamos, llegando directamente a la segunda planta de la mansión Grier.
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AVERY © [S.S #02].
RomanceA pesar del dolor, la esperanza siempre se mantuvo presente en ella, al igual que los escasos recuerdos; más bien, pequeños e interminables lapsos de lo que fue. Creyó que en ese lugar estaría mejor, lejos de todos, lejos de él. O de lo que él fue e...