sali a la terraza, no encontraba a mi padre por ningun lado, a lo mejor era una excusa que me daba a mi misma para no estar parada como estupida entre la multitud.
Mire hacia el frente, Gastón estaba recargado de espaldas hacia mi en el barandal de la terraza.
Justo en ese momento estaba en el dilema de mi conciencia:
-¿Le hablo o no?
Era obvio que no podía dejar las cosas asi con el y por mas que lo maldeci, me acerque.
- ¿Podemos hablar?- dije tragandome mi orgullo.
-dime - dijo sin mirarme.
- Cuando fuiste a la playa, ¿qué me ibas a decir?
-Ya ni me acuerdo Ema.
- Entonces ¿asi lo vamos a dejar?
- Pues yo intente hablar hace rato contigo, fui a buscarte, ahi tu ves como lo dejas tu.
- Cuando me dijiste que querías alejarte de mi, no te insiste porque en cada pelea que teniamos realmente me hacias sentir mal, me tratas como si fuera una equis en tu vida- le dije aguantando las lagrimas.
- No debí de haberte ido a buscar...
-No puedo creer que me digas eso- le dije con voz cortada.
- Ema esto esta muriendo
- ¿ Y quien esta dejando que pase?
-Los dos - mi miro a los ojos y se fue.
Me quede sin palabras, me destrozaron por dentro en menos de cinco minutos, si, no era tan fuerte como creía.
-Aquí estas- una voz ronca me hablo sosteniendo su mano en mi hombro.
Mire hacia atrás.
-Papá
-¿Qué tienes?
-Nada- mentí.
-¿Segura? ¿todo bien con Gastón? los vi hablando.
-Nada importante, nada de que preocuparte papá- volví a mentir.
-Creí que estarías con Camila- dijo destensando el ambiente.
-¿Camila?- pregunte sorprendida.
-Pensé que ya sabias que acababa de regresar de Brasil.
Sin pensarlo dos veces salí corriendo a la playa en busca de la morena brasileña, ¿Cómo no extrañar a mi mejor amiga?.
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● SUMMER ●
Novela JuvenilPara Ema Galiana no es nada fácil cargar con las concecuencias de sus actos de un verano pasado e ignorar lo que sucede no es una opción.