No sólo una competencia ||Paulo Londra||

Capítulo 7;"Ay mamita"

Ángel

Carajo, el ruido de una fuerte alarma hizo que me despertara, me dolía demasiado la cabeza.
Me enderece y entre cerré los ojos, tenía tanta paja que no podía ni abrirlos del todo. Me quedé observando mis zapatillas en el piso por unos segundos, luego analicé mi cuarto más a fondo.

¿Desde cuándo mi pieza estaba tan piola?

Suspiré y me encaminé hacia el baño, al estar allí y hacer... mis necesidades, observé hacia abajo, teniendo en cuenta que mi ropa de la noche anterior estaba desparramada por todo el cuarto.

Espera, está no es mi remera, oh mierda, ¿acaso estos son boxers?.

Ay mamita.

Mi estómago se revolvió, vamos Ángel piensa, ¿qué concha hice anoche?.

Salí casi volando del baño, y entré a mi cuarto, demonios, ¡Este no era mi cuarto!.

Estaba a punto de llorar, cuando alguien con tan solo unas bermudas entró a la pieza.

- Ángel, ya te levantaste, pensé que te habías muerto chabon- habla divertido Paulo.

En este momento desearía estarlo.

Entre abrí mis labios buscando algo que decir, pero los cerré segundos después, no sabia ni como había llegado acá, claramente no tenia absolutamente nada que decir.

El seguía observándome divertido, esperando que algo saliera de mi boca, aunque para mi mala suerte lo único que saldría de allí serían gotas de baba al notar que él rubio tenía su torso desnudo, el cual no se encontraba marcado ni nada por el estilo al decir verdad, pero era Paulo Londra, absolutamente todo en él es perfecto.

- ¿Te duele la cabeza?, seguro tenés altas secuelas por lo de anoche- sonrío.

... ¿anoche?.

- Si, digo no... bueno quizás un poco- balbuceo sin saber claramente que decir, estaba demasiada concentrada en no desviar la mirada de su rostro, no quería parecer puberta con hormonas alborotadas- ¿Qué pasó anoche?- me atreví a preguntar, deseando que su respuesta fuera que cogimos o algo por el estilo.

¿Qué?, Tengo sueños que cumplir antes de morir.

- ¿Enserio no te acordas?, tremendo pedo traídas- rió- después de hablar un rato, te invite a una joda en mi departamento- comenzó a contar señalando el lugar en donde nos encontrábamos, dándome a entender que este era su cuarto, asentí, recordaba esa parte- no éramos muchos, los mismos de la otra noche y un par de conocidos más, la verdad, después de un rato de tomar, ya todos estábamos pasados de vuelta, vos más que todos- asentí nuevamente, arrepintiéndome de haber preguntado- solo quedábamos vos, Wos, Ecko, Bárbara y yo, aunque tu amiga estaba roncando en el sillón. Por alguna razón terminaste haciéndole un striptease a Valentín- oh oh- ¡tranca! Te agarré antes de que te desnudaras- se apresuró en decir al ver mi expresión de pánico- te traje acá, y te presté algo de ropa- me mordí el labio, quería llorar, y deseaba internamente de que ninguno recordará algo de lo que sucedió- Yo no vi nada- saltó de repente.

- ¿Qué?- Logré pronunciar, mientras que con la mirada intentaba localizar mi ropa.. 

- Barbie fue quien te cambio- asentí dedicándole una sonrisa.

La verdad, el que él me hubiera visto desnuda, seria el menor de mis problemas, teniendo en cuenta que mi mamá no recibió señales de vida de mi desde anoche... Oh mierda, ¡Mí mamá!.

- Me tengo que ir- volví mi mirada hacía el rubio, decepcionandome al notar que ya estaba vestido- mi vieja me va a matar- susurre buscando mi ropa debajo de la cama.

- Ey, tomá- escucho a mis espaldas.  

Sonrío aliviada al ver mi ropa perfectamente doblada sobre sus manos, pero estoy segura que luego de ver mi tanga de batman en la cima mi rostro fue la viva imagen de Lit Killah en doble tempo.

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